El primer detective que conocí fue curioso, yo conocía a sus hijos y, por medio de ellos, supe que su padre era detective (uno de los primeros que hubo en mi ciudad) el caso es que la hija pequeña se metió en el mundo de la droga y con mucho esfuerzo, lograron sacarla de ahí, tanto a ella como al novio. Con el tiempo tuvieron una hija de la que los padres se hicieron cargo, no recibían dinero pero, se hacían cargo de todos los gastos de ellos y la niña a cambio de seguimientos. Cada vez que me la encontraba a ella o su pareja, nos decían lo mismo :
Aquí, haciendo un seguimiento.

Del segundo detective, al que vemos un par de veces al año, cuando nos vemos nos cuenta alguna anécdota.
No siempre son bajas fingidas, adulterio y similares, no. Una vez nos contó algo que para él supuso sentimientos encontrados
Una madre contrató los servicios de él para que le informara si su hija la llevaba el padre a misa los domingos ( madre atea y padre creyente) la madre se lo tenía totalmente prohibido y el padre lo sabía ( la niña unos ocho años) y efectivamente, el padre llevaba todos los domingos a la niña a misa.
Él dice que le sentó fatal comunicárselo a la madre puesto que ella pagó los servicios, pero por otra parte simpatizaba con el padre porque el mismo era creyente.