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Ay los abuelos que tendrán. Mi hijo también se muere de amor con mis padres

Ohne escribió: 21 Jun 2024, 12:44 Ay los abuelos que tendrán. Mi hijo también se muere de amor con mis padres

Que la mayoría se desviven por sus nietos. Luego hay otros, como mi abuela paterna, que es como si no existieran, pero unos abuelos molones son lo mejor que puede tener un niño pequeño.

Yo supongo que también cualquiera con mi abuela.
La echo muchísimo de menos, todos los días y ojalá recuperar un ratito de esos, por pequeño que sea.

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Castañuelas escribió: 20 Jun 2024, 22:53 Ninguno, no recuerdo nada bueno.

Yo tampoco y no sé por qué entro a estos hilos (por masoquismo, porque otra cosa...)

Ay, me ha dado mucho gusto ver lo que decís de las abuelas, yo nunca tuve contacto con las mías pero mi madre y mi hija se adoran con todo su corazón, y de pensar que se van a querer tanto y les va a gustar estar tanto juntas me llena de felicidad. A mi suegra también la quiere mucho, a toda la familia la verdad, tenemos todos mucha suerte.

Yo volvería a una navidad donde nos juntábamos todos, mi padre y mi tía llorando de la risa, los nervios porque sabía que me iban a regalar pokemon rojo... qué recuerdos tan bonitos.

Cualquiera del verano en el sur, desayunar fresquillas, preparar un colacao con baticao y hacer castillos de arena en la playa.

Edito, hilo equivocado.

Yo ni por un dia volveria a mi infancia.

A un domingo en casa de mis abuelos maternos. Mi abuelo me llevaba al parque a jugar y cuando volvíamos a su casa para comer, mi abuela había preparado mi comida favorita. Luego me sentaba en el sofá con mi abuelo a ver una película de los hermanos Marx. Me partía de risa con Harpo! La abuela aparecía con un paquete de galletas cremé tropical y nos daba un par para que comiéramos. Poco a poco me quedaba dormida y mi abuela sacaba una manta de colorines y me la ponía por encima.

Ay cómo echo de menos a mi abuelo, fue lo mejor que me ha pasado. No me puedo creer que ya haga veinte años que no está. Era una persona increíble y le echo en falta cada día.

Muchos!
Cualquier noche de verano cenando un bocata de tortilla de queso con mi hermana en la terraza viendo las estrellas.
Cualquier domingo que nos íbamos al pueblo.
La primera vez que fui a la playa.
Los sábados por la mañana viendo el club megatrix desayunando un colacao en la baticao.
Las navidades que nos juntábamos con mis tíos y primos.
Cuando visitábamos a un primo de mi padre que tenia perros, gatos, un caballo y demás animales, era un paraíso para mí.
El primer día de vacaciones de cada año con todo el verano por delante.


Yo no conocí a mis abuelos, solo mi abuela materna que murió cuando yo era muy peque y los recuerdos que tengo son de ella enferma

A un viernes de verano, cuando yo tenía vacaciones escolares y mis padres aún estaban trabajando, desde que empecé el cole hasta los 11 años. Durante años la misma rutina, esos viernes eran mis días preferidos La noche anterior mis padres me dejaban en casa de mis abuelos a dormir, yo me despertaba pronto y desayunaba viendo los dibujos con mi abuela. Después de desayunar venían mis primos (teníamos edades similares) y nos íbamos todos al huerto: ayudábamos un rato a mi abuelo a trabajar y cuidar de los animales y después nos íbamos a la aventura, a la piscina y a jugar con los perros del huerto vecino. Después de comer jugábamos todos a las cartas y echábamos una siesta a la sombra de las higueras (bueno, los demás siesta y yo leía) y a eso de las 4:30 volvíamos a su casa.
Mi madre me recogía, nos íbamos a la biblioteca a coger un par de libros y después a casa de mi otra abuela, que siempre nos hacía palomitas y nos las comíamos mientras hacíamos alguna manualidad (me enseñó a tejer, hacer punto de cruz, tarjetas con repujado en papel vegetal, filigrana,...). Mi padre se reunía con nosotras allí después del trabajo y de vuelta a nuestra casa nos pasábamos por el parque, por el videoclub a por un par de películas (yo elegía una y ellos otra) y por la tienda de chuches. Esa noche siempre cenábamos pizza casera o unos bocatas de tortilla mientras veíamos la película que había elegido yo, nos comíamos las chuches y después yo me iba a la cama a dormir a leer con una linterna mientras mis padres veían su película.

Un día de Reyes que me regalaron Barrigitas y desperté a mi madre para darle la noticia , un día cualquiera con primos y tíos comiendo pollo al ajillo, un día cualquiera que mi padre se presentaba con churros para desayunar, un día durmiendo en el campo con mis primos oliendo a Aután (adoro ese olor por eso), un día en las vacaciones en Calpe en 1992, con toda mi familia materna, vimos pasar la antorcha olímpica por delante de nosotros. Era adolescente, no sé si cuenta.

No sabría cuál elegir, supongo que algún día de verano en el pueblo: despertarnos tarde, ir a la piscina municipal en el bus rural, que nos comprara mi tía un helado, ducha, cena, Grand Prix, paseo nocturno…No sabíamos ni qué día era.
Eso o algún día en el campamento de verano, creo que del 98 o 99. Hicimos muy buen grupo en la habitación y ahí sentí que había chicas buenas y que me apreciaban por cómo era. Con algunas he coincidido después en mi juventud.

no recuerdo mucho mi infancia, creo que fue bastante difícil porque mis padres siempre estaban metidos en sus conflictos, y aquello me afectaba aunque era tan pequeña que no me daba cuenta. Mis mejores recuerdos eran cuando mi tía me llevó a ver Blancanieves en el cine y mi abuelo me llevaba al parque Bruil.

Volvería al día grande de las fiestas del pueblo cuándo éramos niños.

Mi abuela me pasaba revista al igual que a mis tropecientos primos antes de llevarnos a misa.

El orgullo y el cariño con el que vigilaban a su tropa nunca se nos ha olvidado. Era un día de muchas actividades y se la pasaban presumiendo de nosotros.

Que grandes que fueron mis abuelos y cuánto y bien que nos quisieron.

Cualquier día de verano en los 90 en la casa del pueblo. Toda la familia al completo (padres, hermanos, abuelos, primos…), y todos los días disfrutando de la piscina, helados, dibujos, juegos… éramos felices y no nos dábamos cuenta.

Me he acordado de otro día en concreto. Mi cumpleaños de cuando estaba en 6° o por ahí. Me desperté para ir al cole y vino mi madre a felicitarme y me dió un regalo. Una bandejita de hojalata muy bonita que todavía conservo.
Cuando volví del cole estaba mi abuela y me había traído croquetas recién hechas porque sabía que me encantaban y un bizcocho que me comí con mis amigas por la tarde. Nos pasamos la tarde jugando y me dieron un regalo muy chulo que habían comprado juntando el dinero entre todas. Fue un buen día, la verdad.

Sin duda los veranos que pasábamos en el pueblo. Jugar con mis primos y mis hermanos, montar en bici, las croquetas de mi abuela, ir a coger moras al atardecer, ir a la piscina municipal, jugar a la petanca con mis abuelos y mis tíos, pasear por las eras, ir a por helados después de comer con un calor infernal, las cenas en el patio, ponernos morados a comer higos... creo que fueron los momentos más felices de mi infancia. Mi abuela murió hace pocos meses y sólo recordándolo ya me echo a llorar, ir al pueblo ahora no será lo mismo.

Navidades y Reyes.