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por pikara
Prenda Santa
Bueno, ya que lo tengo reciente voy a hacer una pequeña crónica de mi parto, porque quiero poner por escrito los detalles antes de que se me olviden:
El sábado pasado, 11 de mayo, me desperté sintiéndome bastante cansada y pesada. Así un poco "off" y con algo de molestias en el suelo pélvico. En ese momento pensé que era de haber andado mucho el día anterior y me dije que me iba a tomar las cosas con calma. Salimos a hacer unos recados al pueblo y al volver a casa los calambres en la zona del abdomen me empezaron a molestar más. Era como un dolor de regla medio intenso. Así seguí una horas hasta que me di cuenta de que los calambres/molestias eran cíclicos, y de repente me dije, "oye, esto no serán contracciones, no?" La verdad es que no se parecían a las contracciones que había tenido con mi hijo, que con aquellas desde la primera no tuve duda de lo que eran. Me descargué la app de contar contracciones, me puse a monitorearlas y efectivamente, los calambres venían cada 5-6 minutos de forma bastante regular. Ahí ya decidí preparar la bolsa del hospital, me di una buena ducha y terminamos de poner a punto las cosas por casa. Sobre las 20:30 seguíamos igual y fuimos a cenar con mis padres. Antes de irnos les dije que estuviesen pendientes del teléfono esa noche, por si las moscas. Yo estaba convencida de que tendríamos que ir al hospital durante la noche, por lo que le di mimos extra a mi hijo, pensando que podría ser la última vez que estuviese con él en plan hijo único.
Mi pareja e hijo se quedaron sopa temprano, pero yo andaba nerviosilla y me quedé viendo una serie y contando contracciones. Tras un rato de venir cada vez más a menudo, de repente se medio pararon, y empezaron a ser más espaciadas e irregulares. Como a estas alturas ya estaba un poco cansada del tema decidí acostarme para descansar, y a lo tonto dormí toda la noche. Cuando me desperté seguía con contracciones pero seguían siendo cada 6-7 minutos por lo que nos tomamos la mañana con calma. Fuimos donde mis padres e hice tortitas para toda la familia, y desayunamos todos juntos. A media mañana ya las contracciones empezaron a venir más seguidas, y como aun nos faltaban cosas por hacer (era semana 38 de embarazo) pues decidimos montar la silla del coche de mi hijo, y modificar la suya para adaptarla al bebé. Estuvimos en ello un ratillo, luego me duché y me vestí, y como las contracciones venían ya cada 4 minutos decidí ir al hospital. Había oído tanto lo de que a veces los segundos partos son más rápidos que me daba miedo que aquello avanzase de repente muy rápido.
Llegamos al hospital sobre las 14:00, me pasaron en seguida con las matronas, me conectaron a monitores y me dejaron allí un rato. Las contracciones me molestaban pero eran bastante gestionables a estas alturas. Después de monitores me exploraron y me dijeron que efectivamente estaba de 6-7cm ya y que me quedaba allí. Mandé a mi madre para casa y nos pasaron al paritorio. La habitación está genial, grande, con vistas preciosas, aparato de música, luz tenue, y luego tienes la cama, colchoneta, balón, cintas, etc. y en la puerta de al lado una bañera enorme. Como estaba bien, la matrona nos dijo que pasaría cada 15 minutos o así para vigilar las constantes vitales. Estuvimos casi dos horas mi pareja y yo haciendo tiempo, paseando, charlando, sentados, etc. muy relaxing todo. Además hubo un momento en que las hormonas me pegaron un chute que me quedé relajadísima, pero en plan medio drogada. La matrona me dijo que era habitual durante el parto pero yo lo sentí casi como si me hubiesen enchufado lorazepames por vena o algo. Ya pasadas las dos horas las contracciones me dolían bastante y le pedí meterme en la bañera. En mi primer parto me fue genial el bañarme con agua caliente para el dolor. Y nada, prepararon la bañera y me metí, y efectivamente genial de nuevo. Estuve casi una hora allí metida con mi pareja y la matrona echándome chorritos de agua caliente por encima. Todo muy spa.
Después de una hora ya me cansé un poco de la bañera y la matrona también me sugirió salir un rato, y que si luego quería de nuevo que podíamos volver. Al salir ya el dolor de las contracciones se puso bastante más intenso. Me puse en la colchoneta un rato, primero a cuatro patas, luego de rodillas contra la cama. Mi pareja estaba al otro lado de rodillas también agarrándome las manos, y ahí ya las contracciones empezaron a doler de verdad. Estuve un rato con contracciones muy dolorosas y empecé a sentirme cansada. Eran ya las 18:10 y no había comido nada desde las tortitas de las 10:00 de la mañana. Le dije a la matrona que andaba baja de energía, que no sabía si iba a poder seguir adelante sin epidural ni nada. Me dijo que como yo quisiera, pero que lo estaba haciendo genial y que quedaba poco, y que en todo caso ella antes que epidural optaría por romperme la bolsa porque eso aceleraría el proceso bastante. Justo después de esa conversación me dieron un poco de tregua las contracciones y decidí seguir adelante. Me exploraron y me dijeron que estaba ya de 9-10cm y que empezaría a notar las ganas de empujar pronto. Tras varias contracciones dolorosas más le pedí que me rompiese la bolsa, sobre las 18:30. Y a partir de ahí fue ya todo muy rápido y salvaje y bonito. En cuanto me la rompió las contracciones se volvieron brutales, y empecé a sentir ganas de empujar. Estuve un ratillo en la misma posición y luego pedí tumbarme en la cama de lado, porque estaba super cansada. Y nada, estuve tumbada en la cama unos 5 minutos rota de dolor pero empecé a sentir al bebé bajar por el canal y asomar cabeza. Eso me motivó mucho y la verdad es que los últimos minutos del parto los gestioné bastante bien, era como que tenía muy claro donde estaba el bebé y lo que tenía que hacer para sacarla. Y nada, 3-4 empujones y salió.
La abracé en cuanto me la pusieron encima y fue un momento muy bonito, pero a la pobre le costaba respirar, y tras varios minutos vigilándola decidieron llamar al pediatra que vino y decidió llevarsela para darle algo de presión positiva por via aerea (basicamente una máquina que te abre las vias respiratorias para respirar mejor). Mi pareja se fue con ellos y me quedé sola en el paritorio con las dos matrona. Fue un momento un poco de shock porque estaba preocupada por la peque pero también tenía bastante dolor de la placenta, que aun no había salido. Estuvimos unos 5-10 minutos hasta que salió la placenta y ahí ya sentí mucho alivio. Después de eso me dejaron descansar unos 5-10 minutos y luego vino la matrona a explorarme. Me dijo que no tenía apenas nada, sólo un desgarro pequeñito es una esquina, y que me iba a dar un punto por si acaso. Y nada, después de eso me trajo un zumo y me preguntó si me quería duchar. Le dije que si y me ayudaron a darme una ducha calentita que me sentó genial. Me pusieron ropita limpia, me dejaron en la cama esperando, y fueron a llamar a las de planta para ver si me dejaban subir antes de las 2 horas que manda el protocolo, para que pudiese estar con mi hija. Dijeron que si, por lo que poco después vinieron a buscarme y me subieron a pediatría, donde ya habían desconectado a mi hija y estaba lista para venir a la habitación con nosotros. La reunión de los tres fue muy emotiva tras esa separación dramática. Nos tumbamos todos en la cama dándonos amor e intentando que la peque tomase pecho. Tomó un poquito y se quedó dormida al poco tiempo. Y nada, así empezó nuestro viaje como familia de 4, un comienzo un poco accidentado y doloroso, pero al mismo tiempo bonito e inigualable. Eso sí, el hambre que tenía a esas alturas era algo nunca visto, me podría haber comido cualquier cosa. Me pasé los siguientes tres días comiendo y bebiendo agua como una cosaca.
Moral de la historia: id bien comidas e hidratadas al hospital.