¿Dónde mejor pasear que en la ciudad donde vagar sin un rumbo fijo es un arte, donde las pisadas pausadas nos llevan al encuentro de los restos de un legado de más de 2.000 años sin apenas haber andado un quilómetro? Y terminar con el ánimo plácido tras degustar los placeres del paladar con uno de nuestros platos végé favoritos.

Como no hay mejor cocinero que el hambre, comenzaremos nuestro paseo con unos entrantes visuales y un paseo por la Pequeña Roma desde el Marché Les Halles (de estilo Baltart, terminado a inicios del siglo XX) junto al Canal de la Robine, arteria fluvial que cruza toda la ciudad hasta unirse con el imponente Canal di Midi. Y lo haremos en resiguiendo el canal hacia el Pont des Marchands (Puente de los mercaderes).



Este puente que tiene la particularidad de sostener un edficio de viviendas, es una de las antiguas arcadas romanas que daban acceso a la antigua ciudad Narbo Martius, primera colonia romana en tierras galas y una de las ciudades más importantes del imperio. Por todo alrederor de nuetros pasos nos iremos encontrando con fachadas color crema y pastel, barquitos, cafés.

Unos pasos más adelante, cruzando la Passerelle entre deux villes (un puente que cruza el canal, que a su vez divide los barrios Bourg y Cité), nos adentraremos en un gran complejo medieval repleto de obras de arte, espacios de descanso y contemplación, y arquitectura románica y gótica del midi francés, entre otras.


Lo primero es acceder al Jardin des Archevêques (jardín de los arzobispos), espacio de exposiciones de arte contemporáneo, para penetrar al interior del claustro de la Catedral Saint-Juste-et-Saint-Pasteur (y al interior de la misma). Se trata de una de las catedrales más altas de França, con una construcción de estilo gótico ornada con abundantes cuadros y esculturas, una nave que contiene un coro muy grande en el que hallamos un órgano del siglo XVIII, y arcos de unas dimensiones impressionantes. Entre las riquezas que guarda su relicario llamado sala del tesoro, destaca un tapiz flamenco.


De regreso al cáustro, saldremos por la puerta que da a un camino dirección a la Plaçe de la Mairie y allí veremos de frente el resto de este espectacular complejo: El Palais des Archêveques, el cual había sido la residencia de los arzobisbos.
Este edificio contiene el ayuntamiento, la enorme torre cuadrada Gilles Aycelin (de 42 metros de altura y acabada en mirador, contiene varias salas de arte), la Torre Saint Marcial (en cuya entrada hay una ancla que simboliza los derechos deudales sobre la navegación) y la de la Madelaine (María Magdalena).



Además incluye el Palais Vieux de orígen románico y el Palais Neuf, gótico, con el Museo del Arte y el Museo Arqueológico respectivamente. En el museo de arte e historia, encontramos obras de distintas ecuelas europeas modernes y pinturas inspiradas en el Oriente Medio, junto a muebles, techos pintados, y otros elementos de valor artístico.
El museo arqueológico presenta una buena colección de mosáicos, estátuas, sarcófagos, frescos del Clos de la Lombardie (una vila gal·lo-romana), una ancla de madera encontrada en el antiguo puerto y altres objectes, todo lo cual proporciona un buen testimonio del trazado histórico de esta ciudad.

Y con darnos la vuelta, veremos un pedazo desenterrado de la principal avenida romana que iba de la península itálica hasta la ibérica resiguiendo el Mediterráneo: La Via Domitia.



Y tras esta pequeña degustación de la riqueza que se encuentra en esta ciudad (y que no se termina aquí), tendremos que hacer algo con los placeres del paladar, y elegir entre los frutos traídos por ese poeta que es el suelo.


Bon appétit et bonne journée !

subo el hilo que estoy pensando hacer un par de noches combinado con Carcassonne.
Ideas de excursiones desde allí? Hoteles?