No creo en nada, soy de las que como algo de esto fuera verdad ya estaba muerta por lo menos pero reconozco que me entretiene leer estas tontadas y jugar a esos test. Luego tal y como acabo ni me acuerdo ya del resultado, pero en el momento me entretengo.
Traigo una que me he encontrado en Pinterest y me ha dejado y es que este tío afirma que nosotros elegimos a nuestros padres a mí me gustaría saber bajo los efectos de qué sustancia estaba cuando escribió esto, porque telita el cuelgue que lleva el mancebo
En principio es para saber la importancia de tu fecha de nacimiento. Que en mi caso la mía ya la sé, nací yo pero no he llegado a ello, me he quedado flipando con el previo, es que de verdad parece que se cree que nosotros elegimos a nuestros padres
Luego subiré alguna más que tengo guardada.
Spoiler
"Cuando eres consciente del poder de tu fecha de nacimiento
Cuando una persona consigue ser absolutamente consciente de su poder personal comprendiendo cuál es ese motor esencial que le ayuda a conseguir sus objetivos y se fideliza con su Vida abandonando todo código de penuria energética (es decir, todo lo que la desconecta de su Vida), se produce un efecto sorprendente. La persona expande su conciencia hasta tal punto que prioriza de manera natural la aceptación y la liberación de sus procesos de aprendizaje de tal manera que parece que estos son un mero trámite para seguir avanzando en su vida.
No se estanca en una lucha con su ego, no se regocija en el dolor, no retroalimenta su pena con pensamientos del ayer, no tiene la necesidad de mirar cada dos por tres al pasado porque comprende que el momento de actuar se halla en el presente. Valora cada instante del momento presente como un regalo de inconmensurable valor. Se siente verdaderamente conectado a su propósito y no juzga desde una perspectiva castigadora todo lo que la Vida le presenta. Lucha desde el perdón y la aceptación, y no desde la rabia, la ira contenida y el resentimiento. No es necesariamente un estado de iluminación, de elevación o de trascendencia espiritual. Es un estado que te permite vivir tu realidad comprendiendo y sintiendo con verdadera intensidad la perfección de todo lo que se manifiesta ante ti, más allá de que suponga más o menos agradable o doloroso.
Para finalizar esta publicación quisiera aportar desde mi óptica que si cada uno de nosotros se hiciese cargo de sus propios desafíos existenciales, de los procesos de vida que arrastra y que debe afrontar para poder permanecer en la vida con mayor plenitud, viviríamos más conectados a lo que yo llamo la Responsabilidad del Ser. Este término alude a la ética que cada uno de nosotros deberíamos tener en cuanto a nuestro compromiso prenatal. Es una cuestión de fidelizarse, con aceptación, con los procesos que hemos decidido experimentar en esta Vida física y no recrearnos en culpar a los demás de lo que nos pasa; no fomentar una actitud victimista o derrotista ante todo aquello que perdemos o que no nos sale bien; vivir más conectados a nuestro propósito en la Tierra, sea el que sea. Nadie dijo que superar todo aquello que forma parte de tu historia personal fuese fácil. De hecho a veces puede escocer más de lo que nos podríamos esperar a priori pero cuando consigues demostrarte a ti mismo que tu voluntad de querer vivir lo que has vivido para tu evolución y experimentación ha podido con el dolor generado de dicha vivencia es algo inefable.
Por eso yo digo que todos los que tenemos una fecha de nacimiento (que al fin y al cabo somos todos) somos grandes héroes, independientemente del nivel de conciencia que tenga cada uno. Porque más allá de ello, lo que prevalece por encima de todo es la voluntad de tu alma de querer compartir una serie de experiencias en esta realidad física con otras almas que también tomaron sus respectivas decisiones prenatales. Posiblemente para encontrarse contigo. Ahora mira a tu alrededor y piensa en cómo los demás contribuyen a tu crecimiento, a tu expansión, a la integración de tus aprendizajes. Por eso se dice que los demás son nuestros maestros. Y cuando te das cuenta de esto y asumes tu responsabilidad como Ser puedes llegar a un entendimiento un poquito más profundo: que tú eres tu propio maestro. Y ése es realmente tu compromiso contigo mismo cuando decides llegar a la vida a través de cualquier fecha de nacimiento. Averiguarlo, sentirlo y vivirlo poniéndolo en práctica en cada oportunidad que te facilita la Vida, en cada instante, en cada suspiro de existencia que exhalas".
Fernando Ángel Coronado
Cuando una persona consigue ser absolutamente consciente de su poder personal comprendiendo cuál es ese motor esencial que le ayuda a conseguir sus objetivos y se fideliza con su Vida abandonando todo código de penuria energética (es decir, todo lo que la desconecta de su Vida), se produce un efecto sorprendente. La persona expande su conciencia hasta tal punto que prioriza de manera natural la aceptación y la liberación de sus procesos de aprendizaje de tal manera que parece que estos son un mero trámite para seguir avanzando en su vida.
No se estanca en una lucha con su ego, no se regocija en el dolor, no retroalimenta su pena con pensamientos del ayer, no tiene la necesidad de mirar cada dos por tres al pasado porque comprende que el momento de actuar se halla en el presente. Valora cada instante del momento presente como un regalo de inconmensurable valor. Se siente verdaderamente conectado a su propósito y no juzga desde una perspectiva castigadora todo lo que la Vida le presenta. Lucha desde el perdón y la aceptación, y no desde la rabia, la ira contenida y el resentimiento. No es necesariamente un estado de iluminación, de elevación o de trascendencia espiritual. Es un estado que te permite vivir tu realidad comprendiendo y sintiendo con verdadera intensidad la perfección de todo lo que se manifiesta ante ti, más allá de que suponga más o menos agradable o doloroso.
Para finalizar esta publicación quisiera aportar desde mi óptica que si cada uno de nosotros se hiciese cargo de sus propios desafíos existenciales, de los procesos de vida que arrastra y que debe afrontar para poder permanecer en la vida con mayor plenitud, viviríamos más conectados a lo que yo llamo la Responsabilidad del Ser. Este término alude a la ética que cada uno de nosotros deberíamos tener en cuanto a nuestro compromiso prenatal. Es una cuestión de fidelizarse, con aceptación, con los procesos que hemos decidido experimentar en esta Vida física y no recrearnos en culpar a los demás de lo que nos pasa; no fomentar una actitud victimista o derrotista ante todo aquello que perdemos o que no nos sale bien; vivir más conectados a nuestro propósito en la Tierra, sea el que sea. Nadie dijo que superar todo aquello que forma parte de tu historia personal fuese fácil. De hecho a veces puede escocer más de lo que nos podríamos esperar a priori pero cuando consigues demostrarte a ti mismo que tu voluntad de querer vivir lo que has vivido para tu evolución y experimentación ha podido con el dolor generado de dicha vivencia es algo inefable.
Por eso yo digo que todos los que tenemos una fecha de nacimiento (que al fin y al cabo somos todos) somos grandes héroes, independientemente del nivel de conciencia que tenga cada uno. Porque más allá de ello, lo que prevalece por encima de todo es la voluntad de tu alma de querer compartir una serie de experiencias en esta realidad física con otras almas que también tomaron sus respectivas decisiones prenatales. Posiblemente para encontrarse contigo. Ahora mira a tu alrededor y piensa en cómo los demás contribuyen a tu crecimiento, a tu expansión, a la integración de tus aprendizajes. Por eso se dice que los demás son nuestros maestros. Y cuando te das cuenta de esto y asumes tu responsabilidad como Ser puedes llegar a un entendimiento un poquito más profundo: que tú eres tu propio maestro. Y ése es realmente tu compromiso contigo mismo cuando decides llegar a la vida a través de cualquier fecha de nacimiento. Averiguarlo, sentirlo y vivirlo poniéndolo en práctica en cada oportunidad que te facilita la Vida, en cada instante, en cada suspiro de existencia que exhalas".
Fernando Ángel Coronado
Cómo dice mi ídolo: "¡Cómo están las cabezas, Manolo!"