Buenos días, qué alegría [mention]NOME[/mention] sabía que aportarías cosas interesantes.
Lo que has dicho de pararse a oler las flores lo había escuchado, y me he acordado de algo que me paso hace días. Os lo cuento pero no penséis que estoy drogui ni nada
Normalmente cuando voy por la calle siempre me fundo en pensamientos, voy atenta pero pensando de fondo. El caso es que el otro día salí de casa con el propósito de estar atenta a todo lo que veía a mi alrededor, absolutamente de todo, y si en algún momento me perdía en mis pensamientos, volvía a estar atenta. Y de repente me di cuenta de algo que me dejo impresionada.
¡Un árbol! Cerca de mi casa en una baldosa hay un árbol, y mientras pasaba lo mire conscientemente, y lo vi precioso, me encanto, sentí mucha energía al mirarlo, y rápidamente pensé: pero si ha estado ahí siempre... ¿estoy tonta o qué?
Sí, había estado ahí siempre, pero no le había dado importancia, nunca me había parado a observarlo, nunca, no recuerdo si de niña lo habré hecho, pero de adulta desde luego, no. Y me sentí muy rara, como si toda mi vida hubiera estado perdiendo el tiempo y dejando escapar detalles tan pequeños pero a la vez tan grandes como un simple árbol. Porque realmente eso es la vida, y hasta me dieron ganas de llorar. Siempre me quejaba de todo, pensaba que el mundo era una mierda, y en ese momento me di cuenta, de que si no era capaz ni de valorar un árbol cómo esperaba que la vida me sonriera, si yo no era capaz ni de observar su grandeza.
Es como si estuviéramos todo el día drogados con nuestros pensamientos, atrapados, y mientras la vida va pasando...
Me daba palo contar esto, ya me esta diciendo mi mente que se van a reír de mí