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por Lana
Reina de Rancia
Aquí otra hija única que tampoco quería que su hija lo fuera. Y eso que ser hijo único tiene también sus ventajas, por supuesto, yo he forjado una relación muy estrecha y especial con mis padres, pero sí es cierto que en ciertos momentos de mi niñez eché en falta la figura de un compañero de juegos en casa. Eché en falta la figura de un hermano o hermana.
Además, mis 3 únicos primos me llevan mínimo 14 años, y viven lejos, con lo que no crecí con ellos.
Luego sé que cuando mis padres sean ya mayores, voy a estar sola en esa situación. Cosa que mi marido, por ejemplo, no lo estará, porque tiene a su hermano y podrá contar con él.
Y eso que tampoco tienen una relación muy estrecha, pero sí, se tienen el uno al otro y eso es algo que yo habría querido tener.
Es verdad que hay hermanos que no se llevan bien, yo asumí esa posición cuando decidí temñner otro hijo. Pero creo que salvo casos muy excepcionales, donde la relación es muy mala o inexistente, un hermano siempre va a ser un pilar, un apoyo fundamental, y más cuando los padres ya no están, aunque tú formes luego tu propia familia.
Luego además, está el hecho de que mi hija no iba a tener primos, casi con toda seguridad, con lo que para mí era importante darle un hermano y me alegro mucho de haberlo podido hacer. A pesar de los inevitables celos (era uno de mis principales miedos a la hora de plantearme tener otro, y sí, los tiene) sé que en unos meses, máximo un año, esto estará ya superado y ella tan feliz jugando con su hermanito.
En mi caso, creo que darle un hermano a mi hija era el principal motivo para tener otro hijo, pero también me apetecía mucho repetir experiencia y tener otro bebé. Tuve un primer embarazo buenísimo y aunque el parto fue bastante duro, luego el postparto y la crianza en general, nos fueron bastante bien, con pandemia incluida. Aunque hubo momentos duros, en general debo decir que la experiencia para mí fue muy bonita y gratificante, hasta el punto de pensar en repetir.
El caso es que el año pasado por estas fechas ya tenía 100% decidido que quería ir a por el segundo y nos lanzamos. Por edad, tampoco podíamos demorarlo mucho y por suerte, llegó enseguida.