Me he leído los tres primeros de Sandman porque me llamaba la atención la serie y porque tiene mucho prestigio. Nunca antes los había cogido porque el estilo de dibujo no me llamaba la atención.
Igual soy una niña mojigata demasiado malacostumbrada al cómic franco-belga (y eso que los hay fuertecitos), pero... Uf, me han costado horrores. El tercero no porque es muy corto, un par de viajes en el autobús, pero con los otros dos igual dos semanas porque no me gustaba leerlos antes de dormir.
Sí que hay historietas que me han gustado
ABBC3_SPOILER_SHOW
como la del hombre que pacta quedar con Morfeo cada 100 años, la de Shakespeare, la de la gata, cuando recoge sus objetos en el infierno...
Pero
ABBC3_SPOILER_SHOW
que se hable tan ricamente de la viola***n a Unity Kincaid (¿guiño al auténtico cuento de La bella durmiente?), a la pobre Calíope, la convención de asesinos, todo lo relacionado con John Dee, lo de la cafetería que a la gente le suele gustar mucho a mí me puso enferma... Buf, muy mal rollo en general. Me la imaginaba surrealista, pero onírica (quizás un Michael Ende para adultos), y no. Es muy sucia. Muy underground. Y no, no me apetece ponerme con ellos por la noche, lo intenté con el primero y aborté la misión.
Estuve compaginándolos con Contrapaso, de Teresa Valero, que también trata temas delicados, y nada que ver. Contrapaso es una delicia incluso leyéndolo por la noche. Este se me atragantaba.
También he terminado lo que me quedaba de Saga, y mirad que hay cosas fuertes y tristes, y no se me atragantaba como este.
Igual más adelante los retomo, pero ahora no. Ahora me apetece echarle el guante al remake de Little Nemo que publicó Planeta hace unos años. Necesito relajar mis neuronas.