A ver, es el que el tema este es complejo, y multifactorial. Y por supuesto depende de cada persona.
Hay algo que no habíamos mencionado hasta ahora, y son los potenciadores del sabor de ciertos alimentos. Eso influye en que sean más sabrosos y quieras más, sobre todo si es a lo que te acostumbra. Y te pongo un pequeño ejemplo: un día hice mayonesa casera para comer con mis compañeros de piso, porque la de mis compis (del Mercawoman) se había acabado. Y una de mis compis se quejaba porque no estaba tan rica como la que ella compraba (que puede influir la sal, vinagre o limón que le eches pero no era el caso a mi parecer). Y claro, yo le dije que si se pensaba que no iba a haber diferencia, con todo lo que le echan. Al final acabó educando su paladar, y prefería la mayonesa casera que la de bote.
Respecto al primer párrafo. Las comidas calóricas suelen apetecer más. Pero es que también tenemos menos control sobre ellas (ojo, no digo con todo el mundo). Cuando se habla de comer "con moderación", todo es muy relativo. Para mí puede ser comerme 2 cruasanes a la semana, para otros, 2 al mes, para otros, uno cada día. Depende de los hábitos, costumbres, educación que tengamos. Y tampoco somos todos iguales. Con lo cual, esa moderación será diferente (no sólo por los estándares de los que partamos cada uno), sino por lo que nuestro cuerpo pida. Y la comida engorda relativamente. Conozco gente que come muchíiiiisimas guarradas, pero mucha, y sin embargo están estupendos: bien porque hacen mucho deporte, porque tienen esa genética o por una mezcla de ambas. A veces también pasa que comen muchas guarradas pero también comen mucha fruta y verdura y de alguna manera compensa. Pero obviamente el ejercicio y la actividad física cobran un papel importante en el "engorde". Y todo esto viene por lo de que te apetezca o te parezca más rica una cosa que otra. Yo, la verdad, no creo que haya comidas más ricas objetivamente que otras. Quizás porque yo he vivido justo lo que comentas: que me plantes chocolate y no me apetezca, y tener mono de un buen plato de lentejas o unos pimientos asados. Y me ha pasado cuando "mejor educada" estaba respecto a la comida. Creo que es hábito, educación (entre otras cosas). Y es que llevo una temporada que el chocolate tipo milka, valor o lindt, me sabe a nada en el mejor de los casos; a plástico en el peor. PUede que porque me haya acostumbrado a los que tienen un gran porcentaje de cacao (que antes me parecían amargos y no les encontraba la gracia, y sin embargo ahora me apetece justo ESE chocolate, cuando me apetece).
Y, uniéndolo con el segundo párrafo, si estamos acostumbrado a comer pizza, tartas, papas fritas y huevos cuando tenemos cumples, vemos a la abuela o celebramos algo, de manera inconsciente, vamos a querer comer eso que asociamos con momentos que nos han hecho sentir bien, para calmar la tristeza, ansiedad o frustración. Y puede que no sea un atracón (o puede que sí, depende cómo lo vivas más que de la cantidad o el tipo de comida en sí en realidad), a veces comemos por puro aburrimiento. Pero no es sólo eso.... Quizás en esa época tan sanota que llevabas, en tu mente tenías una lista de alimentos prohibidos (o quizás no, pero lo menciono porque es lo más común), y eso hace que sea más fácil caer... Y si total caes por la mañana con un donut, pues al mediodía que más da ya una chocolatina y para cenar pizza que total ya me he saltado la dieta hoy así que retomo mañana. Y nos engañamos. Lo vemos todo como un cero/cien. Puedo empezar a comerme un donut y no tengo por qué terminar de comérmelo. Puedo empezar a ser consciente de lo que como y a nutrirme a cada momento, un Martes a las 16 que un Miercolés a las 20. Y nutrirse no es (bajo mi punto de vista, claro) no comerte un donut... Sino que sepas lo que es, disfrutarlo si lo comes, y ya. Pero cada uno tiene que descubrir sus mecanismos. A mí me costó encontrar los míos, depende de la persona, la verdad. Sé identificar cuándo cómo por aburrimiento, cuando lo hago por ansiedad, o cuándo lo hago por restricción (no necesariamente porque yo me prohíba algo, sino porque a lo mejor me voy de viaje y sé que no voy a poder comer X jamás en la vida o por lo menos en mucho tiempo). Es un trabajo duro esto, lleva su tiempo.
Respecto a la última parte del segundo párrafo... Dicho tal cual como lo dice el coach, me parece un papanatas, pero creo saber por dónde va. Puede ser una conducta de autosabotaje, pero también puede ser una adicción a la comida. O ambas, claro. Pero la obesidad no diría que viene de esa necesidad de apartarnos de los demás... Cuánta gente obesa no hay en el mundo? Todos lo son por eso? Me parece una simplificación peligrosa. Como he dicho, cuando nos sentimos mal, podemos adquirir ese hábito de comer para sentirnos bien, pero no necesariamente implica que queramos apartarnos de los demás. Habrá casos en los que haya personas que se sienten mal con su físico y ante la frustración o ansiedad que eso le genera, derive en esos atracones, en ese autosabotaje. O simplemente en no educarse en una alimentación sana. Pero creo que había que diferenciar entre una patología mental como el trastorno por atracón a alguien que está gordo u obeso por tener unos hábitos pésimos (porque además hay gente "normal" o delgada con los mismos malos hábitos pero que no se refleja), entonces me parece simplificar demasiado que todos los obesos X. Igual que nos parecería poco acertado si escuchamos a un médico decir que todos los gordos tienen la tensión alta y todos los delgados el colesterol perfecto.
En fin, que no sé si ha servido de algo mi rollo, pero aquí he venido a hablar de mi libro y ahí lo dejo