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por Isobel
Intralerda
Yo la operación pañal la recuerdo con auténtico terror. Nunca encontraba el momento porque no veía a mi hija preparada, es de finales de año, y septiembre y el comienzo del colegio se me echaba encima. No quería sentarse en el orinal ni por activa ni por pasiva y probé de todo, hasta chantajes; y aunque nunca me ha importado eso de que otros padres presuman de lo espabilados, listos e inteligentes que son sus hijos estaba hasta el moño de escuchar que ellos en cuestión de un fin de semana lo habían solventado. Al final lo hice estando de vacaciones y a las bravas, le quité el pañal, le puse unas braguitas y cada cierto tiempo le preguntaba si quería ir al baño, obviamente decía que no y así estuvimos cambiándola de ropa cada dos por tres y limpiando. Pasó una semana, yo ya me planteaba dar marcha atrás y volver a ponerle el pañal, y de pronto, estando en la playa, dijo que quería hacer pis. A partir de ese momento lo pidió siempre, cero escapes hasta el día de hoy (fue el verano pasado) y a la semana, viendo que se levantaba con el pañal seco, también le quitamos el de la noche.