El de la mujer que salía a correr me ha dado vergüenza ajena, lo que tienes que hacer por lo menos, si es que vas a saltarte las normas, es, si te pillan y te detienen, tener dignidad al menos y no montar un circo, ni resistirte de esa manera para que luego algunos digan que te maltrataron, estoy segura de que si les hubiera dicho a los policías: mirad, sí, lo he hecho mal, es que estaba súper agobiada en casa, pido perdón y me voy por donde he venido, no habría pasado todo eso, pero claro, debe ser de esos seres cazurros que se cree que está por encima de todos.
Ayer a la hora de los aplausos me asomé porque oí más jaleo del normal y cuando me percaté de lo que pasaba me daban ganas de llorar.
Eran niños y jóvenes del barrio, asomados a sus ventanas gritando a pleno pulmón a los incívicos de aquí, que son muchos, ya creciditos por cierto, que algunos de ellos saliendo corren riesgo por la edad que tienen, que se metieran en su puñetera casa, pero con silbatos, sartenes, música... Niños pequeñitos pidiéndoles a gente con pelos en los bajos que se fueran a su casa.
Ya era una protesta en toda regla, porque de verdad, es frustrante y decepcionante ver que estos pequeños que están acostumbrados a no parar, porque en mi barrio, que es muy humilde y pobre, los niños siguen saliendo a la antigua a la calle, a jugar y ponerse perdidos de mierda hasta el cuello, ahora están encerrados y llevándolo lo mejor posible, mientras ven como los mayores en ligar de dar ejemplo hacen lo que les sale de las narices.
Si hoy repiten hago video y os lo enseño. A mí me emocionó y soy más seca que un cacahuete, que yo no lloro ni con Titanic ni con el anuncio de Lotería