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Re: "Rocío. Contar la verdad para seguir viva"

Publicado: 29 Mar 2021, 18:26
por dominga
La pena de esto es que han tenido que morir los padres de Rocío para que ella pueda contar la historia. Ha tardado años, pero ha podido hacerlo. Con ellos en vida no hubiera podido porque los deja fatal y porque odiaban los escándalos.

Re: "Rocío. Contar la verdad para seguir viva"

Publicado: 29 Mar 2021, 18:28
por lunita2014
Antes que porqué no hablaba y ahora que porqué habla.

Re: "Rocío. Contar la verdad para seguir viva"

Publicado: 29 Mar 2021, 18:34
por mevacor
A mí lo que me ha dado mucha pena de ayer es que los padres no hicieran más por la hija, es terrible de verdad. Me contesta a mí AD así y le rompo las piernas.
Que en el fondo no me parece tan raro porque las apariencias hasta para los mindundis son muy importantes y ella siendo tan famosa pues imagínate , y que creo de verdad que la culparían a ella por haberse liado con el infraser. Si a día de hoy tenemos que soportar todavía esa mentalidad de mierda hace 25 años más, y que también esta gente era pura caspa y ranciedad las cosas como son.

Re: "Rocío. Contar la verdad para seguir viva"

Publicado: 29 Mar 2021, 18:37
por Moebius
No sé quién es la chica que está hablando en Sálvame pero me está gustando mucho.

Re: "Rocío. Contar la verdad para seguir viva"

Publicado: 29 Mar 2021, 18:37
por Luciboom
marjane escribió: 29 Mar 2021, 18:12
Luciboom escribió: 29 Mar 2021, 16:08 Todo un poco surrealista, yo estoy de acuerdo con @clevergirl , en que los dos eran unos críos inmaduros y aquello acabo como el rosario de la aurora. Eso de que con 18 años tenía muchas ganas de ser madre, no deja de ser un pensamiento de niña, pero no es el momento. No es muy normal una pareja embarazados y saliendo de fiesta todos los días y si no entendí mal era también con el primer embarazo. Ya empiezan mal, no están centrados, vale que no lleves una vida monacal pero hombre salir hasta las tantas a diario y antes que se fumaba en los locales no es el ambiente más adecuado. En esos detalles yo ya veo una inmadurez terrible. Y donde dejaban a la niña cuando salían embarazada de D ? Que si vuelves a las 6 de la mañana dudo que estén preparados a las 9 de la mañana para estar con la niña, se pasarían la mañana durmiendo y la niña con una canguro. Y cuando cuenta el episodio de Sonsoles en la playa que se vuelve ella andando, estaban en la playa, pero y la niña? Tampoco la llevaban a los planes diurnos? Venga, una familia ejemplar no eran,eh?
A mí hay muchas cosas que me chocan.
¿Y que ambos fueran inmaduros qué tiene que ver con el tipo de persona que luego ha demostrado ser él?
Nada, solo he comentado eso, que me parece todo muy surrealista. Lógicamente no tiene nada que ver con los maltratos.

Re: "Rocío. Contar la verdad para seguir viva"

Publicado: 29 Mar 2021, 18:44
por Harpa Marx

Luz de gas, el maltrato machista que nadie parece ver


Los especialistas atienden cada día más casos del abuso de género psicológico llamado luz de gas: muy sutil y difícil de comprender para el entorno y las autoridades.


Mireia es el nombre ficticio —por expresa petición— de una mujer de 37 años que durante dos años padeció por parte de su novio maltrato psicológico. En concreto, una forma de maltrato que se conoce como luz de gas. Se trata de un abuso sutil, manipulador, mediante el que se desgasta la estima y confianza en sí misma de la mujer hasta el punto de anularla, de convertirla en un manojo de dudas y miedos.


La victima casi nunca es consciente de estar siendo maltratada. O, al menos, no maltratada tal y como se entiende generalmente el término, ya que no hay una agresión clara. Simplemente, a base de poner en duda todo, discutir todo y menospreciar sus puntos de vista, la mujer va encerrándose en sí misma. Se trata también, en consecuencia, de un maltrato muy difícil de explicar para la víctima y todavía más complicado de denunciar.


Mireia cuenta: “Me lo discutía todo. Todo lo ponía en tela de juicio. Hasta las cosas que no tiene discusión, como mi estado de ánimo o mis sentimientos. Todo era una exageración mía, una invención o una paranoia. Todo estaba en mi cabeza, así que terminé por creérmelo. Terminé por creer que era yo la que no estaba a la altura y, por no seguir decepcionándole, me callaba. Dejé de opinar, dejé de contestar o simplemente de expresar las cosas. Quedé completamente anulada como persona y él tenía el control total de mí”.


Mireia estaba agotada. “Me quedé sin fuerza, sin energía, todo el día pendiente de no enfadarlo, de no decepcionarle. Hasta que comprendí que aquello no era normal, que no podía vivir así y que estaba ocurriendo algo”.


Y cuando Mireia comprendió, se encontró con la incomprensión. “Eso no es maltrato, me decía alguna amiga. Exageras… Eso me hundió más. El peor golpe que recibí fue cuando me animé a denunciar. Cuando ya no podía más porque ya me insultaba, me despreciaba y me generó ansiedad y problemas psicológicos. Fui al juzgado y archivaron mi causa. Que no era maltrato, que no había pruebas…”. Mireia llora. Y, cuando recupera el aliento, añade: “Llegué a pensar: ojalá me abra la cabeza. Ojalá me dé un puñetazo para poder ir al juez sangrando y que lo alejen de mí”.


"Gaslight"


El nombre de violencia de luz de gas viene de la película Gaslight, de 1944. Es un retrato de la violencia machista psicológica. En el filme, el marido manipula a su mujer con sutileza hasta convencerla de que ella se imagina cosas, recuerda mal las discusiones y hasta le hace dudar de su cordura. En eso, básicamente, consiste este tipo de maltrato psicológico. El abusador altera la percepción de la realidad de la víctima provocando que no sea consciente de que padece un maltrato o una situación que debe denunciar.


Bárbara Zorrilla es psicóloga especializada en atención a mujeres víctimas de la violencia de género. “El abuso luz de gas es una forma de violencia muy perversa porque es continua y se consigue mediante el ejercicio de un acoso constante pero sutil e indirecto, repetitivo, que va generando duda y confusión en la mujer que lo sufre, hasta el punto en que se llega a sentir culpable de las conductas de violencia emitidas por el maltratador y a dudar de todo lo que ocurre a su alrededor”.


Cuenta Beatriz Villanueva, coach y comunicadora especializada en género, que este tipo de maltrato es tan frecuente como invisible. “Es un tipo de violencia que me encuentro mucho en la consulta. Son mujeres que llegan agotadas. La mayoría llega sin ser conscientes de que están padeciendo maltrato psicológico. Vienen porque están cansadas, bajas, anuladas. Y es hablando, rascando, cuando se dan cuenta de que están todo el día intentando defenderse, intentando hacer valer su punto de vista, pero que no lo consigue nunca. Y llegan a considerar que no vale nada”.


Hace unos días Beatriz charló con una joven que le aseguraba sentirse triste, temerosa, insegura. Pero no asociaba ninguna de esas frustraciones con la posibilidad de estar sufriendo violencia psicológica por parte de su pareja, de quien afirmaba estar enamorada. Beatriz le hizo ver la situación que estaba padeciendo. “Suele haber una incredulidad: ¿yo? ¿maltratada? Pero enseguida, recapitulando, se dan cuenta de que están anuladas por sus parejas. Y que eso las ha exprimido, las ha dejado sin fuerzas”.


El abuso de luz de gas suele responder a un proceso reconocible. “Al principio el abusador manipula constantemente las interacciones con la pareja. Si ella le recuerda algo del tipo “es que me prometiste tal cosa’, él responde con expresiones del tipo: ‘yo no te prometí nada’, ‘¿por qué te inventas cosas?’, ‘¿estás loca?’. También invalida el punto de vista de la mujer cuando expresa sus sentimientos o se queja de algo. ‘Yo no vi eso, eres una exagerada; qué películas te montas; cómo puedes decir eso…’. Todo esto se sostiene con discusiones constantes que desgastan hasta el extremo y dejan sin fuerza a la mujer, que duda de su propio criterio y se siente una persona poco fiable o inútil”.


“¿Cómo ese tío me convenció de que era tonta?”


María tiene 44 años y estuvo 13 con su pareja. Cada uno de ellos sufrió maltrato psicológico y solo en la última fase de la relación fue consciente de lo que estaba padeciendo.


María nació en Ecuador y se trasladó muy joven a España. Nos atiende por teléfono con la condición de mantener su anonimato. Dice seguir teniendo mucho miedo. “Mis opiniones eran siempre sin sentido. ‘Eres de fuera, no tienes ni idea. Es que no sabes de qué hablas’. Al principio me lo decía hasta con educación, pero poco a poco, iba anulando todas mis opiniones. También las que tenían que ver con lo que sentía. ‘Pero qué dices, cómo te vas a sentir así. Eres de fuera, deberías estar agradecida…’. Y claro, yo pensaba: ‘pues es verdad, esto es lo que hay’”.


“Con el tiempo se volvió más violento en la forma de decirlo, me invalidaba todo lo que yo decía de forma agresiva. Pero lo hacía delante de los niños, para que yo no respondiera ni me defendiera, porque él sabía que yo no quería discutir delante de nuestros hijos. Así que me decía que era una inútil o que no servía para alguna cosa y yo me callaba. A fuerza de hacer eso, pues yo terminé por callarme siempre. Porque total, si replicaba iba a ir a peor. Y elegía no discutir”.


“Poco a poco me fui convenciendo de no sabía valerme por mí. Tenía miedo de casi todo. Pero no era consciente de que fuera por su culpa. Me fue anulando como persona. No me atrevía a expresar opiniones delante de él o a discutir algo. Si estábamos con amigos yo estaba callada, no me atrevía ni a reírme si alguien hacía un chiste”.


“Lo peor es que creía que él tenía razón, que mis opiniones no valían y que era mejor que estuviera callada. Me eliminó como persona. Yo estaba agotada porque estaba siempre pendiente de no enfadarle, de no discutir. Eso es agotador. Tuve ansiedad y engordé 20 kilos. No podía más”.


Cuenta Beatriz Villanueva que el proceso convierte a la mujer en “una persona insegura, dubitativa, que duda de si está diciendo tonterías. Una persona convencida de que sus opiniones no valen, que teme hablar, discutir, expresar sus puntos de vista…”.


Los últimos años de la relación de María fueron los más duros. “Fue lo que me hizo reaccionar”, explica. “Me empezó a exigir que le tratara de usted y me prohibió conducir. Ahí fue cuando me di cuenta de que eso no podía ser, que eso no es normal. Y pedí ayuda a la familia y la justicia. Lo que pasa es que no me comprendían del todo. No veían claro que eso fuera maltrato. Y la jueza, que era una mujer, archivó mi caso. Ahí me hundí. Me hundí por completo. Menos mal que seguí adelante y por fin él ha recibido una orden de alejamiento”.


“Ahora miro para atrás y me doy cuenta de muchas cosas. De que me hizo llegar a dudar de si yo era una inútil, me convenció de ello. Pero si yo nunca fui tonta. ¿Cómo este tío me convenció de eso?”.


“No hay justicia para mí”


“Seguimos sin identificar la violencia cuando no hay agresiones físicas, sin entender que los efectos del maltrato psicológico pueden llegar a ser devastadores e incluso irreversibles”, explica la psicóloga Bárbara Zorrilla.


En no pocas ocasiones, el propio entorno de la víctima no percibe que esta situación sea un maltrato. En general suele ser interpretado como problemas de pareja o altibajos. Un escenario que empuja a la mujer a encerrarse en sí misma, a no compartir la problemática e incluso, en ocasiones, a convencerse de que, tal y como no dejan de repetirle, no está siendo víctima de un maltrato.


“La propia víctima no es consciente. ¿Cómo me va a maltratar la persona que me ama? Cuando al fin lo comprenden resulta muy doloroso. Es muy duro”, explica Beatriz Villanueva.


Ana, una mujer de 45 años de Valencia, se separó de su ahora exmarido cuando este la agarró del cuello y la empujó contra la pared. Fue solo la punta de un enorme iceberg de sufrimiento psicológico. De hecho, ese empujón, tal y como ella reconoce, fue el desencadenante que le hizo reaccionar tras más de dos años de abuso sutil e incesante.


Uno de los problemas que ahora afronta Ana es que su expareja la sigue acosando. “Me manda mensajes o whatsapps diciéndome que no sé cuidar de nuestra hija y que no valgo para eso. Lo que me decía siempre cuando estábamos juntos. Me manda fotos p**no diciéndome que así tendría que ser…”.


Ana acudió a un cuartel de la Guardia Civil con los mensajes y trató de explicar el maltrato psicológico al que su marido la llevaba sometiendo años. “Pero no me hicieron ni caso. Me dijeron que ahí no había insultos, que tampoco me había pegado. Y que no podían hacer nada. Que eso no era maltrato”. La voz de Ana se quiebra.


Acudió también al juzgado, pero archivaron su causa. “Estoy abatida, tengo ansiedad. No tengo fuerza, ni ganas de arreglarme ni de salir de casa. Logró convencerme de que no sirvo para nada. Y todo sin insultos ni golpes. Así que no hay justicia para mí. No hay justicia…”.


La violencia luz de gas, tal y como explica Beatriz Villanueva, casi nunca requiere del uso de la violencia explícita. Incluso, muchas veces, se reviste de un falso buenismo: “Yo solo quiero ayudar, aunque parece que todo lo hago mal; hazme caso, fíate de mí, es por tu bien…”. Por esta razón, en ocasiones, también los hombres padecen luz de gas por parte de sus parejas. En estos caso todavía es más difícil para la víctima, y sobre todo pare el entorno, detectar que el hombre está padeciendo maltrato.


“La táctica es el afecto intermitente. Muestras de amor y cariño, arrepentimiento, condescendencia y promesas de felicidad futura hacen creer a la mujer que si ella cambia, él también lo hará y que solamente podrá encontrar la felicidad a su lado porque solo lo tiene a él”, explica la psicóloga Bárbara Zorrilla. “La violencia explícita es reprobada y castigada. ¿Cuál es la alternativa? Usar la manipulación, el victimismo. La luz de gas”, añade Beatriz.


Esto desemboca en escenarios muy graves. Muchas mujeres solo son capaces de reaccionar cuando son agredidas físicamente. También, en ocasiones, es cuando el entorno y las autoridades abren los ojos.


Frecuente y entre jóvenes


“Este tipo de maltrato es mucho más frecuente de lo que se ve y percibimos. También en gente joven. Se perpetúa, y responde a los roles que tenemos asumidos en la pareja”, explica Beatriz.


Concuerda la psicóloga Bárbara Zorrilla, que considera que instituciones y autoridades deben mejorar y ampliar su formación en violencia de género: “Las mujeres necesitan que tanto su entorno como la administración pública, a través de sus recursos de atención especializada les ayuden a identificar esa violencia, su intencionalidad, sus mecanismos y sus consecuencias. Para ello hay que seguir trabajando en la sensibilización de la población general y la formación a todos los profesionales que les atienden, no solo en el ámbito judicial, sino médico, policial... para que puedan acompañarlas, ayudarles a construir su relato, dotarlas de credibilidad y devolverles la libertad que les han robado”.

https://elpais.com/politica/2017/09/15/ ... 55999.html


Re: "Rocío. Contar la verdad para seguir viva"

Publicado: 29 Mar 2021, 18:45
por lilith80
a mi lo que me deja descolocada es que hubieron épocas en las que vivian todos juntos y nadie se dió cuenta de nada.
El episodio del tio que se lo encuentra durmiendo en el coche y cuando le pregunta que qué hace ahí le dice "tú que harías se te ponen un par de melones delante"??? pues no sé pero muy normal no es. El tío no dijo nada en ese momento?? y bueno aún no diciendolo y tragarselo por guardar las apariencias y no dar escandalos, (cosa tambien subrealista siendo una familia que no ha parado de tirarse los trastos unos a otros) por qué nadie ha salido en su defensa cuando la tachaban de mala madre??Es que toda la familia tambien la tachaban de eso, hasta no diciendo nada daban a entender que pensaban lo mismo con AD.
(Por cierto, no me extraña nada que en algún momento dado cuente que se lió tambien con la prima chayo)

YO es que sigo pensando que por un lado separo lo de los malos tratos, pero por otro lado lo de los hijos sigo sin entenderlo.
Una cosa es ser una mujer maltratada y otra dejar a tus hijos al cuidado de ese mismo maltratador. En ningún momento pensó que esa rabia y agresividad se podía volver en contra de ellos también.?? Es que me parece un poco "irresponsable" por su parte.

Re: "Rocío. Contar la verdad para seguir viva"

Publicado: 29 Mar 2021, 18:45
por Elcuervomalhablado
Gaby escribió: 29 Mar 2021, 17:33
Pequeñopony escribió: 29 Mar 2021, 17:10 A mí me alucina que se reduzca un testimonio tan duro de maltrato a “era una relación de niñatos, los dos, y punto”. Vamos, me quedo loquísima.
Yo sinceramente veo muy grave y peligrosa esta forma de pensar, de banalizar con algo tan peligroso que sigue siendo algo tan tabú y callado en esta sociedad. No hace ningún bien, al contrario, hace mucho daño.
¿Tabú? Un tema que están el día entero con la matraca, en la tele, en redes sociales, en carteles por la calle, en señales de tráfico y dice que es tabú. Con dos cojones.

Tabú es el suicidio, que hay muchísimos más de miles que de maltrato a mujeres y de eso no hay campañas ni nada. Se tapa.

Y hay más temas tabú, pero precisamente este, no es que sea tabú, es que no se habla de otra cosa y se ha politizado y creado un negocio con ello.

A muchas mujeres les comen la cabeza para que denuncien maltrato cosas que no lo son. Una relación tóxica de pareja mismamente, con faltas de respeto bidireccionales. En lugar de dejar la relación, se ponen a denunciar.

Del maltrato a la inversa no se oye nada, y sí, hay mujeres que maltratan a hombres sobretodo psicológicamente. Por no hablar de la violencia doméstica hacia niños.

Así que que digáis que esto es tabú a día de hoy es para hacérselo mirar.

Re: "Rocío. Contar la verdad para seguir viva"

Publicado: 29 Mar 2021, 18:47
por Coffeelover
clevergirl escribió: 29 Mar 2021, 18:04 No hay nada más manipulable que las masas (estamos en Semana Santa y es un buen momento para recordarlo; el mismo pueblo que recibió a Jesucristo con palmas y ovaciones, una semana después gritaba que lo crucificaran) y con eso me quedo.
Pues tu comentario tiene un puntito irónico, porque el ex ha contado todo lo que se le ha pasado por la cabeza el inventar y más, y las "masas" han absorbido de la forma más acrítica todas las calumnias, incluso ahora que se demuestran calumnias.
Est escribió: 29 Mar 2021, 18:14 Otra cosa que me está gustando mucho ( y al principio no era consciente) es la gran visibilidad a las personas que sufren el acoso de estos narcisistas perversos.

Nadie estamos a salvo de sufrir este acoso al 100%. Los hay en el entorno familiar, la
¿Sabéis lo triste? Hace más de veinte años que Marie France Hirigoyen publicó su estudio sobre el acoso moral, pero parece que no ha cruzado los Pririneos.

Re: "Rocío. Contar la verdad para seguir viva"

Publicado: 29 Mar 2021, 18:49
por Shirley
R1 no defendió a su hija probablemente porque se quedó paralizada. La personalidad de AD es la típica que te acobardas sin tener porqué. También que uno siempre traga más por hijos y nietos.


El storie de R3 con la abuela paterna lo subió antes de la emisión.

Re: "Rocío. Contar la verdad para seguir viva"

Publicado: 29 Mar 2021, 18:50
por Argo
Vivían en una mansión en la moraleja, no en un piso de 60m2. Es lógico que no se enterasen de todo, vivirían en zonas diferentes de la casa.
Shirley escribió: 29 Mar 2021, 18:49 R1 no defendió a su hija probablemente porque se quedó paralizada. La personalidad de AD es la típica que te acobardas sin tener porqué. También que uno siempre traga más por hijos y nietos.


El storie de R3 con la abuela paterna lo subió antes de la emisión.
Seguramente porque le habría llegado algo sino no tiene mucho sentido.

Re: "Rocío. Contar la verdad para seguir viva"

Publicado: 29 Mar 2021, 18:50
por Elcuervomalhablado
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Re: "Rocío. Contar la verdad para seguir viva"

Publicado: 29 Mar 2021, 18:52
por Est
Coffeelover escribió: 29 Mar 2021, 18:47
clevergirl escribió: 29 Mar 2021, 18:04 No hay nada más manipulable que las masas (estamos en Semana Santa y es un buen momento para recordarlo; el mismo pueblo que recibió a Jesucristo con palmas y ovaciones, una semana después gritaba que lo crucificaran) y con eso me quedo.
Pues tu comentario tiene un puntito irónico, porque el ex ha contado todo lo que se le ha pasado por la cabeza el inventar y más, y las "masas" han absorbido de la forma más acrítica todas las calumnias, incluso ahora que se demuestran calumnias.
Est escribió: 29 Mar 2021, 18:14 Otra cosa que me está gustando mucho ( y al principio no era consciente) es la gran visibilidad a las personas que sufren el acoso de estos narcisistas perversos.

Nadie estamos a salvo de sufrir este acoso al 100%. Los hay en el entorno familiar, la
¿Sabéis lo triste? Hace más de veinte años que Marie France Hirigoyen publicó su estudio sobre el acoso moral, pero parece que no ha cruzado los Pririneos.
Si, lo conozco.

Re: "Rocío. Contar la verdad para seguir viva"

Publicado: 29 Mar 2021, 18:53
por Lamentable
He caído y he visto el programa de anoche.
Tremendo todo.
Pero hay una cosa que, o se me ha escapado, o no he entendido bien.
Ella cuenta, cuando habla del trabajo de la inmobiliaria que le consigue, que se sentía culpable porque él no tenía trabajo por ella pero, ¿a él no le echaron de la GC por el tema de la multa?
En todo caso, era algo de él, ella no tenía nada que ver.
Por favor, iluminadme. Que yo creo que algo se me escapa.

Re: "Rocío. Contar la verdad para seguir viva"

Publicado: 29 Mar 2021, 18:53
por Lita
Nanaeboo escribió: 29 Mar 2021, 16:52
Coffeelover escribió: 29 Mar 2021, 16:46
Nanaeboo escribió: 29 Mar 2021, 16:09 Pero que le ha hecho el hijo? Es que no se como se puede justificar que un hijo que no le ha hecho nada y además tiene un problema le deje con ese hombre tan maltratador. No quiere tanto a sus hijos?
Madres luchadoras sin ningún tipo de ayuda económica detrás han estado con sus hijos. Es que no le veo justificación posible,
Ha ido a juicio y no lo ha ganado, qué puede hacer? ¿Secuestrarlo?
Llamarle? No decir en una exclusiva de tu boda que estáis todos los que tenéis que estar? No sé... muchas cosas. Que son adultos los 2. No basta con decir en tv que les quiere mucho, no lo veo en sus actos.
+1
mevacor escribió: 29 Mar 2021, 18:01 A mi el desodorante no me da ninguna confianza , no sé nada de él pero dudo que sea trigo limpio realmente.
+1
Lana escribió: 29 Mar 2021, 18:14
Miriam92 escribió: 29 Mar 2021, 17:28 Spoiler, hay un episodio dedicado a la separación de R2 y R3 (la denuncia) y otro capítulo sobre la no vuelta del niño y por qué no asistió a su boda
Pues deseando estoy que cuente su versión de esos dos hechos en concreto; puede callar muchas bocas definitivamente.
Yo también lo estoy deseando porque no lo entiendo.

Acabo de ver el programa de ayer, aunque me he saltado comentarios que hicieron en plató. No hay nada que me haya sorprendido, es decir, R2 explica explica un comportamiento de maltratador de manual.

Siguen habiendo cosas que no me cuadran, pero de todos, porque la familia de Chipiona, la prima, Chayo... que todo el mundo supiera lo que hacía AD, y que nadie le dijese nada... no lo puedo entender, o cuando AD la quiso tirar por la ventana, que nadie se enterase de nada no lo entiendo, porque me imagino que chillaría o algo... o que la tía no haya salido nunca en defensa de su sobrina diciendo que no había reja en la ventana, que AD dice que si. No entiendo nada.

Las declaraciones que ayer salieron a la luz sobre AD creo que han acabado de hundirlo definitivamente. No sé qué puede contar más que sea peor de lo que ya ha dicho. Ya puede ir pensando en qué va a trabajar para ganarse la vida.

Re: "Rocío. Contar la verdad para seguir viva"

Publicado: 29 Mar 2021, 18:55
por Shirley
Lamentable escribió: 29 Mar 2021, 18:53 He caído y he visto el programa de anoche.
Tremendo todo.
Pero hay una cosa que, o se me ha escapado, o no he entendido bien.
Ella cuenta, cuando habla del trabajo de la inmobiliaria que le consigue, que se sentía culpable porque él no tenía trabajo por ella pero, ¿a él no le echaron de la GC por el tema de la multa?
En todo caso, era algo de él, ella no tenía nada que ver.
Por favor, iluminadme. Que yo creo que algo se me escapa.
Él le echó la culpa a ella de lo que le ocurrió.

Re: "Rocío. Contar la verdad para seguir viva"

Publicado: 29 Mar 2021, 18:56
por isara
Lamentable escribió: 29 Mar 2021, 18:53 He caído y he visto el programa de anoche.
Tremendo todo.
Pero hay una cosa que, o se me ha escapado, o no he entendido bien.
Ella cuenta, cuando habla del trabajo de la inmobiliaria que le consigue, que se sentía culpable porque él no tenía trabajo por ella pero, ¿a él no le echaron de la GC por el tema de la multa?
En todo caso, era algo de él, ella no tenía nada que ver.
Por favor, iluminadme. Que yo creo que algo se me escapa.
Él le decía que toda la situación que tenía en la GC era por ser su novio, le hizo sentirse culpable.

Re: "Rocío. Contar la verdad para seguir viva"

Publicado: 29 Mar 2021, 18:57
por Elcuervomalhablado
Harpa Marx escribió: 29 Mar 2021, 18:44

Luz de gas, el maltrato machista que nadie parece ver


Los especialistas atienden cada día más casos del abuso de género psicológico llamado luz de gas: muy sutil y difícil de comprender para el entorno y las autoridades.


Mireia es el nombre ficticio —por expresa petición— de una mujer de 37 años que durante dos años padeció por parte de su novio maltrato psicológico. En concreto, una forma de maltrato que se conoce como luz de gas. Se trata de un abuso sutil, manipulador, mediante el que se desgasta la estima y confianza en sí misma de la mujer hasta el punto de anularla, de convertirla en un manojo de dudas y miedos.


La victima casi nunca es consciente de estar siendo maltratada. O, al menos, no maltratada tal y como se entiende generalmente el término, ya que no hay una agresión clara. Simplemente, a base de poner en duda todo, discutir todo y menospreciar sus puntos de vista, la mujer va encerrándose en sí misma. Se trata también, en consecuencia, de un maltrato muy difícil de explicar para la víctima y todavía más complicado de denunciar.


Mireia cuenta: “Me lo discutía todo. Todo lo ponía en tela de juicio. Hasta las cosas que no tiene discusión, como mi estado de ánimo o mis sentimientos. Todo era una exageración mía, una invención o una paranoia. Todo estaba en mi cabeza, así que terminé por creérmelo. Terminé por creer que era yo la que no estaba a la altura y, por no seguir decepcionándole, me callaba. Dejé de opinar, dejé de contestar o simplemente de expresar las cosas. Quedé completamente anulada como persona y él tenía el control total de mí”.


Mireia estaba agotada. “Me quedé sin fuerza, sin energía, todo el día pendiente de no enfadarlo, de no decepcionarle. Hasta que comprendí que aquello no era normal, que no podía vivir así y que estaba ocurriendo algo”.


Y cuando Mireia comprendió, se encontró con la incomprensión. “Eso no es maltrato, me decía alguna amiga. Exageras… Eso me hundió más. El peor golpe que recibí fue cuando me animé a denunciar. Cuando ya no podía más porque ya me insultaba, me despreciaba y me generó ansiedad y problemas psicológicos. Fui al juzgado y archivaron mi causa. Que no era maltrato, que no había pruebas…”. Mireia llora. Y, cuando recupera el aliento, añade: “Llegué a pensar: ojalá me abra la cabeza. Ojalá me dé un puñetazo para poder ir al juez sangrando y que lo alejen de mí”.


"Gaslight"


El nombre de violencia de luz de gas viene de la película Gaslight, de 1944. Es un retrato de la violencia machista psicológica. En el filme, el marido manipula a su mujer con sutileza hasta convencerla de que ella se imagina cosas, recuerda mal las discusiones y hasta le hace dudar de su cordura. En eso, básicamente, consiste este tipo de maltrato psicológico. El abusador altera la percepción de la realidad de la víctima provocando que no sea consciente de que padece un maltrato o una situación que debe denunciar.


Bárbara Zorrilla es psicóloga especializada en atención a mujeres víctimas de la violencia de género. “El abuso luz de gas es una forma de violencia muy perversa porque es continua y se consigue mediante el ejercicio de un acoso constante pero sutil e indirecto, repetitivo, que va generando duda y confusión en la mujer que lo sufre, hasta el punto en que se llega a sentir culpable de las conductas de violencia emitidas por el maltratador y a dudar de todo lo que ocurre a su alrededor”.


Cuenta Beatriz Villanueva, coach y comunicadora especializada en género, que este tipo de maltrato es tan frecuente como invisible. “Es un tipo de violencia que me encuentro mucho en la consulta. Son mujeres que llegan agotadas. La mayoría llega sin ser conscientes de que están padeciendo maltrato psicológico. Vienen porque están cansadas, bajas, anuladas. Y es hablando, rascando, cuando se dan cuenta de que están todo el día intentando defenderse, intentando hacer valer su punto de vista, pero que no lo consigue nunca. Y llegan a considerar que no vale nada”.


Hace unos días Beatriz charló con una joven que le aseguraba sentirse triste, temerosa, insegura. Pero no asociaba ninguna de esas frustraciones con la posibilidad de estar sufriendo violencia psicológica por parte de su pareja, de quien afirmaba estar enamorada. Beatriz le hizo ver la situación que estaba padeciendo. “Suele haber una incredulidad: ¿yo? ¿maltratada? Pero enseguida, recapitulando, se dan cuenta de que están anuladas por sus parejas. Y que eso las ha exprimido, las ha dejado sin fuerzas”.


El abuso de luz de gas suele responder a un proceso reconocible. “Al principio el abusador manipula constantemente las interacciones con la pareja. Si ella le recuerda algo del tipo “es que me prometiste tal cosa’, él responde con expresiones del tipo: ‘yo no te prometí nada’, ‘¿por qué te inventas cosas?’, ‘¿estás loca?’. También invalida el punto de vista de la mujer cuando expresa sus sentimientos o se queja de algo. ‘Yo no vi eso, eres una exagerada; qué películas te montas; cómo puedes decir eso…’. Todo esto se sostiene con discusiones constantes que desgastan hasta el extremo y dejan sin fuerza a la mujer, que duda de su propio criterio y se siente una persona poco fiable o inútil”.


“¿Cómo ese tío me convenció de que era tonta?”


María tiene 44 años y estuvo 13 con su pareja. Cada uno de ellos sufrió maltrato psicológico y solo en la última fase de la relación fue consciente de lo que estaba padeciendo.


María nació en Ecuador y se trasladó muy joven a España. Nos atiende por teléfono con la condición de mantener su anonimato. Dice seguir teniendo mucho miedo. “Mis opiniones eran siempre sin sentido. ‘Eres de fuera, no tienes ni idea. Es que no sabes de qué hablas’. Al principio me lo decía hasta con educación, pero poco a poco, iba anulando todas mis opiniones. También las que tenían que ver con lo que sentía. ‘Pero qué dices, cómo te vas a sentir así. Eres de fuera, deberías estar agradecida…’. Y claro, yo pensaba: ‘pues es verdad, esto es lo que hay’”.


“Con el tiempo se volvió más violento en la forma de decirlo, me invalidaba todo lo que yo decía de forma agresiva. Pero lo hacía delante de los niños, para que yo no respondiera ni me defendiera, porque él sabía que yo no quería discutir delante de nuestros hijos. Así que me decía que era una inútil o que no servía para alguna cosa y yo me callaba. A fuerza de hacer eso, pues yo terminé por callarme siempre. Porque total, si replicaba iba a ir a peor. Y elegía no discutir”.


“Poco a poco me fui convenciendo de no sabía valerme por mí. Tenía miedo de casi todo. Pero no era consciente de que fuera por su culpa. Me fue anulando como persona. No me atrevía a expresar opiniones delante de él o a discutir algo. Si estábamos con amigos yo estaba callada, no me atrevía ni a reírme si alguien hacía un chiste”.


“Lo peor es que creía que él tenía razón, que mis opiniones no valían y que era mejor que estuviera callada. Me eliminó como persona. Yo estaba agotada porque estaba siempre pendiente de no enfadarle, de no discutir. Eso es agotador. Tuve ansiedad y engordé 20 kilos. No podía más”.


Cuenta Beatriz Villanueva que el proceso convierte a la mujer en “una persona insegura, dubitativa, que duda de si está diciendo tonterías. Una persona convencida de que sus opiniones no valen, que teme hablar, discutir, expresar sus puntos de vista…”.


Los últimos años de la relación de María fueron los más duros. “Fue lo que me hizo reaccionar”, explica. “Me empezó a exigir que le tratara de usted y me prohibió conducir. Ahí fue cuando me di cuenta de que eso no podía ser, que eso no es normal. Y pedí ayuda a la familia y la justicia. Lo que pasa es que no me comprendían del todo. No veían claro que eso fuera maltrato. Y la jueza, que era una mujer, archivó mi caso. Ahí me hundí. Me hundí por completo. Menos mal que seguí adelante y por fin él ha recibido una orden de alejamiento”.


“Ahora miro para atrás y me doy cuenta de muchas cosas. De que me hizo llegar a dudar de si yo era una inútil, me convenció de ello. Pero si yo nunca fui tonta. ¿Cómo este tío me convenció de eso?”.


“No hay justicia para mí”


“Seguimos sin identificar la violencia cuando no hay agresiones físicas, sin entender que los efectos del maltrato psicológico pueden llegar a ser devastadores e incluso irreversibles”, explica la psicóloga Bárbara Zorrilla.


En no pocas ocasiones, el propio entorno de la víctima no percibe que esta situación sea un maltrato. En general suele ser interpretado como problemas de pareja o altibajos. Un escenario que empuja a la mujer a encerrarse en sí misma, a no compartir la problemática e incluso, en ocasiones, a convencerse de que, tal y como no dejan de repetirle, no está siendo víctima de un maltrato.


“La propia víctima no es consciente. ¿Cómo me va a maltratar la persona que me ama? Cuando al fin lo comprenden resulta muy doloroso. Es muy duro”, explica Beatriz Villanueva.


Ana, una mujer de 45 años de Valencia, se separó de su ahora exmarido cuando este la agarró del cuello y la empujó contra la pared. Fue solo la punta de un enorme iceberg de sufrimiento psicológico. De hecho, ese empujón, tal y como ella reconoce, fue el desencadenante que le hizo reaccionar tras más de dos años de abuso sutil e incesante.


Uno de los problemas que ahora afronta Ana es que su expareja la sigue acosando. “Me manda mensajes o whatsapps diciéndome que no sé cuidar de nuestra hija y que no valgo para eso. Lo que me decía siempre cuando estábamos juntos. Me manda fotos p**no diciéndome que así tendría que ser…”.


Ana acudió a un cuartel de la Guardia Civil con los mensajes y trató de explicar el maltrato psicológico al que su marido la llevaba sometiendo años. “Pero no me hicieron ni caso. Me dijeron que ahí no había insultos, que tampoco me había pegado. Y que no podían hacer nada. Que eso no era maltrato”. La voz de Ana se quiebra.


Acudió también al juzgado, pero archivaron su causa. “Estoy abatida, tengo ansiedad. No tengo fuerza, ni ganas de arreglarme ni de salir de casa. Logró convencerme de que no sirvo para nada. Y todo sin insultos ni golpes. Así que no hay justicia para mí. No hay justicia…”.


La violencia luz de gas, tal y como explica Beatriz Villanueva, casi nunca requiere del uso de la violencia explícita. Incluso, muchas veces, se reviste de un falso buenismo: “Yo solo quiero ayudar, aunque parece que todo lo hago mal; hazme caso, fíate de mí, es por tu bien…”. Por esta razón, en ocasiones, también los hombres padecen luz de gas por parte de sus parejas. En estos caso todavía es más difícil para la víctima, y sobre todo pare el entorno, detectar que el hombre está padeciendo maltrato.


“La táctica es el afecto intermitente. Muestras de amor y cariño, arrepentimiento, condescendencia y promesas de felicidad futura hacen creer a la mujer que si ella cambia, él también lo hará y que solamente podrá encontrar la felicidad a su lado porque solo lo tiene a él”, explica la psicóloga Bárbara Zorrilla. “La violencia explícita es reprobada y castigada. ¿Cuál es la alternativa? Usar la manipulación, el victimismo. La luz de gas”, añade Beatriz.


Esto desemboca en escenarios muy graves. Muchas mujeres solo son capaces de reaccionar cuando son agredidas físicamente. También, en ocasiones, es cuando el entorno y las autoridades abren los ojos.


Frecuente y entre jóvenes


“Este tipo de maltrato es mucho más frecuente de lo que se ve y percibimos. También en gente joven. Se perpetúa, y responde a los roles que tenemos asumidos en la pareja”, explica Beatriz.


Concuerda la psicóloga Bárbara Zorrilla, que considera que instituciones y autoridades deben mejorar y ampliar su formación en violencia de género: “Las mujeres necesitan que tanto su entorno como la administración pública, a través de sus recursos de atención especializada les ayuden a identificar esa violencia, su intencionalidad, sus mecanismos y sus consecuencias. Para ello hay que seguir trabajando en la sensibilización de la población general y la formación a todos los profesionales que les atienden, no solo en el ámbito judicial, sino médico, policial... para que puedan acompañarlas, ayudarles a construir su relato, dotarlas de credibilidad y devolverles la libertad que les han robado”.

https://elpais.com/politica/2017/09/15/ ... 55999.html

Maltrato machista... claro.

Pues que sepas que hay mujeres que también hacen luz de gas a sus parejas, eso no es algo exclusivamente masculino. Lo he vivido en la familia de mujer a hombre.

Hay perfiles psicológicos chungos ,lo que es de traca y manipulación total es querer convencer de que eso es machista y sólo se produce de hombre a mujer?

¿Eso es igualdad?

Re: "Rocío. Contar la verdad para seguir viva"

Publicado: 29 Mar 2021, 19:01
por Sunrise
Elcuervomalhablado escribió: 29 Mar 2021, 18:57
Harpa Marx escribió: 29 Mar 2021, 18:44

Luz de gas, el maltrato machista que nadie parece ver


Los especialistas atienden cada día más casos del abuso de género psicológico llamado luz de gas: muy sutil y difícil de comprender para el entorno y las autoridades.


Mireia es el nombre ficticio —por expresa petición— de una mujer de 37 años que durante dos años padeció por parte de su novio maltrato psicológico. En concreto, una forma de maltrato que se conoce como luz de gas. Se trata de un abuso sutil, manipulador, mediante el que se desgasta la estima y confianza en sí misma de la mujer hasta el punto de anularla, de convertirla en un manojo de dudas y miedos.


La victima casi nunca es consciente de estar siendo maltratada. O, al menos, no maltratada tal y como se entiende generalmente el término, ya que no hay una agresión clara. Simplemente, a base de poner en duda todo, discutir todo y menospreciar sus puntos de vista, la mujer va encerrándose en sí misma. Se trata también, en consecuencia, de un maltrato muy difícil de explicar para la víctima y todavía más complicado de denunciar.


Mireia cuenta: “Me lo discutía todo. Todo lo ponía en tela de juicio. Hasta las cosas que no tiene discusión, como mi estado de ánimo o mis sentimientos. Todo era una exageración mía, una invención o una paranoia. Todo estaba en mi cabeza, así que terminé por creérmelo. Terminé por creer que era yo la que no estaba a la altura y, por no seguir decepcionándole, me callaba. Dejé de opinar, dejé de contestar o simplemente de expresar las cosas. Quedé completamente anulada como persona y él tenía el control total de mí”.


Mireia estaba agotada. “Me quedé sin fuerza, sin energía, todo el día pendiente de no enfadarlo, de no decepcionarle. Hasta que comprendí que aquello no era normal, que no podía vivir así y que estaba ocurriendo algo”.


Y cuando Mireia comprendió, se encontró con la incomprensión. “Eso no es maltrato, me decía alguna amiga. Exageras… Eso me hundió más. El peor golpe que recibí fue cuando me animé a denunciar. Cuando ya no podía más porque ya me insultaba, me despreciaba y me generó ansiedad y problemas psicológicos. Fui al juzgado y archivaron mi causa. Que no era maltrato, que no había pruebas…”. Mireia llora. Y, cuando recupera el aliento, añade: “Llegué a pensar: ojalá me abra la cabeza. Ojalá me dé un puñetazo para poder ir al juez sangrando y que lo alejen de mí”.


"Gaslight"


El nombre de violencia de luz de gas viene de la película Gaslight, de 1944. Es un retrato de la violencia machista psicológica. En el filme, el marido manipula a su mujer con sutileza hasta convencerla de que ella se imagina cosas, recuerda mal las discusiones y hasta le hace dudar de su cordura. En eso, básicamente, consiste este tipo de maltrato psicológico. El abusador altera la percepción de la realidad de la víctima provocando que no sea consciente de que padece un maltrato o una situación que debe denunciar.


Bárbara Zorrilla es psicóloga especializada en atención a mujeres víctimas de la violencia de género. “El abuso luz de gas es una forma de violencia muy perversa porque es continua y se consigue mediante el ejercicio de un acoso constante pero sutil e indirecto, repetitivo, que va generando duda y confusión en la mujer que lo sufre, hasta el punto en que se llega a sentir culpable de las conductas de violencia emitidas por el maltratador y a dudar de todo lo que ocurre a su alrededor”.


Cuenta Beatriz Villanueva, coach y comunicadora especializada en género, que este tipo de maltrato es tan frecuente como invisible. “Es un tipo de violencia que me encuentro mucho en la consulta. Son mujeres que llegan agotadas. La mayoría llega sin ser conscientes de que están padeciendo maltrato psicológico. Vienen porque están cansadas, bajas, anuladas. Y es hablando, rascando, cuando se dan cuenta de que están todo el día intentando defenderse, intentando hacer valer su punto de vista, pero que no lo consigue nunca. Y llegan a considerar que no vale nada”.


Hace unos días Beatriz charló con una joven que le aseguraba sentirse triste, temerosa, insegura. Pero no asociaba ninguna de esas frustraciones con la posibilidad de estar sufriendo violencia psicológica por parte de su pareja, de quien afirmaba estar enamorada. Beatriz le hizo ver la situación que estaba padeciendo. “Suele haber una incredulidad: ¿yo? ¿maltratada? Pero enseguida, recapitulando, se dan cuenta de que están anuladas por sus parejas. Y que eso las ha exprimido, las ha dejado sin fuerzas”.


El abuso de luz de gas suele responder a un proceso reconocible. “Al principio el abusador manipula constantemente las interacciones con la pareja. Si ella le recuerda algo del tipo “es que me prometiste tal cosa’, él responde con expresiones del tipo: ‘yo no te prometí nada’, ‘¿por qué te inventas cosas?’, ‘¿estás loca?’. También invalida el punto de vista de la mujer cuando expresa sus sentimientos o se queja de algo. ‘Yo no vi eso, eres una exagerada; qué películas te montas; cómo puedes decir eso…’. Todo esto se sostiene con discusiones constantes que desgastan hasta el extremo y dejan sin fuerza a la mujer, que duda de su propio criterio y se siente una persona poco fiable o inútil”.


“¿Cómo ese tío me convenció de que era tonta?”


María tiene 44 años y estuvo 13 con su pareja. Cada uno de ellos sufrió maltrato psicológico y solo en la última fase de la relación fue consciente de lo que estaba padeciendo.


María nació en Ecuador y se trasladó muy joven a España. Nos atiende por teléfono con la condición de mantener su anonimato. Dice seguir teniendo mucho miedo. “Mis opiniones eran siempre sin sentido. ‘Eres de fuera, no tienes ni idea. Es que no sabes de qué hablas’. Al principio me lo decía hasta con educación, pero poco a poco, iba anulando todas mis opiniones. También las que tenían que ver con lo que sentía. ‘Pero qué dices, cómo te vas a sentir así. Eres de fuera, deberías estar agradecida…’. Y claro, yo pensaba: ‘pues es verdad, esto es lo que hay’”.


“Con el tiempo se volvió más violento en la forma de decirlo, me invalidaba todo lo que yo decía de forma agresiva. Pero lo hacía delante de los niños, para que yo no respondiera ni me defendiera, porque él sabía que yo no quería discutir delante de nuestros hijos. Así que me decía que era una inútil o que no servía para alguna cosa y yo me callaba. A fuerza de hacer eso, pues yo terminé por callarme siempre. Porque total, si replicaba iba a ir a peor. Y elegía no discutir”.


“Poco a poco me fui convenciendo de no sabía valerme por mí. Tenía miedo de casi todo. Pero no era consciente de que fuera por su culpa. Me fue anulando como persona. No me atrevía a expresar opiniones delante de él o a discutir algo. Si estábamos con amigos yo estaba callada, no me atrevía ni a reírme si alguien hacía un chiste”.


“Lo peor es que creía que él tenía razón, que mis opiniones no valían y que era mejor que estuviera callada. Me eliminó como persona. Yo estaba agotada porque estaba siempre pendiente de no enfadarle, de no discutir. Eso es agotador. Tuve ansiedad y engordé 20 kilos. No podía más”.


Cuenta Beatriz Villanueva que el proceso convierte a la mujer en “una persona insegura, dubitativa, que duda de si está diciendo tonterías. Una persona convencida de que sus opiniones no valen, que teme hablar, discutir, expresar sus puntos de vista…”.


Los últimos años de la relación de María fueron los más duros. “Fue lo que me hizo reaccionar”, explica. “Me empezó a exigir que le tratara de usted y me prohibió conducir. Ahí fue cuando me di cuenta de que eso no podía ser, que eso no es normal. Y pedí ayuda a la familia y la justicia. Lo que pasa es que no me comprendían del todo. No veían claro que eso fuera maltrato. Y la jueza, que era una mujer, archivó mi caso. Ahí me hundí. Me hundí por completo. Menos mal que seguí adelante y por fin él ha recibido una orden de alejamiento”.


“Ahora miro para atrás y me doy cuenta de muchas cosas. De que me hizo llegar a dudar de si yo era una inútil, me convenció de ello. Pero si yo nunca fui tonta. ¿Cómo este tío me convenció de eso?”.


“No hay justicia para mí”


“Seguimos sin identificar la violencia cuando no hay agresiones físicas, sin entender que los efectos del maltrato psicológico pueden llegar a ser devastadores e incluso irreversibles”, explica la psicóloga Bárbara Zorrilla.


En no pocas ocasiones, el propio entorno de la víctima no percibe que esta situación sea un maltrato. En general suele ser interpretado como problemas de pareja o altibajos. Un escenario que empuja a la mujer a encerrarse en sí misma, a no compartir la problemática e incluso, en ocasiones, a convencerse de que, tal y como no dejan de repetirle, no está siendo víctima de un maltrato.


“La propia víctima no es consciente. ¿Cómo me va a maltratar la persona que me ama? Cuando al fin lo comprenden resulta muy doloroso. Es muy duro”, explica Beatriz Villanueva.


Ana, una mujer de 45 años de Valencia, se separó de su ahora exmarido cuando este la agarró del cuello y la empujó contra la pared. Fue solo la punta de un enorme iceberg de sufrimiento psicológico. De hecho, ese empujón, tal y como ella reconoce, fue el desencadenante que le hizo reaccionar tras más de dos años de abuso sutil e incesante.


Uno de los problemas que ahora afronta Ana es que su expareja la sigue acosando. “Me manda mensajes o whatsapps diciéndome que no sé cuidar de nuestra hija y que no valgo para eso. Lo que me decía siempre cuando estábamos juntos. Me manda fotos p**no diciéndome que así tendría que ser…”.


Ana acudió a un cuartel de la Guardia Civil con los mensajes y trató de explicar el maltrato psicológico al que su marido la llevaba sometiendo años. “Pero no me hicieron ni caso. Me dijeron que ahí no había insultos, que tampoco me había pegado. Y que no podían hacer nada. Que eso no era maltrato”. La voz de Ana se quiebra.


Acudió también al juzgado, pero archivaron su causa. “Estoy abatida, tengo ansiedad. No tengo fuerza, ni ganas de arreglarme ni de salir de casa. Logró convencerme de que no sirvo para nada. Y todo sin insultos ni golpes. Así que no hay justicia para mí. No hay justicia…”.


La violencia luz de gas, tal y como explica Beatriz Villanueva, casi nunca requiere del uso de la violencia explícita. Incluso, muchas veces, se reviste de un falso buenismo: “Yo solo quiero ayudar, aunque parece que todo lo hago mal; hazme caso, fíate de mí, es por tu bien…”. Por esta razón, en ocasiones, también los hombres padecen luz de gas por parte de sus parejas. En estos caso todavía es más difícil para la víctima, y sobre todo pare el entorno, detectar que el hombre está padeciendo maltrato.


“La táctica es el afecto intermitente. Muestras de amor y cariño, arrepentimiento, condescendencia y promesas de felicidad futura hacen creer a la mujer que si ella cambia, él también lo hará y que solamente podrá encontrar la felicidad a su lado porque solo lo tiene a él”, explica la psicóloga Bárbara Zorrilla. “La violencia explícita es reprobada y castigada. ¿Cuál es la alternativa? Usar la manipulación, el victimismo. La luz de gas”, añade Beatriz.


Esto desemboca en escenarios muy graves. Muchas mujeres solo son capaces de reaccionar cuando son agredidas físicamente. También, en ocasiones, es cuando el entorno y las autoridades abren los ojos.


Frecuente y entre jóvenes


“Este tipo de maltrato es mucho más frecuente de lo que se ve y percibimos. También en gente joven. Se perpetúa, y responde a los roles que tenemos asumidos en la pareja”, explica Beatriz.


Concuerda la psicóloga Bárbara Zorrilla, que considera que instituciones y autoridades deben mejorar y ampliar su formación en violencia de género: “Las mujeres necesitan que tanto su entorno como la administración pública, a través de sus recursos de atención especializada les ayuden a identificar esa violencia, su intencionalidad, sus mecanismos y sus consecuencias. Para ello hay que seguir trabajando en la sensibilización de la población general y la formación a todos los profesionales que les atienden, no solo en el ámbito judicial, sino médico, policial... para que puedan acompañarlas, ayudarles a construir su relato, dotarlas de credibilidad y devolverles la libertad que les han robado”.

https://elpais.com/politica/2017/09/15/ ... 55999.html

Maltrato machista... claro.

Pues que sepas que hay mujeres que también hacen luz de gas a sus parejas, eso no es algo exclusivamente masculino. Lo he vivido en la familia de mujer a hombre.

Hay perfiles psicológicos chungos ,lo que es de traca y manipulación total es querer convencer de que eso es machista y sólo se produce de hombre a mujer?

¿Eso es igualdad?
¿Te importaría leer lo que he puesto en fluorescente?

Re: "Rocío. Contar la verdad para seguir viva"

Publicado: 29 Mar 2021, 19:01
por cerocero
A mi lo único que me parece que mezclais un poco el tema de los malos tratos (bofetadas, lo de la ventana, insultos...) con que fuera un cabrón que le ponía los cuernos embarazada y la toreaba, que mal, claro, pero eso no es delito y algunas lo estáis poniendo en el mismo saco
Doraemon escribió: 29 Mar 2021, 11:39
savanah escribió: 29 Mar 2021, 11:04
Eretta escribió: 29 Mar 2021, 10:59
Sigo dándole vueltas a lo de las rejas, que mienta así en televisión y que la familia que lo sabe no entre a desmentirle y siga de buen rollo con él. Pufffff.
Lo de la tia Gloria... tiene tela!!! Tios, primos....La Chayo... Son todos unos peseteros que mamaban de la Jurado y Rociito les corto el grifo
A mi también me llamó la atención, desconocia el detalle de las rejas en el chalet de Chipiona, fue muy ama en aportar al documental la prueba de la declaración jurada de la empresa que las instaló en 2010, así la mentira de AD cae por su propio peso.
Ese certificado debió de pedirlo cuando presentó la demanda, tenía fecha de 2017
Doraemon escribió: 29 Mar 2021, 13:00 "Procura que cuando llegue a tierra, me haya matado" es tremenda esa frase de Ro2 con medio cuerpo fuera de la ventana.
Yo eso si que no me lo he creído, no el tema de la ventana, eso si, la frase esa, eso es muy peliculero, si ves peligrar tu integridad física lloras, gritas, pataleas, súplicas...no sale decir esa frase.
sanyo escribió: 29 Mar 2021, 13:21 Pero por qué R2 va a solicitar a ver a su hijo? quizás no quiere. Si han puesto a sus hijos en su contra. Después de aguantar tantas cosas quizás ha dicho "paso de todo, hasta aquí he llegado, renuncio a mis hijos". Pues ya está. Ella ahora está contando su historia, en ningún momento ha dicho que quiera recuperar la relación con sus hijos.
Es que el hijo no la odia, ni tuvo nunca ningún problema con él. Imagino que de eso hablará, porque es lo que menos entiende todo el mundo, o no se vio capaz, o lo intentó y no pudo comunicarse, no se, a ver qué dice.