Re: SOCIALITES
50Andrea Pascual: "Estoy muy enamorada y quiero que sea para siempre
A tan solo unos meses de cumplir 40 años, Andrea Pascual (Valencia, 1979) está en la fase más tranquila y madura de su vida. “Mi empresa va rodada. Mi hijo acaba de cumplir dos años. Con mi marido me va fenomenal. Últimamente me tiene absorbida la decoración de mi casa nueva”, señala con relación a su reciente mudanza desde El Viso a la céntrica calle de Lagasca, situada en el exclusivo barrio de Salamanca.
En esa fase a la que se refiere tiene importancia capital el pequeño Juan, primer hijo de Andrea y tercero de Beltrán, quien tiene dos niños de su anterior matrimonio con Laura Ponte, Laura (13 años) y Luis (12 años). “Nunca había pensado en tener hijos. No soy la típica que desde pequeña soñaba con su boda y formar una familia. Pero, de repente, encuentras a alguien con quien estás a gusto y con quien quieres pasar el resto de tus días y sientes que estás preparada para ser madre. Te llega. Es algo raro”, describe antes de asegurar que no tendrá más niños. “Si Juan estuviera solo, sería distinto, me daría pena que fuese hijo único. Pero tiene dos hermanos mayores con los que se lleva fenomenal. Laura y Luis son un diez. He tenido mucha suerte”.
SU AMOR
Tras conocerse en la cena de un amigo común, Andrea y Beltrán iniciaron una relación que fue muy despacio: “Él se había separado de Laura (Ponte) y no estaba preparado para meterse de golpe en otra relación”. Seis años después, la pareja celebró una boda civil muy íntima, con apenas 50 invitados, diez veces menos que en el primer enlace de Beltrán.
Sobre su relación, Andrea confirma estar muy feliz, “nos lo pasamos muy bien juntos y nos reímos mucho. El sentido del humor es lo que más valoro en un hombre”. La pareja aprecia enormemente la compañía y disfrutar de su hogar, “nos encanta organizar cosas y tener la casa llena de gente. No nos da ninguna pereza. Beltrán cocina y yo me encargo de los aperitivos y de poner la mesa bonita”.
Andrea cree en el amor para siempre, pero sabe cuál es la fórmula para que dure eternamente: “Lo que tengo claro es que hay que currárselo todos los días para que funcione. Y, cuando vienen épocas malas, luchar hasta el final y no tirar la toalla a la primera. Sobre todo, si tienes niños”.
MALLORCA
No hay aproximación posible a Andrea y a su relación sin hablar de Mallorca, un destino capaz de hacerla feliz: “En cuanto llego allí, desconecto. Me quito los zapatos y me transformo”. Ambos acudían con sus respectivas familias desde mucho antes de conocerse. La familia de Andrea Pascual tiene casa en el pueblo de Deià, en plena sierra de la Tramuntana, mientras que la infanta Pilar y sus hijos veranean en la urbanización Sol de Mallorca, en Calvià.
Andrea Pascual disfruta en Mallorca de su familia y de la desconexión de sus calas: “Mi plan es cien por cien familiar. Me encanta encontrarme allí con todas mis primas. En esa área de la isla no hay playas, son calas de rocas a las que a veces resulta muy complicado llegar. Así que incluso en agosto puedes pegarte un baño completamente sola rodeada de un entorno mágico”.
Tras la primera quincena de agosto, en la que reside en Deià, la segunda suele acudir con Laura y Luis a la casa de la infanta Pilar: “En casa de mi suegra se come increíble. Ella cocina que te mueres. Y mi marido y mis cuñados también. Tienen un don en esa familia. Yo solo lo hago para sobrevivir”.
LA MODA
“Siempre he tenido la moda muy dentro de mí”, asegura tras detallar cómo cambio su rumbo profesional después de estudiar Derecho. Tras ejercer como abogada y comprobar que no era un mundo que la ilusionara, Andrea comenzó a trabajar en una prestigiosa agencia de comunicación de moda. Desde entonces, su creatividad, talento y entusiasmo han impulsado su carrera hasta convertirse en una reclamada fashion insider, apasionada del producto nacional: “Todo lo que sea made in Spain lo apoyo a muerte. Me gusta vestirme de Zara o de Mango y otorgarle un toque más especial con los accesorios”.
En el sueño de emprender su propio negocio, que ahora cumple un año, hay alguien que ha tenido mucho que ver: su marido Beltrán Gómez-Acebo. “Él me apoya y me motiva todo el rato para que siga creciendo profesionalmente”.
A tan solo unos meses de cumplir 40 años, Andrea Pascual (Valencia, 1979) está en la fase más tranquila y madura de su vida. “Mi empresa va rodada. Mi hijo acaba de cumplir dos años. Con mi marido me va fenomenal. Últimamente me tiene absorbida la decoración de mi casa nueva”, señala con relación a su reciente mudanza desde El Viso a la céntrica calle de Lagasca, situada en el exclusivo barrio de Salamanca.
En esa fase a la que se refiere tiene importancia capital el pequeño Juan, primer hijo de Andrea y tercero de Beltrán, quien tiene dos niños de su anterior matrimonio con Laura Ponte, Laura (13 años) y Luis (12 años). “Nunca había pensado en tener hijos. No soy la típica que desde pequeña soñaba con su boda y formar una familia. Pero, de repente, encuentras a alguien con quien estás a gusto y con quien quieres pasar el resto de tus días y sientes que estás preparada para ser madre. Te llega. Es algo raro”, describe antes de asegurar que no tendrá más niños. “Si Juan estuviera solo, sería distinto, me daría pena que fuese hijo único. Pero tiene dos hermanos mayores con los que se lleva fenomenal. Laura y Luis son un diez. He tenido mucha suerte”.
SU AMOR
Tras conocerse en la cena de un amigo común, Andrea y Beltrán iniciaron una relación que fue muy despacio: “Él se había separado de Laura (Ponte) y no estaba preparado para meterse de golpe en otra relación”. Seis años después, la pareja celebró una boda civil muy íntima, con apenas 50 invitados, diez veces menos que en el primer enlace de Beltrán.
Sobre su relación, Andrea confirma estar muy feliz, “nos lo pasamos muy bien juntos y nos reímos mucho. El sentido del humor es lo que más valoro en un hombre”. La pareja aprecia enormemente la compañía y disfrutar de su hogar, “nos encanta organizar cosas y tener la casa llena de gente. No nos da ninguna pereza. Beltrán cocina y yo me encargo de los aperitivos y de poner la mesa bonita”.
Andrea cree en el amor para siempre, pero sabe cuál es la fórmula para que dure eternamente: “Lo que tengo claro es que hay que currárselo todos los días para que funcione. Y, cuando vienen épocas malas, luchar hasta el final y no tirar la toalla a la primera. Sobre todo, si tienes niños”.
MALLORCA
No hay aproximación posible a Andrea y a su relación sin hablar de Mallorca, un destino capaz de hacerla feliz: “En cuanto llego allí, desconecto. Me quito los zapatos y me transformo”. Ambos acudían con sus respectivas familias desde mucho antes de conocerse. La familia de Andrea Pascual tiene casa en el pueblo de Deià, en plena sierra de la Tramuntana, mientras que la infanta Pilar y sus hijos veranean en la urbanización Sol de Mallorca, en Calvià.
Andrea Pascual disfruta en Mallorca de su familia y de la desconexión de sus calas: “Mi plan es cien por cien familiar. Me encanta encontrarme allí con todas mis primas. En esa área de la isla no hay playas, son calas de rocas a las que a veces resulta muy complicado llegar. Así que incluso en agosto puedes pegarte un baño completamente sola rodeada de un entorno mágico”.
Tras la primera quincena de agosto, en la que reside en Deià, la segunda suele acudir con Laura y Luis a la casa de la infanta Pilar: “En casa de mi suegra se come increíble. Ella cocina que te mueres. Y mi marido y mis cuñados también. Tienen un don en esa familia. Yo solo lo hago para sobrevivir”.
LA MODA
“Siempre he tenido la moda muy dentro de mí”, asegura tras detallar cómo cambio su rumbo profesional después de estudiar Derecho. Tras ejercer como abogada y comprobar que no era un mundo que la ilusionara, Andrea comenzó a trabajar en una prestigiosa agencia de comunicación de moda. Desde entonces, su creatividad, talento y entusiasmo han impulsado su carrera hasta convertirse en una reclamada fashion insider, apasionada del producto nacional: “Todo lo que sea made in Spain lo apoyo a muerte. Me gusta vestirme de Zara o de Mango y otorgarle un toque más especial con los accesorios”.
En el sueño de emprender su propio negocio, que ahora cumple un año, hay alguien que ha tenido mucho que ver: su marido Beltrán Gómez-Acebo. “Él me apoya y me motiva todo el rato para que siga creciendo profesionalmente”.