Ahora está nervioso por estar con gente, pobrecito...
Los suegros han pagado los carísimos colegios de los hijos, ¿pero Cristina no ganaba una pasta gansa para rascarse el papo en la Fundación La Caixa y la del Aga Khan, amiguete de papi?
Iñaki Urdangarin ha comenzado una nueva etapa en el Centro de Inserción Social Melchor Rodríguez García de Alcalá de Henares, en Madrid, tras abandonar la prisión de Brieva en Ávila, donde permanecía desde hace dos años y medio. Este cambio de 'residencia' aterra al marido de la Infanta Cristina, según cuenta una persona de su entorno más cercano.
"Le aterra convivir con otros presos", dice la fuente a la revista Semana. Después de más de dos años en soledad, ahora siente temor hacia el hecho de convivir con otras personas desconocidas. "Tiene sentimientos encontrados porque por un lado está contento, pero por otro teme la convivencia con otros reclusos. En Brieva no tenía problema porque estaba aislado, pero ahora convivir con 400 personas le genera tensión", explica el informante.
El exduque de Palma es consciente de que probablemente tenga que enfrentarse a situaciones propiciadas por otros compañeros que puedan increparle o provocarle por su fama. "Iñaki es una persona cordial e incluso excesivamente educada que está preocupado porque alguien pueda dirigirle un mal gesto o comentario ofensivo. No tiene habilidades para gestionar este tipo de situaciones y se ve sobrepasado. Ahora tiene que compartir patio, comedor y otras instalaciones, y eso le aterra", cuenta la fuente.
Esta persona cercana a Urdangarin desvela que la cárcel de Brieva fue elección del Rey - "se lo dieron hecho, fue decisión del Rey para garantizar su seguridad"- y se alegra de que ahora podrá comunicarse con sus compañeros y expresar sus sentimientos a otros individuos: "Aunque es reservado, ahora necesita compartir sus impresiones con otras personas. Ha pasado demasiado tiempo solo y ha sido muy duro. Sobre todo, porque encima con el Covid, se extremaron las precauciones y hasta se limitaron aún más los contactos con los funcionarios con los que se relacionaba. Las llamadas con los suyos le han salvado".
La incógnita es dónde residirá Urdangarin cuando finalice su estancia en el Centro de Inserción, del que sale tan solo un fin de semana al mes. En Palacio, no. "En Zarzuela, seguro que no. Está vetado. Aunque Cristina y sus hijos sí se quedan en casa de los Reyes eméritos, él tiene prohibida la entrada". Eso sí, Iñaki valora la ayuda que sus suegros han prestado a sus cuatro hijos: "Son ellos los que sufragan los gastos escolares de los jóvenes", desvela.
En todos estos años, la gran preocupación de Iñaki era la salud de su madre, Claudia Liebaert: "Uno de los temas que más le ha inquietado ha sido que a su madre le pasase algo mientras él estaba en prisión. Esto le ha atormentado y a día de hoy todavía sufre por lo mal que lo debe estar pasando ella. Le ve más débil que a su mujer y a sus hijos y por eso le preocupa especialmente. Ha tenido muchos bajones por este asunto", señala.
El esposo de Cristina es muy crítico con la actitud de su suegro. "Estos días se compara con su suegro, a quien también le atribuye una conducta poco ejemplar y le acusa de haberle dejado desprotegido y haberle convertido en un 'cabeza de turco'". Urdangarin también se compara con su exsocio, Diego Torres, quien teniendo una condena superior a la suya, ya goza de mayores privilegios penitenciarios. Él cree que no se le pasa una por ser yerno de don Juan Carlos. En el futuro aspira a que le concedan una pulsera telemática y así poder vivir fuera del centro de inserción social.
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