Recuerdo, cuando yo estudiaba, que algunas carreras aquí no estaban en la pública y tenías que ir a la privada, sí o sí, o estudiarla en otra CCAA. Un amigo acabó yendo a la privada a estudiar una de éstas carreras, con mucho esfuerzo económico, y luego nos contaba su frustración, porque allí todos aparecían con sus cochazos, su ropa de marca, sus complementos de diseño… y que él se sentía como apestado. Los demás flipábamos, claro, porque para nosotros aquello era ciencia ficción.
de hecho, recuerdo que durante la carrera, había quedado con una amiga que trajo a otra amiga, que estudiaba en esta universidad. E íbamos a ir todas en su coche. Y apareció con un Mercedes deportivo que te caes de culo. Y yo le pregunté si era el coche de su padre, porque en mi entorno, todos habíamos roto mano, al sacarnos el carnet, con coches cutres de segunda mano. Y se ofendió un montón, y me dijo “no, es MI coche” recalcando mucho el “mi”.
Cada vez que nos parábamos en un semáforo y se paraba un coche de chicos al lado, nos hacían algún comentario tipo “mira las pijas éstas, vaya coche llevan”. Ligó más el coche que nosotras
En aquella época no se veía tantísimo coche de alta gama como ahora y era un cantazo ir con uno a una zona de fiesta universitaria.
Como colofón, mi cerebro se escacharró, se hizo la picha un lío, y durante las siguientes horas, en vez de llamarle por su nombre, la llamaba Mercedes