Es que no sé si alguna vez he dado la cifra exacta porque no ha encartado,
@Ethelfleda, aunque en moda digo mucho que antes usaba la 48, jajaja.
Lo mío tampoco tiene mucho misterio,
@patata. De pequeña hacía deporte (judo y después natación), pero en el instituto cambié esas actividades por otras que se practican sentada (conservatorio y después escuela de idiomas), así que empecé a moverme menos que los ojos de Espinete.
Y comía muchísimo y fatal. Muchísimo al nivel que íbamos a comer camperos (un bocadillo más grande que una hamburguesa) y me jalaba dos, o íbamos a comer pizza y me entraba una familiar. Y mal, porque no me gustaba nada y me lo comía todo camuflado; ¿las lentejas? pasadas y con yogur azucarado, ¿el puchero? hasta arriba de limón (ahora lo pienso y me da arcadas) ¿el pulpo? con tomate frito de cartón. Y todo acompañado de media barra para mojar sopones. Y para cenar, bocadillo de una barra. Y muchas chuches y muchos dulces.
A mí toda mi vida me la ha pelado mi físico porque no me han hecho bullying en el cole ni me han dicho nada en casa. De vez en cuando mi madre me decía "ay, Liukin, deberías perder las mollillas esas de los lados" (no sé ni cómo se llaman) y mi reacción era "sí, ahora voy, madre" y seguía con mi vida. Tampoco comía con ansiedad ni tenía hambre emocional, simplemente en mi casa se come mucho. Cuando iba a comprarme un pantalón, cada vez tenía que comprarme una talla mayor y me la pelaba, solo me sentí mínimamente afligida cuando la 48 me llegó a apretar el chocho, pero tampoco hice nada. Hasta que un día me fui a echar a dormir y, de lado, no podía respirar bien con la barriga porque me molestaba. Y ahí ya dije "te estás pasando, Liukin, hasta aquí, ¿nó, chica?".
Y lo que hice fue empezar a hacerme yo mi comida, pesarlo todo y apuntarlo todo en Myfitnesspal y empezar a hacer pesas con un juego de mancuernas que había en casa y a salir a andar. Y poco a poco fui aprendiendo a leer etiquetas, a mezclar alimentos y a que me gustase cocinar y, además, me encantaba hacer pesas, así que los kilos se me fueron yendo solos.
No sé si he llegado a estar estancada en algún momento porque tampoco me medía ni me pesaba mucho, pero no he tenido que llegar a subir de talla desde entonces (bueno, sí, pero ahora te cuento). Recuerdo que cuando llevaba un mes de dieta nos fuimos dos semanas de vacaciones y volví a coger lo poco que había perdido, xd, pero bueno, qué se le va a hacer.
Me quité de comer mierdas todos los días como hacía antes, pero cuando salía con mis amigos me comía mi menú del chino de 4 platos y en casa se compraban dulces todos los fines de semana y yo me comía mi palmera. Pero el resto de la semana comía lo más sano que sabía y tampoco pasaba hambre, porque 1000 Kcal de una palmera llenan menos que 1000 Kcal de lentejas, así que realmente comía más.
El caso es que, de 97 que pesaba, llegué a 57, con mucho músculo y poca grasa y de cuerpo bien (bien tampoco, porque la 36 ya me quedaba bailonga y la 34 para mi metro setenta me parecía ya muy poco), pero de cara... una cara de yonki que tiraba patrás, o por lo menos a mí me lo parecía
. Así que me decidí a hacer una fase de volumen. De hecho, lo decidí cuando pesaba unos 60 Kg, pero por mucho que subía calorías no subía, sino que bajaba, no fue hasta que subí a 3500 que empecé a subir hasta que llegué a los 66-67 que peso ahora. Bueno, ahora serán más porque llevo 6 meses sin moverme y comiendo como siempre, pero ya volverán a ser 67 otra vez.