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por Yelle
Moderadora
Dejo la mía que yo la tenía en las notas del móvil.
El miércoles 4 de enero tenía revisión como cada miércoles (desde la semana 30 que borré el cuello del útero me estaban mirando más seguido porque además seguías de nalgas), sería la última porque el miércoles 11 ya teníamos reservado quirófano para la cesárea.
Llegamos y los monitores decían que nada de contracciones, pero al pasar a la consulta y el gine hacerme un tacto puso cara de susto y dijo: has tenido muchísimas contracciones. Yo me reía porque no había sentido ninguna, hasta que le pregunté si había empezado a dilatar y me dijo que sí y ahí ya me entraron los nervios.
El gine se fue un momento y yo le dije a papá que seguro que nos adelantarían la cesárea viendo cómo había reaccionado.
Al volver nos dijo que creía que lo mejor era hacer la cesárea al día siguiente, que el viernes sería fiesta y luego fin de semana y le daba miedo que me pusiese de parto, pero que igualmente venía ahora a verme el jefe y a ayudarlo a decidir.
El jefe dijo que igual con reposo y unas pastillas podías aguantar dentro hasta el día 11, aunque no lo tenía muy claro dijo que si preferíamos esperar adelante. Yo le rogué al gine que no te hiciese nacer en la víspera de Reyes mientras él llamaba a la comadrona y me dijo que vale, que no se quedaba tranquilo, pero que cualquier dolor llamase.
Al salir de la consulta nos fuimos a comprar el regalo de cumple de tu tía (sí, tenía que hacer reposo pero era un ratito solo...) y al llegar a casa me empezó a doler todo como si tuviese la regla, pero no sentía contracciones. Tu padre decía que llamásemos para ir a la clínica pero yo preferí darme un baño y acabar la maleta por si acaso. Al encontrarme mejor después del baño me fui a dormir diciéndole a tu padre: si me duermo es que no estoy de parto. Inocente de mi.
Las pastillas que me dieron hicieron que esa noche durmiese un montón y me levantase con dolor de cabeza. Tu padre me escribió un mensaje desde el trabajo preguntando cómo estaba y le dije que llamaría para preguntar porque el dolor de regla seguía. Al llamar la comadrona me dijo que se imaginaban que me pondría de parto y que fuese cuanto antes que estaban en la clínica el gine y ella.
Tu padre vino corriendo del trabajo a buscarme y me pilló aún duchándome, yo iba con calma, aún no me lo creía y a la vez me daba pena que nacieses en la víspera de reyes pero en cuanto vino tu padre y lo vi todo ansioso me empecé a emocionar.
Cuando llegamos a la clínica fue todo muy rápido, me pusieron una bata y nos tuvieron un ratito en una habitación mientras preparaban todo y nos dedicamos a enviar mensajes con fotos de mi barriga con la bata a todo el mundo.
Al rato me llevaron a quirófano, la comadrona me hacía mimitos en la cabeza y la espalda mientras estaba tumbada en posición fetal y me ponían la epidural. Por lo visto me pincharon mal la primera vez y al quejarme me volvieron a pinchar y ahí ya empecé a notar mucho calor en la piernas, parecía que tenía una estufa encima!
En la revisión estaba dilatada de un centímetro y al día siguiente en quirófano estaba ya de tres, todo sin haber sentido ni una contracción, una pena que estuvieses de nalgas porque según el gine hubiese sido un parto muy bueno.
Todo el mundo empezó a prepararse, vino mi gine y me preguntó que si lo había echado de menos y que al final tenía razón él con el día que querías nacer.
Yo veía que todo avanzaba pero tu padre no entraba así que pregunté si mi marido no iba a entrar, a lo que me respondieron riéndose que no se olvidaban de él, que en cuanto estuviese lista lo dejarían entrar, que estaba fuera ya vestido y listo. Él me dijo que preguntó lo mismo, que se pensaba que se habían olvidado de él, pobrecito mío.
Me pusieron la tela por delante y entró tu padre, se sentó a mi lado, me dio un beso y no dejó de tocarme el pelo para que estuviese tranquila.
Había leído que se sentía cómo te abren pero no sientes dolor, yo no sentí nada, sólo vi que al mirar por encima a tu padre se le llenaban los ojos de lagrimas y me dijo, ya casi está!
La otra ginecóloga se quejaba riéndose de que el gine había hecho la incisión muy pequeña y tu culete estaba tan encajado que costaba sacarlo. A lo que el gine le respondió que me había prometido que sería muy pequeñita. (En realidad es que lo tenía amenazado jeje)
Le dije a tu padre que les recordase que no cortasen el cordón hasta que dejase de latir y al decirlo el gine dijo, pero si ya lo habíamos hablado, no? Es que no para de mandar ni con anestesia! Ahí sí que hablé y le dije, ya sabes que soy muy mandona! Y todo el mundo se partía de risa. El ambiente era tan bueno, no era como me imaginaba que sería una cesárea.
Sentí como me movían de un lado a otro y lo siguiente fue ver a tu padre llorando diciendo, ya está fuera!!! Un segundo todos esperando a que llores (se hizo eterno) y la comadrona te llevó a limpiarte y vestirte mientras decía, le viene todo enorme, es muy pequeñito este muñequito.
Y entonces apareciste y te pusieron en los brazos de papá que te acercó para que te dé un besito. Fue un momento mágico, los dos hombres de mi vida juntos, no podía parar de llorar de felicidad.
Cuando terminaron de cerrar la incisión hicieron salir a papá, el gine me dio un besito mientras me felicitaba.
Me cambiaron de camilla y ya te pusieron encima mío. Y fue el momento que había estado esperando desde que vi ese positivo.
Pasamos entonces los tres a una habitación y mientras papá fue a avisar a la familia que ya estabas aquí yo te puse en mi pecho para que busques tú solito la teta. Fuiste moviéndote por instinto y te enganchaste a la primera. Cuando volvió papá al minuto no se creía que ya estuvieses enganchado.
Al cabo de un rato de estar los tres solitos vino la comadrona a llevarnos a la habitación y me dijo, te enseñaré a ponértelo al pecho, pero cuando miró y vio que ya estabas enganchado (y según ella con un enganche de diez) se quedó alucinada de que lo hubiésemos logrado los dos solitos nada más salir de quirófano.
Al salir estaban los abuelos y las tías, todos llorando y diciendo lo guapo que eras. Yo solo decía que buscasen algún conjunto más pequeño y te cambiasen porque te perdías dentro de la ropa jajaja.
Esa noche no pude dormir, no porque tu llorases, que no lo haces, sino porque tú padre durmió abrazado a ti y yo no podía dejar de mirar esa imagen tan bonita de vosotros dos.
Al día siguiente ya me hicieron levantar y genial, de hecho vino a verme el gine y me pilló maquillándome en el lavabo y se partía diciendo que no le extrañaba, que no había parado en todo el embarazo, cómo iba a parar al día siguiente de una cesárea.
Y así es como viniste al mundo, dos semanas y media antes de lo esperado, con muchas ganas de ver el mundo y siendo el regalo de Reyes más bonito del mundo.
