Rosa Cobo, profesora de Sociología en la Universidad de A Coruña y ensayista
Tengo 63 años. Nací en Cantabria, vivo con mi hija en Madrid y trabajo en A Coruña. Doctora Lo más urgente es reducir la pobreza. Necesitamos más izquierda, más políticas redistributivas. Agnóstica, creo en los seres humanos, pero también creo que existe el mal
“El imaginario del incesto está colonizando la p**no”
IMA SANCHÍS 17/09/2020
Ha visto usted p**no?
No.
Yo, para hacer este libro me he hinchado a verla y todavía no me he librado del asombro.
¿Qué se ve?
Las mujeres son objeto de distintas formas de violencia. Uno de los vídeos más vistos es una viola***n colectiva a una chica.
Así nos va.
En p**no, y también en la prostitución (que bebe de ella), una de las demandas más usuales de los varones es la penetración anal.
¿Y?
Permea a la sociedad. La gran cantidad creciente de adolescentes que llegan con hemorragias anales a los hospitales está documentada. Otro top ten es el el cuento de la lechera : un grupo de hombres eyaculan sobre la cara de una mujer. Y otro imaginario que está colonizando el p**no –también en el mundo gay– es el del incesto.
¿En serio?
Sí, es fortísimo, y provoca que se normalice como fuente de placer. Si pone usted en un buscador “p**no gay” en seguida le saldrá un padrastro, dos hermanos, un padre con dos hijos...
Más del 70% de adolescentes ven p**no.
Dos terceras partes varones y una tercera parte chicas, y muchas de ellas lo ven para complacer a sus parejas. La p**no dicta un modelo de comportamiento. Relega a las mujeres a servidoras s***ales y otorga a los hombres el poder.
Pero en la p**no ellas también son activas y parece que disfrutan.
Las mujeres no disfrutan en la p**no, tienen que abdicar de sus deseos para complacer los deseos de los varones.
¿Cómo serán de adultos estos jóvenes educados en la p**no?
No soy optimista, la p**no alimenta el imaginario s*xual de nuestra sociedad, permea la publicidad, las series, el cine, la literatura... El p**no es un elemento fundamental de la socialización de los adolescentes y lo llevan a su vida.
¿Consecuencias?
La p**no no tiene que ver con la sexualidad sino sobre todo con la violencia. Es una construcción jerarquizada: ellos son seres activos, agresivos, violentos, con un subtexto de que pueden hacer cualquier cosa, mientras que ellas son pasivas, deben dejarse hacer y ser receptoras a menudo de grados muy altos de violencia y recibirlos como si les gustase.
Hay actores y actrices p**no que defienden la p**no como una liberación.
Para las mujeres que trabajan en el p**no no es nada liberador, tienen permanentes dolores anales, vaginales, y jaquecas. Consumen muchos fármacos y cremas anestésicas para poder rodar esos vídeos. Hay un vídeo de Nacho Vidal en el que agrede repetidas veces a una mujer.
¿Le pega?
Una paliza, y le mete la cabeza cubierta con una bolsa de plástico en una bañera llena de agua (muy de moda ahora). La única escena de sexo que hay es al final, cuando él se mastur***** solo. Ese vídeo explica muy bien como la p**no es sobre todo violencia contra la mujer.
¿Es legal ese vídeo?
Sí, claro. Yo lo he visto en una plataforma, de hecho me topé con él. Los chicos están siendo socializados en la idea de que el poder es un elemento fundamental en la constitución de su yo.
Ahora hay p**no para mujeres.
Las mujeres representamos menos del 30% de los consumidores. A la mayoría de mujeres adultas se lo piden sus compañeros, y en la adolescencia muchas chicas ven p**no porque forma parte de lo que tienen que aprender y hacer para ser alguien y pertenecer entre sus iguales.
Las niñas se exhiben en Instagram.
Están hipersexualizadas, no pueden sustraerse a la cultura dominante, a ese modelo que se construye de manera silenciosa.
¿Se está desdibujando la línea divisoria entre la p**no de adultos y la infantil?
La diferencia es que una es legal y la otra no. Los pedófilos comienzan viendo p**no de adultos. No hace falta rebuscar para ver p**no infantil, se te abren ventanas.
Se contempla el p**no como algo aceptable, cotidiano...
Lo esencial no es que se mastur***** delante de la pantalla, sino cómo contribuye ese consumo a la manera de vivir las relaciones s***ales con las mujeres. Crecen los casos de varones usuarios de p**no con dificultades para tener relaciones s***ales cálidas con sus novias.
¿La p**no acaba con la empatía?
Sí. En la p**no solo aparece el deseo masculino, ellas, aunque se muevan, son muy pasivas, hacen lo que les demandan los varones. No es un problema moral sino un fenómeno social y político, de poder sobre las mujeres.
Ocurre en todos los rincones del mundo.
Sí, es impresionante. Cuando las grandes empresas p**no cuelgan sus vídeos en su plataforma, esas prácticas se estandarizan en todo el mundo y los hombres piden a las mujeres, aquí y en Gabón, lo mismo. El p**no es incompatible con la igualdad.
¿Cómo gestionar eso?
La p**no no puede seguir en abierto y que a un crío de 8 años –edad en la que se comienza a ver p**no–, le baste poner la palabra p**no para que le aparezcan cientos de vídeos. Y hay que ilegalizar los que utilizan violencia y abuso.
La p**no crea realidad
Pensamos que el p**no es inofensivo, pero en su investigación, p**no. El placer del poder (Ed. B), Cobo deja claro que el p**no es uno de los fenómenos sociales que más están dañando a nuestros menores y adolescentes porque a ellos les está educando en el ejercicio del poder y de la violencia y a ellas en la aceptación de esa violencia como parte de la sexualidad. El p**no alimenta el imaginario s*xual de nuestra sociedad, permea la publicidad, las series, el cine... “La p**no es un discurso ideológico y una práctica económica y social que está en un proceso creciente de institucionalización. Es un negocio internacional que alimenta y nutre la prostitución. Emporios económicos, como el Banco de Irlanda o General Motors, invierten en productoras de p**no.
https://www.lavanguardia.com/lacontra/2 ... rafia.html