'Operación perdón' a Letizia y Leonor: el gabinete de crisis que obligó a la Reina a hacer teatro
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Miércoles 4 de abril. Han pasado tres días desde la misa de Pascua y la Reina preside en Madrid un acto sobre el tratamiento informativo de la discapacidad. A su llegada por la mañana, un grupo muy reducido de personas que la esperan, la insultan: ‘fuera, fuera, bruja, floja…’.
Ella saluda y sonríe, pero, al volver a casa, se rompe. Además, el Rey está preocupado, sobre todo por la imagen que se está dando de su hija, la Princesa de Asturias. La Reina es fuerte, ella aguanta lo que le echen encima, aunque nunca pudieron imaginar los Reyes la inquina y ganas que le tenía la gente. Ha sido como destapar una caja de truenos.
Ambos Reyes
deciden convocar una reunión, un gabinete de crisis. Hay que ponerle fin, no ya a los memos y chistes que se cuentan por miles, pero sí a que todo el mundo no hable de otra cosa.
El jueves 5 por la mañana, en una sala de reuniones del edificio de oficinas de Zarzuela, se reúne el gabinete de crisis. Don Felipe; la Reina Letizia; doña Sofía; el Jefe de la Casa del Rey, Jaime Alfonsín; el secretario de la Reina, José Zulueta, y el jefe de comunicación de la Casa, Jordi Gutiérrez. Todos se reúnen alrededor de una gran mesa para poner fin a la crisis de las reinas.
Es en este momento cuando la operación de rodilla de don Juan Carlos deja de ser una más y pasa a ser la más importante tras su rotura de cadera de Botsuana en abril de 2012. Todos están de acuerdo en una cosa: hay que pedir perdón.
Pero ni la Reina ni ninguno de los sentados en esa mesa ven necesario unas disculpas tan explícitas como el ‘perdón, me he equivocado’ pronunciado por el Rey emérito.
Finalmente, se llega a la solución de que la Reina acompañe a su marido y a su suegra a visitar, el próximo sábado, a don Juan Carlos a La Moraleja. Y se piensa en un gesto, que, sin ser humillante para Letizia, pueda evidenciar el sentimiento de disculpa ante lo ocurrido.
‘De acuerdo, abro la puerta del coche’, acepta la esposa de Felipe VI.
Todavía queda por arreglar un tema: la imagen de Leonor. Esto preocupaba mucho a don Felipe y dolía a la Reina, que ha tenido como consuelo el que la gente piense que es culpa suya y no de Leonor. Que ella les obligaba a comportarse con desprecio y sin cariño hacia su abuela y que no era cosa de la pequeña.
Sin embargo, y a pesar de tener claro que la imagen de Leonor había sufrido un gran revés,
la Reina no quería ni oír hablar de la posibilidad de que la Princesa de Asturias pidiera un perdón público de ninguna de las maneras, no quería para ella un ‘Borbón y cuenta nueva’.
Pero el Rey no lo ve tan claro y tras discutirlo con su mujer y con el voto a favor del jefe de Comunicación de la Casa, Jordi Gutiérrez, que también lo ve necesario, se impone ante la Reina.
‘Las niñas van el domingo a ver al Rey sí o sí, con la Reina Sofía y conmigo’. El Monarca deja en manos de su esposa si les acompaña o no, pero ella lo tiene claro: no va a dejar a sus hijas solas en esa situación. Ante todo, es madre.
El telón se levanta el sábado día 7 de abril a las cinco de la tarde. Un coche conducido por Felipe VI llega al Hospital Sanitas La Moraleja. En él, las dos Reinas. Letizia se baja y, con una gran sonrisa, le abre la puerta a su suegra. Ambas se miran con caras sonrientes: el río vuelve a su cauce. Sólo ellas saben lo que piensan por dentro. Posan ante los medios en la puerta del centro médico y entran. No es verdad que no quisiera ver a su nuera.
La Reina entra como los demás y su suegro se muestra cordial y cariñoso: ya se le ha pasado el enfado que se cogió una semana atrás, tras presenciar el desaire de Letizia hacia su mujer. Entonces se mostró más indignado que doña Sofía y llegó a decirle a su hijo ‘Si no quiere que los abuelos se hagan fotos con sus nietas, que no las traiga’.
Al día siguiente, domingo 8 de abril, el mismo coche -pero con dos ocupantes más, Leonor y Sofía- llega al Hospital Sanitas La Moraleja.
Fuentes cercanas a Zarzuela aseguran a EL ESPAÑOL que la idea de que la Princesa de Asturias ayudara a bajar a su abuela Sofía fue de la propia nieta, un gesto espontáneo (si es que en toda la escena existe algún momento de eso). Sonrientes y de la mano de su abuela, posan ante los medios.
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https://www.elespanol.com/reportajes/20 ... 138_0.html