Re: GÉNERO
261[mention]Astrid[/mention] me quito el sombrero por la cantidad de información que expones y la molestia de traducirla. Te pido que sigas haciéndolo.
Cada vez que me ves, cruzo la pared.
Moderadores: lamaladelanovela, Candy Girl, Tach
¿Quiere hablar con su hijo de ocho años sobre por nografía y no tiene idea de cómo empezar? ¿Preocupado de que tu hija de 10 años pueda hacer sexting? ¿Le preocupa que la única educación s*xual a la que tenga acceso su hijo de 12 años consista en imágenes de degradación s*xual?
La por nografía de acceso libre está impulsando un comportamiento sexualmente agresivo contra mujeres y niñas. Según un estudio ampliamente citado, casi el 90% de las escenas p**no más vistas contienen violencia contra las mujeres. Esta es la razón por la cual los padres necesitan hablar con sus hijos sobre p**no, antes que los pornógrafos. ¿Pero cómo? Un programa nuevo y único dirigido a padres de preadolescentes (entre las edades de ocho y 12 años) que quieran tener la "conversación p**no" puede ayudar.
El programa, dirigido por una nueva ONG con sede en Estados Unidos llamada Culture Reframed, fundada por la activista académica y anti p**no Gail Dines, es el primero en abordar este tema complejo desde una perspectiva feminista. Su objetivo es enseñar a los padres cómo tener conversaciones con sus hijos, y fue creado por expertos en salud pública, psicología del adolescente, educación en salud s*xual, neurociencia y tecnología.
Gratis para los padres, pretende abordar lo que Dines denomina la "crisis de salud pública de la era digital". Ella respalda sus afirmaciones con hechos y cifras. Para empezar, un tercio de todos los jóvenes menores de 12 años han visto p**no; aproximadamente el 20% de los sexts son fotos de niñas menores de 15 años; y el 35% de todas las descargas de internet son p**no. Además, los niños tienen acceso a un teléfono móvil a edades más tempranas que hace cinco años. Hoy en día, aproximadamente el 25% de los niños de seis años en el Reino Unido usan un teléfono móvil, y la edad promedio en los Estados Unidos es de 10 años. Esto significa que grandes grupos de niños pequeños están a solo un clic o dos de la p**no hardcore gratuita.
Las investigaciones muestran que cuanto antes un niño accede a la p**no, es más probable que sea sexualmente agresivo con las niñas y las mujeres, que intimide a las niñas y las coaccione para que le envíen fotos desnudas, que desarrolle disfunción eréctil y que luche contra la depresión y la ansiedad.
A principios de la década de 1980, las feministas anti-p**no, incluida yo misma, viajaban por todo el país con la "presentación de diapositivas de p**no", que consistía en imágenes que iban de p**no "suave" a "hardcore". Estábamos ansiosas por que otras mujeres supieran la verdad sobre la p**no: que es una propaganda misógina, que puede e incita a una terrible violencia s*xual contra las mujeres. Pero hoy en día no existe el p**no “suave”, a menos que cuente videos musicales en MTV. La p**no se ha vuelto cada vez más brutal y misógina.
Otros cursos educativos disponibles, según Dines, se basan en el moralismo religioso o en la noción de que hay "p**no bueno" y "p**no malo", como los programas dirigidos por la pornógrafa Erika Lust. Este enfoque, dice Dines, carece de cualquier análisis feminista o crítico de la p**no y no explora el impacto social, emocional y cognitivo de la p**no en los niños. "La lujuria Lust se describe a sí misma como una 'pornógrafa ética'", dice Dines. "Pero no puede haber una manera ética de vender los cuerpos de las mujeres".
Ana de Miguel: El aprendizaje cultural de la violencia s*xual [youtube][/youtube]La de la doble verdad es una posición filosófica que desde el medievo trató de hacer compatibles dos verdades opuestas: la de las religiones reveladas y las ciencias. Se atribuyó al filósofo musulmán Averroes, y no deja de ser a la que recurrió Galileo cuando declaró ante un tribunal que era imposible que la tierra se moviera (verdad religiosa) mientras susurraba “pero se mueve” (verdad científica). Nuestra tradición laica hace tiempo que resolvió el problema de las dos verdades contrapuestas. En los colegios se aprende la ley de la gravedad y la teoría de la evolución. Y los creyentes tienen espacios para sus creencias en público, pero, sean estas las que sean, tienen que examinarse de Física y Filosofía.
Esto viene al caso porque parece que nuestra sociedad convive ahora con dos verdades opuestas respecto a lo que es una chica y lo que se puede hacer con ella. Y esto es lo que nos ha revelado la reciente sentencia del juicio de La Manada. Es como si en el mundo oficial, del que hay que examinarse públicamente, se mantuviera un discurso igualitario, pero en algún sitio se aprendiera otra verdad que todo lo inunda. Pero que nadie quiere hacer explícita. A nuestra sociedad se le llena la boca con la palabra igualdad. Todo el mundo declara que es un valor importante, muy importante. Y, una vez dicho esto y tras entonar con más o menos gracia el mea culpa —no hago lo suficiente por la igualdad—, parece que el acuerdo es: ¡ale!, a vivir que son dos días.
En el mundo oficial se mantiene un discurso igualitario, pero otra verdad lo inunda todo
A jugar, que es muy educativo, y toma, un tocador de maquillaje para la niña y la espada láser de Darth Vader para el crío. Y si murmuras algo, toma respuesta: “Bueno, mujer, no seas rancia”. Como ahora ya hay igualdad, o ya la apoyamos, ya podemos dedicarnos a cultivar el rosa y el azul. Al grito de “yo les he educado igual”, encontramos un mundo en que ya no hay patinetes, ni estuches, ni bicis ni carteras. Hay carteras de “niñas” y carteras de “niños”. Hasta las reglas y las gomas de borrar tienen hoy princesas o piratas. En los tiempos de la “igualdad formal” y las políticas activas de igualdad se marca a sangre y fuego la diferencia. Y de esto se ha de encargar el mundo de la cultura, el mundo de la creación que es ni más ni menos aquel en que se forjan nuestros sueños y el sentido de nuestra vida. Y donde nada es lo mismo para una niña que para un niño. Salvo las matemáticas y cía. El currículo oficial sí es el mismo, pero el sentido de la vida se va forjando en el “currículo oculto”...
Y la primera respuestaSi tiene un hijo adolescente, hable con él sobre por qué es inapropiado pedirle a las adolescentes que envíen fotos de desnudos. Mi hija y sus amigas están inundadas con estas peticiones. Aparte de la naturaleza deshumanizadora de la solicitud, también es ilegal.
Me pregunto si la gente sabe qué tan común es esto para las adolescentes. Esta es una presión con la que viven, que mi generación nunca experimentó. Por favor, hable con sus hijos.
La primera vez que me contó sobre estas solicitudes fue cuando tenía 13 años. Sus amigas creen que este tipo de acoso es "normal". Reciben estas peticiones todas las semanas de varios muchachos que fuerzan la situación.
Además, si tiene una hija adolescente que hable con ella sobre esto también, podría estar recibiendo estas solicitudes y sin saber que está bien hablar con usted al respecto.
El otro día estuve en Penneys y había una niña de no más de 13 años que hablaba de cómo un chico de su año le sigue enviando fotos de penes y lo incómodo que la hizo sentirse, la niña que estaba con ella (también 13/14) le dijo que se relajara que es divertido y solo significa que le gusta...
La pubertad es una etapa crítica del desarrollo durante la que se producen cambios corporales y psicológicos asociados al inicio de la capacidad reproductiva. Múltiples factores cooperan en este proceso, entre ellos, la herencia genética, los factores ambientales y el estado metabólico y nutricional del organismo.
En un nuevo estudio llevado a cabo en ratonas, investigadores del Instituto Maimónides de Investigación Biomédica (IMIBIC), la Universidad de Córdoba (UCO) y el CIBEROBN de Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición, liderados por el Profesor Manuel Tena-Sempere, han demostrado que en condiciones de balance energético negativo provocado por una nutrición deficiente se activa un sensor energético llamado AMPK...
Hoy en día la tentación anorexia es más fuerte que nunca. La tiranía de tener un cuerpo ultra delgado está omnipresente en Internet, la publicidad y en la sociedad en general. La anorexia es una enfermedad de la mente y el cuerpo, en la que la mente domina. Una lucha por sobrevivir día a día.
La Anorexia Nerviosa no es sólo un trastorno de la alimentación, es también una enfermedad mental de género, y, según la Asociación Psiquiátrica Norteamericana, es la enfermedad mental que presenta la más alta tasa de mortalidad: una de cada 10 casos fallece por desnutrición, insuficiencia cardíaca o suicidio.
En los últimos años, en nuestro país se está hablando mucho de la Anorexia Nerviosa y de los graves problemas que comporta. Afecta principalmente a las mujeres y niñas, más del 90% de los casos, mientras que apenas llega al 9% en los varones. Según el Instituto de Salud Mental de los Estados Unidos, una de cada 100 niñas adolescentes sufre Anorexia Nerviosa y 4% de Bulimia, además un 15% padece trastornos alimentarios significativos.
Uno de los criterios para el diagnóstico clínico de la Anorexia es un peso corporal inferior en un 15% o más, de lo considerado normal. Paradójicamente esta talla, considerada de anoréxicas, es la característica de las modelos de pasarela y de todos los prototipos de belleza promovidos por los medios. Es penoso lo que está ocurriendo en todos los países de nuestro entorno: un 40% de niñas desde los 9-10 años está haciendo dieta y, casi un 90% de mujeres adultas desea perder peso.
Entre las causas más significativas de la expansión de esta enfermedad destacan:
- Una potenciación de la socialización patriarcal de género, mediante el aumento de las presiones socioculturales sobre el cuerpo femenino, y el crecimiento de los intereses económicos de la poderosa industria de la belleza.
Resulta curioso que en los países africanos se impulsan los valores opuestos hacia el cuerpo de las mujeres. No deja de sorprendernos, el hecho de que en ese lugar del mundo, los varones más ricos y poderosos, antes de casarse, envíen a sus prometidas a “Centros de Engordamiento”, donde en varias semanas de “tratamiento”, las “empapuzan”, con el objetivo de engordarlas al máximo. Cuanto más gordas, más prestigio
O muy gordas o muy delgadas…, pero en el fondo subyace la misma estrategia de control y la misma pérdida de salud.
En cuanto al problema de la Anorexia, hace unos años la edad de riesgo se situaba entre los 12 y los 25 años, pero actualmente las edades se han ampliado mucho. La adolescencia de las niñas se ha adelantado a los 9-10 años
Una vez que la Anorexia se desencadena, es muy difícil su control y recuperación. Se da la paradoja de que las mujeres y niñas que la padecen suelen ser personas muy perfeccionistas
Desarrollan sintomatologías depresivas y obsesivas, con frecuentes cambios de ánimo y con sensaciones de vacío e inutilidad. El temor a subir de peso y a perder el control, invade sus pensamientos y sus sentimientos de autoestima se basan en lo que comen o no comen.
Fundamentalmente, se trabaja el cambio ideológico del concepto enfermizo de la feminidad patriarcal y cómo recuperar el verdadero valor de nuestros cuerpos, aprendiendo a disfrutar de todo el gozo y el bienestar que pueden producirnos.
La anorexia nerviosa https://es.wikipedia.org/wiki/Anorexia_nerviosa es, junto con la bulimia, un conjunto de trastornos de la conducta alimentaria y uno de los principales desórdenes alimenticios, también llamados trastornos psicogénicos de la alimentación (TPA). Lo que distingue a la anorexia nerviosa es el rechazo de la comida por parte del enfermo y el miedo obsesivo a engordar, que puede conducirle a un estado de inanición.
la anorexia nerviosa no es un síntoma, sino un trastorno específico caracterizado por una pérdida autoinducida de peso, acompañada por una distorsión de la imagen corporal, cuya presencia es indicativa de un estado patológico diferente del individuo, y puede tener consecuencias muy graves para la salud de quien la padece.
No suelen hablar del maltrato físico o abuso s*xual por parte de padres en documentales o artículos (al menos que yo recuerde haber visto)Es posible identificar dos subtipos de anorexia nerviosa,11 en función de si el paciente tiene o no purgado de eliminación que vaya más allá de la basura normal de los alimentos (tales como vómitos autoinducidos, uso excesivo de laxantes, diuréticos o enemas):
- Restrictiva: si el paciente intenta disminuir de peso realizando dieta y practicando ejercicio físico. No existen vómitos autoprovocados ni consumo de medicamentos para acelerar la acción de la dieta.
- Con alimentación compulsiva / autoliberadora, si se manifiestan tales comportamientos. Además de la dieta y del ejercicio, las personas afectadas por esta modalidad se autoprovocan el vómito, y generalmente intentan ocultarlo, para que nadie lo sepa. Es frecuente que esta práctica se difunda entre las amigas o que se copie de las series de televisión. Además, consumen diversos medicamentos que supuestamente pueden ayudar en la disminución de peso.
Se llevó a cabo un estudio dividido en 10 años para entender cuáles son las diferencias a nivel sociodemográfico entre los dos tipos de anorexia. Este estudio encontró que:
- las niñas afectadas por la restrictiva tienen una mejor relación con su familia y especialmente con su madre;
- las personas que la sufrieron de forma compulsiva fueron víctimas, con más frecuencia que los pacientes con la forma restrictiva, de abuso físico o s*xual frecuentemente por parte del padre;
- en ambas formas se encontró un alto porcentaje de caso de abuso de alcohol por parte del padre;
- aquellos que manifiestan la forma compulsiva tienen una mayor tendencia a abusar del alcohol y un mayor deseo de suicidio.
Otros resultados se refieren a los padres de los niños que sufren anorexia, y los trastornos mentales están relacionados con la madre, la frecuencia es mucho mayor en las familias con niños que sufren de anorexia restrictiva.
En cuanto a la edad de inicio, está entre los 12 y 25 años (a pesar de que en los últimos años se produjeron varios casos superiores a los 30 años ), con el momento más crítico entre 15 y 19 años. ) Otros estudios han encontrado picos de incidencia a los 14 y 18 años de edad. Por tanto, el trastorno afecta principalmente a los adolescentes, aunque últimamente se están registrando cada vez más casos en adultos e incluso entre personas ancianas.
Collins sufrió durante su adolescencia de anorexia y para interpretar a su personaje, tuvo que perder una cantidad de peso alarmante que llamó mucho la atención.
To the Bone confirms there are (almost) no good movies about anorexiaPero hay una anécdota que dejó a Lily aún más paralizada. La intérprete cuenta que cuando estaba en grabaciones e iba saliendo de su apartamento, se encontró con una vecina, antes de que ella pudiera explicarle la razón de su figura, la mujer procedió a felicitarla por lo increíble que lucía.
“Salía un día de mi apartamento cuando alguien a quien conozco desde hace mucho tiempo, de la edad de mi madre, me dijo ‘Oh, guau, ¡mírate!’. Intenté explicarle que mi apariencia excesivamente delgada se debía a que estaba interpretando un papel, pero ella no estaba preocupada o asustada. Lo que me dijo fue: ‘¡No quiero saber lo que estás haciendo porque tienes un aspecto fantástico!’. Me subí al coche en el que me esperaba mi madre y le dije: ‘Esta es la razón por la que existen estos problemas’”.
Existen otros trastornos de la alimentación conectados:
- Ortorexia, o la ortorexia nerviosa, lo que va en contra de la pregunta 26 del cuestionario (EAT26). En este caso, buscar los alimentos más sanos y sencillos, a menudo crudos.
- Anorexia inversa, también llamada vigorexia o dismorfia muscular, donde tratamos de aumentar la masa muscular. Incluso en este caso, es en presencia de una perturbación de la imagen de su propio cuerpo.
en inglésLa dismorfia muscular https://es.wikipedia.org/wiki/Dismorfia_muscular o vigorexia es un trastorno mental en el que la persona se obsesiona por su estado físico hasta niveles patológicos. Estas personas tienen una visión distorsionada de ellos mismos y se ven débiles y enclenques. Por este motivo, el trastorno incide directamente sobre su conducta alimentaria y sus hábitos de vida, y se caracteriza por realizar una actividad física extrema, abandonando las relaciones sociales y descuidando otros aspectos de su vida, para dedicar todo su tiempo a entrenar.
La adicción al ejercicio se acompaña de una ingesta exagerada de proteínas y carbohidratos y el consumo abusivo de sustancias como esteroides anabolizantes, con el fin de aumentar la masa muscular y conseguir un cuerpo musculoso. Este trastorno también se conoce como complejo de Adonis o anorexia invertida.
La vigorexia, que no está reconocida como enfermedad por la comunidad médica internacional, afecta mayoritariamente a hombres jóvenes, con edades comprendidas entre los 18 y los 35 años. Su incidencia es de 4 de cada 10 000 personas.
La Asociación Americana de Psiquiatría reconoció la dismorfia muscular en 2013 con la quinta edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales. Este DSM-5 lo clasifica bajo un trastorno dismórfico corporal. La dismorfia muscular está ausente en la presente edición, la décima, publicada en 1992 en la Clasificación estadística internacional de enfermedades y problemas de salud relacionados.
Las estimaciones de prevalencia para la dismorfia muscular han variado mucho, y van del 1% al 54% de los hombres. Las muestras de miembros de gimnasios, levantadores de pesas y culturistas muestran una mayor prevalencia que las muestras de la población general. Se han encontrado tasas aún más altas en los usuarios de esteroides anabólicos. El trastorno es raro en las mujeres pero ocurre, y se ha observado especialmente en mujeres culturistas que también han sufrido agresiones s***ales. Cruzando culturas, se sabe que la dismorfia muscular ocurre en China, Sudáfrica y América Latina. Sin embargo, esto puede estar mediado sustancialmente por la exposición a los ideales occidentales de musculatura, ya que las poblaciones menos expuestas tienden a tener una prevalencia más baja
El trastorno dismórfico corporal (TDC) https://es.wikipedia.org/wiki/Trastorno ... o_corporal (anteriormente conocido como dismorfofobia) es un trastorno somatomorfo que consiste en una preocupación fuera de lo normal por algún defecto, ya sea real o imaginado, percibido en las características físicas propias (autoimagen). Si dicho defecto existe, la preocupación y ansiedad experimentada por estas personas es excesiva, ya que lo perciben de un modo exagerado. El afectado puede quejarse de uno o varios defectos: de algunas características vagas, o de su aspecto en general (global), causando malestar psicológico significativo que deteriora su desempeño social o laboral, hasta el punto de manifestar síntomas ansioso-depresivos severos, el desarrollo de otros trastornos de ansiedad y aislamiento social.
Se estima que el 1-2 % de la población mundial reúnen los criterios diagnósticos propios del TDC
Las causas del TDC difieren de una persona a otra. Sin embargo, la mayoría de los investigadores creen que podría ser una combinación de factores biológicos, psicológicos y ambientales de su pasado o presente. Malos tratos, abuso o abandono pueden ser también factores contribuyentes.
El inicio de los síntomas generalmente ocurre en la adolescencia o en la edad adulta temprana, donde comienzan la mayoría de críticas personales relacionadas con la imagen corporal, aunque los casos de aparición de TDC en niños y adultos mayores no son desconocidos.
Se cree erróneamente que el TDC afecta principalmente a mujeres, pero las investigaciones muestran que afecta a hombres y mujeres por igual.
El trastorno provoca deterioro en la calidad de vida; y suele darse comorbilidad con el trastorno depresivo mayor y la fobia social. Con una tasa de ideación suicida de alrededor del 80 %, casos extremos de TDC puede ser considerados factores de riesgo para el suicidio, sin embargo, muchos casos de TDC son tratados con intervención psiquiátrica o psicológica.
En general, mundialmente se estima que la incidencia es de entre el 0,5 y el 1,2 por ciento.
El TDC puede estar asociada con trastornos alimenticios, como el síndrome del comedor compulsivo, anorexia nerviosa o la bulimia, o puede también relacionarse con la fobia social o trastorno de ansiedad social.
Se ha teorizado que los medios de comunicación pueden contribuir a la aparición del TDC, por ejemplo modelos, actores, cantantes y personajes famosos en general; y la necesidad implícita de la belleza estética a la que va asociada. Sin embargo, el TDC se produce en todas las partes del mundo, incluidas en zonas aisladas donde los medios de comunicación son limitados o casi inexistentes. La presión mediática es un factor causal poco probable para TDC, aunque sí que puede actuar como un catalizador en sujetos que están genéticamente (o psicológicamente) predispuestos; o también podrían empeorar los síntomas de TDC ya existentes
Relación con la cirugía cosmética
En una serie de 50 pacientes, informada previamente por D. Veale el 26% había solicitado tener una o más operaciones cosméticas, aunque no se tienen datos sobre la evolución. Las cirugías repetidas tienden a aumentar la insatisfacción, y algunas de ellas tales como la rinoplastia, tienden a resultar más insatisfactorias. Los estudios revelan que entre un 23 y un 40% se somete a cirugías plásticas y un 12% sigue tratamientos dermatológicos.
Los hombres se preocupan generalmente de los genitales, mientras que las mujeres suelen preocuparse más con su cara, pelo y pecho.
Muchos individuos con TDC no poseen conocimientos o comprensión de su enfermedad, y consideran su problema de naturaleza estética en vez de psicológica, por lo tanto, las personas que sufren de dismorfofobia buscan tratamiento en profesionales especialistas en medicina y cirugía cosmética, en lugar de tratamiento psicológico o psiquiátrico.
En el último episodio de Keeping Up with the Kardashian, la empresaria reconoce hasta qué punto las críticas contra su cuerpo acaban por hacer mella en ella. Y en especial, los comentarios negativos que recibió por las fotos en biquini que delataban su celulitis y piel de naranja mientras pasaba unas vacaciones familiares en Malibú. "Parece que la gente está esperando la mínima oportunidad para avergonzarte. Literalmente, me produce dismorfia", admite.
Este tipo de trastorno, consistente en una preocupación exagerada por la imagen, que acaba por traducirse en una percepción propia errónea y casi obsesiva, afecta a una de cada 50 personas. Entre las causas que provocan y acrecentan este estado de ansiedad se encuentran los llamados factores ambientales, como la presión social a la que Kim hace referencia en su testimonio audiovisual.
Este acceso de sinceridad va muy en la línea del discurso que la celebrity mantiene en sus plataformas, abanderando las curvas y promoviendo una actitud positiva ante la imagen femenina: más respeto y menos críticas. Y sea cual sea la opinión que ella te merezca, este mensaje es importante. Habla de erradicar un foco de malestar social que desgasta la autoestima y se hace cada vez más evidente con las redes sociales.
Podría parecer un cliché, pero la escena sucede más a menudo de lo que pensamos: un hombre y una mujer acuden juntos a un restaurante y piden un chuletón y una ensalada. Cuando llega la comanda, el camarero intuitivamente tiende a dejar la carne ante el hombre y la sana lechuga con tomate frente a la mujer. ¿Por qué? ¿No puede ser que la mujer haya pedido un filete de buey a la piedra? ¿Tenemos cierto sesgo de género en los hábitos nutricionales y convenciones sociales?
En el último siglo se ha observado la influencia de la publicidad capciosa y el packaging que ofrece alimentos supuestamente saludables a las mujeres, como yogures y cereales para mantener la línea, de color rosa y tipografías sinuosas. Con el mensaje encubierto de que gracias a estos productos podrían bajar de peso y ser más deseables. Y al mismo tiempo ofrece alimentos procesados, carnes rojas y bebidas alcohólicas o azucaradas al público varonil. Si no fuera muy macabro parecería que la publicidad alimentaria intenta bajar la tasa de masculinidad en el mundo.
No voy a hablar de la presión mediática y social que pesa sobre el aspecto de las mujeres, ni del ideal de belleza sólo alcanzable con photoshop, ni de la tasación de nuestra valía como personas en función de nuestra imagen, ni de como nos creemos libres mientras pagamos el sueldo de un año para pasar por un quirófano porque nuestra autoestima depende del tamaño de nuestras tetas.
Tampoco os voy a contar que los pacientes que me dicen que lo de la salud está muy bien, pero que solo les interesa adelgazar, incluso estando en su peso, nunca son hombres.
Voy a hablar de lo que nos dice continuamente la industria alimentaria desde cada anuncio, desde cada embalaje y desde cada supermercado: nos llama imperfectas, mal hechas, con fallos, descuidadas. Pero con sutileza: necesitamos cuidar la linea, mantener el peso, no en pos de una mejor salud, si no para caber en los vaqueros y no dar pena en bikini. Y para que nos quieran y ser un buen adorno y agradables de mirar. Según la industria alimentaria, no se es una buena ejecutiva si no te queda bien la falda de tubo, ni una buena madre si no tienes el vientre plano, ni una chica feliz y activa si pesas más de 45kg. Y hablo de anuncios de comida, los de cosmética ya son otro nivel.
Y no es salud, la salud es cosa de ellos, por eso el envase del Danacol es unisex y lo anuncian hombres, incluso honbres con canas, arrugas, calva y barriga. Que desfachatez que eso no les impida mostrarlos como profesionales de éxito, con valor como seres humano y derecho a la felicidad. Pero los Vitalinea son lilas y llevan un corazón. Y los Sveltesse, cosa más masculina no se ha visto en la historia de los yogures ¿verdad? para nada diría nadie que están dirigidos claramente a público femenino, vamos, ni el sociólogo más pintado.
Y encima, por lo general, los productos "rosas" son más caros. Por si no nos estábamos sintiendo lo bastante idiotas.
Contexto
Todo esto comenzó cuando empecé a conocer cada vez a más mujeres veganas en círculos feministas, y también en mi entorno cada vez más mujeres empezaban a interesarse por este tipo de alimentación, casi todas ya previamente concienciadas con diferentes movimientos sociales. Tampoco es sorprendente, dado que mi entorno se caracteriza en general por personas con diferente grado de movilización pero con conciencia de las injusticias que nos rodean, no me sorprendió demasiado. De repente todos los actos a los que acudía que duraban más de medio día, incluían comida vegana. Bueno, es normal, así todas podemos comer y no se discrimina a nadie, ok.
Hasta en una conversación informal alguien me comentó que estaba preocupada porque en su familia estaban planteando su internamiento en Bellvitge en la unidad TCAs, y que lo primero que le habían prohibido era la dieta vegana. Y no fue el primer caso así con el que me topé, conocí al menos a dos mujeres más en la misma situación que se quejaban de que las unidades médicas que tratan los trastornos de la conducta alimenticia no tenían ningún respeto para con su ética animalista. Y me dio qué pensar.
Empecé a fijarme en que todas las mujeres veganas que yo conozco padecen o han padecido algún trastorno de la conducta alimentaria. Una es mala suerte, dos es coincidencia, tres o más es un patrón. Y comencé a darle vueltas al tema. Bajo mi punto de vista, una unidad médica que trata pacientes con trastornos de la conducta alimentaria es lógico que no autoricen una dieta vegana. Estamos hablando de personas que tienen un problema de control que derivan hacia su relación con la comida restringiendo aquello que consumen como forma de tomar el control en sus decisiones, así que parece obvio que se centren en tratar el problema de fondo. Cito de la tesis doctoral de Isabel Cabetas Hernández, página 36, 1.3.5. Factores Para Elegir El Tipo De Tratamiento . Punto c) Factores de personalidad:
Los pacientes anoréxicos experimentan sentimientos de impotencia, pérdida de control, difusión de su identidad, sensación de ser manipulados por el Otro.
Conocido es el caso de Jordan Younger, una vegana australiana que fue diagnosticada de ortorexia, aprovechó su éxito en las redes sociales para publicar un libro al respecto: “Breaking Vegan: el viaje de una mujer desde el veganismo, la dieta extrema y la ortorexia hacia una vida balanceada“. Por cierto, cuando decidió abandonar el veganismo por motivos de salud, recibió amenazas de muerte, y es que la carencia de asertividad es otra de las características de las personas con TCA de lo que hablaremos más abajo y que atraviesa el activismo vegano de punta a punta. Younger describe así la situación a la que llegó en su relación con la comida:
“Padece usted ortorexia nerviosa”, le dijo el especialista al que consultó. Como Jordan, las personas que sufren este trastorno de la alimentación se obsesionan con lo que deben o no deben comer y siguen reglas muy rígidas sobre el estilo de vida y el ejercicio físico. “Me pasaba el día evitando cualquier rastro de productos de origen animal, preparando zumos, ideando en recetas de verduras, corriendo compulsivamente…”, cuenta hoy Jordan. “La idea de comer dejó de ser agradable y se convirtió en una auténtica pesadilla. Tenía en la cabeza cientos de reglas, prohibiciones, peligros, sospechas…“
Men may eat more when women are watchingUn importante cuerpo de literatura sugiere que las mujeres cambian lo que comen cuando comen con los hombres. Específicamente, las mujeres optan por cantidades más pequeñas y alimentos bajos en calorías asociados con la feminidad. Entonces, algunos estudiosos argumentan que las mujeres cambian lo que comen para parecer más femeninas cuando comen con compañeros masculinos.
Para mi tesis de último año, exploré si las mujeres cambian la forma en que comen junto con lo que comen cuando comen con una compañera masculina o femenina. Para examinar este fenómeno, realicé 42 horas de observación no participante en dos restaurantes estadounidenses de cuatro estrellas en una gran ciudad de la costa oeste de los Estados Unidos. Observé los comportamientos alimentarios de 76 mujeres euroamericanas (37 comedores con un acompañante y 39 comensales con un acompañante) de edades comprendidas entre los 18 y los 40 años para identificar diferencias en sus comportamientos alimentarios.
Descubrí que las mujeres cambiaban la forma en que comían según el género de su compañero de comida. En general, cuando comían con un compañero masculino, las mujeres generalmente construían sus mordeduras con cuidado, comían bocados pequeños, comían despacio, usaban sus servilletas con precisión y frecuencia, y mantenían una buena postura y limitaban el movimiento del cuerpo a lo largo de sus comidas. En contraste, las mujeres que comían con una compañera generalmente construían sus mordiscos de forma más casual, tomaban bocados más grandes, usaban sus servilletas con mayor flexibilidad y moderación, y movían sus cuerpos más a lo largo de sus comidas...
Los investigadores observaron a los comensales en un buffet italiano de todo lo que pueda comer y encontraron que los hombres que cenaron con al menos una mujer en la mesa comieron un 93 por ciento más de pizza que sus compañeros que solo tenían compañeros de comida masculinos.
La tendencia a comer en exceso se extendió también a una comida más saludable: los hombres comieron 86 por ciento más de ensalada en compañía de mujeres.
"Encontramos que, si bien los hombres comen de manera desproporcionada en compañía de mujeres, las mujeres se sentían como si estuvieran sobrevaloradas y apresuradas cuando comían con hombres, aunque no había pruebas de que comieran más", dijo el autor principal del estudio, Kevin Kniffin, de Dyson. Escuela de Economía Aplicada y Gestión de la Universidad de Cornell en Ithaca, Nueva York...
Sin embargo, estas cifras enmascaran una distribución de género muy desigual, ya que la depresión es aproximadamente el doble de común en las mujeres que en los hombres. Las razones de esta distribución desigual de género no son del todo claras, pero se cree que son en parte biológicas, en parte psicológicas y en parte socioculturales.
Explicaciones biologicas
1. En comparación con los hombres, las mujeres pueden tener una mayor predisposición genética a desarrollar depresión.
2. En comparación con los hombres, las mujeres están mucho más sujetas a niveles hormonales fluctuantes. Este es especialmente el caso alrededor del momento del parto y en la menopausia, los cuales están asociados con un mayor riesgo de desarrollar depresión.
Explicaciones psicologicas
3. Las mujeres son más rumiantes que los hombres, es decir, tienden a pensar más en las cosas, lo que, aunque es muy bueno, también puede predisponerlas a desarrollar depresión. En contraste, es más probable que los hombres reaccionen a los tiempos difíciles con estoicismo, enojo o abuso de sustancias.
4. Las mujeres generalmente están más involucradas en las relaciones que los hombres. Es probable que los problemas de relación los afecten más y, por lo tanto, es más probable que desarrollen depresión.
Explicaciones socioculturales
5. Las mujeres sufren más estrés que los hombres. ¡No solo tienen que ir a trabajar como los hombres, sino que también se espera que sean los más afectados por mantener un hogar, criar hijos, cuidar a parientes mayores y aguantar todo el sexismo!
6. Las mujeres viven más que los hombres. La vejez extrema a menudo se asocia con el duelo, la soledad, la mala salud física y la precariedad, y también la depresión.
7. Las mujeres son más propensas a buscar un diagnóstico de depresión. Es más probable que consulten a un médico y que discutan sus sentimientos con el médico. Por el contrario, los médicos (ya sean hombres o mujeres) pueden tener más probabilidades de hacer un diagnóstico de depresión en una mujer.
Un nuevo estudio muestra que casi una de cada cuatro adolescentes sufre de depresión, en lo que los expertos han descrito como un descubrimiento "alarmante".
Investigadores del Instituto de Educación de la UCL (University College London) y la Universidad de Liverpool encontraron que casi una cuarta parte (24%) de las niñas de 14 años y el 9% de los niños de la misma edad están deprimidas.
También cuestionaron si los padres conocen el verdadero alcance de los niveles de depresión entre las adolescentes después de encontrar una discrepancia entre los síntomas depresivos autoinformados y las estimaciones de los padres.
Como parte de un examen de datos sobre más de 10,000 niñ@s nacid@s en 2000/01 que están participando en el Estudio de cohorte Millennium, se interrogó a los padres sobre la salud mental de sus hij@s cuando sus hij@s tenían tres, cinco, siete, 11 y 14 años.
Cuando l@s participantes tenían 14 años, a los niños se les hicieron preguntas acerca de las dificultades de salud mental.
La investigación, publicada con la organización benéfica infantil, la Oficina Nacional de la Infancia, mostró que las niñas y los niños tenían niveles similares de problemas emocionales durante la infancia hasta la adolescencia, cuando los problemas eran más frecuentes en las niñas.
Pero los autores encontraron que las respuestas de los adolescentes sobre los problemas emocionales eran diferentes a las percepciones de sus padres.
Descubrieron que los padres identifican a más niños y menos niñas con síntomas depresivos, lo que puede significar que algunos padres pueden no ser conscientes de la depresión de su hija.
También encontraron que los niños de todas las edades tienen mayores problemas de conducta que las niñas.
Y l@s niñ@s de familias más ricas tenían menos probabilidades de reportar depresión en comparación con sus compañer@ más pobres.
"En otra investigación, hemos resaltado las crecientes dificultades de salud mental que enfrentan las niñas hoy en día en comparación con las generaciones anteriores y este estudio resalta aún más las tasas preocupantemente altas de depresión", dijo la autora principal, la Dra. Praveetha Patalay.
Anna Feuchtwang, directora ejecutiva de la Oficina Nacional de la Infancia, agregó: “Este estudio de miles de niñ@s nos brinda la evidencia más convincente disponible sobre el grado de enfermedad mental en los niñ@s en el Reino Unido.
"Con un cuarto de las niñas de 14 años que muestran signos de depresión, ahora está fuera de toda duda que este problema está llegando a un punto crítico.
"Es preocupante que haya evidencia de que los padres pueden estar subestimando las necesidades de salud mental de sus hijas. A la inversa, los padres pueden estar detectando síntomas en sus hijos, que los niños no se reportan a sí mismos. "Es vital que tanto l@s niñ@s como sus padres puedan hacer oír su voz para maximizar las posibilidades de una identificación temprana y el acceso a apoyo especializado".
Al comentar sobre el hallazgo, el Dr. Marc Bush, asesor jefe de políticas de la organización benéfica YoungMinds, dijo: “Sabemos que las adolescentes enfrentan una gran variedad de presiones, que incluyen estrés en la escuela, problemas de imagen corporal, intimidación y la presión creada por las redes sociales.
"Las experiencias difíciles en la infancia, como la pérdida de un ser querido, la violencia doméstica o el abandono, también pueden tener un impacto grave, a menudo varios años después.
"Para empeorar las cosas, puede ser extremadamente difícil para l@s adolescentes obtener el apoyo adecuado si están luchando por sobrellevar la situación".
"Es por eso que es crucial que los servicios de salud mental estén adecuadamente financiados, con un enfoque en la intervención temprana.
“Como sociedad, también debemos hacer mucho más para evitar que se desarrollen problemas de salud mental en primer lugar. Para empezar, necesitamos reequilibrar nuestro sistema educativo, para que las escuelas puedan priorizar el bienestar y no solo los resultados de los exámenes ”.
Claire Murdoch, directora nacional de salud mental de NHS England, dijo: “Los servicios de NHS para niñ@s y jóvenes se están expandiendo a su ritmo más rápido en una década.
"Este año, el NHS tratará a 30,000 niñ@s y jóvenes adicionales, apoyados por un financiamiento adicional de £ 280 millones.
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