Respecto a la leche ecológica, a la vaca sigue tratándosela como un instrumento de producción en cuanto a que para producir leche ha de parir, por tanto se fuerza su embarazo y se le quita a su cría (con especial rapidez si es macho) para destinar la leche a consumo humano. Eso ya es, para mí, inaceptable.
Saco esto de un hilo en Foro Vegetariano:
La agricultura ecológica pone énfasis que el dolor y el sufrimiento tienen que minimizarse a lo largo del ciclo de vida del animal. Por tanto, el tiempo de transporte está estrictamente controlado, y los métodos de sacrificio son lo mas rápido y lo menos dolorosos posibles.
A raíz de estos datos parece evidente que el impulso y el deseo de la UE es que se respeten al máximo posible los derechos de los animales, minimizando, el sufrimiento. La palabra clave es minimizando. Es evidente que minimizar no significa eliminar. Me planteé entonces saber que parte del sufrimiento es la que permanece, es decir cuáles son los males inherentes e indivisibles de la producción ganadera y avícola sea o no ecológica.
¿A qué me refiero con males inherentes? Pues a temas sobre los que uno no recae en un primer momento, cuestiones cómo: ¿qué ocurre con las crías de las vacas lecheras ecológicas? ¿a cuántos partos se somete a las vacas? ¿qué ocurre cuando las vacas o las gallinas dejan de producir? Las respuestas a estas preguntas produjeron en mi un enorme malestar y una sensación de haber estado cegado durante años, cegado por la comodidad, por el placer del desconocimiento, por el pecado de la conformidad.
Respecto a los sistemas de extracción de la leche. La extracción es mecánica, no manual y se practica en un circuito de ordeño o en una sala de ordeño. El tiempo de succión puede variar según el animal entre 5 y 10 minutos.
El procedimiento que se sigue con las crías es el siguiente, éstas preferentemente se destinan para reposición de la explotación ecológica, pero también pueden ser vendidas a terceros para explotación ecológica o convencional. También puede surgir que una vaca de explotación tradicional sea comprada para su explotación ecológica, en este caso deben pasar un tiempo de reconversión de 6 meses como mínimo.
En lo que se refiere al destino de las crías. La retirada de las crías a la madre a partir del nacimiento varía según el sexo, si la cría es hembra se produce entre 3 y 5 meses, si es macho transcurridos apenas 15 días (cuando en la naturaleza un ternero mamaría durante casi un año). Es decir que existe un enorme estrés psicológico para las hembras de producción láctea, ya que las crías son separadas tras unos periodos de tiempo muy inferiores a los tiempos de destete natural. En esa fase la producción de oxitocina y otras hormonas por parte de la vaca parental es muy elevada, por lo que el instinto maternal se encuentra en la fase más álgida, y el sufrimiento por retirada de las crías es enorme. En este sentido la reacción de estrés es la misma que siente una madre humana al perder un hijo, ya que como he comentado en otros artículos, todo este tipo de sensaciones y sentimientos vienen mediadas más que por cuestiones culturales, por cuestiones endógenas directamente asociadas con efectos neuroendocrinos. A este maltrato los animales son sometidos de manera continuada durante el resto de su vida, ya que a las vacas se les inducen entre 7 y 8 partos a lo largo de su vida, vida limitada de forma artificial a 14 ó 16 años, es decir, cuando dejan de ser productivas.
El destino de las crías retiradas también depende del sexo. El proceso al que son sometidas las hembras queda especificado en el punto anterior, por el contrario los machos, a partir de los 15 días de vida van destinados a cebaderos convencionales, aunque podrían ser cebados en la propia explotación como carne ecológica, siempre que estos se alimentaran de las madres en producción de carne ecológica. Es decir, que la producción de leche ecológica es indivisible de la producción de carne, no existen vacas lecheras y vacas de carne como uno podría pensar (aunque si hay especies seleccionadas por los niveles de producción para tales fines).
La producción de los derivados lácteos ecológicos, implica también la muerte animal, el cuajo se obtiene del estómago de la ternera (en el matadero) y su ingrediente esencial es la renina que causa el cuajamiento de la leche. La renina es una enzima de los jugos gástricos (igual que la pepsina) que actúa como un medio ácido provocando la coagulación de la leche. Existen algunos derivados lácteos en los que el cuajo es de origen microbiano o vegetal, pero se trata de raras excepciones.
La fase final de la producción es el sacrificio, a diferencia de los animales destinados a producción convencional, dado que la producción es más baja en la ganadería ecológica (imaginaros al límite de explotación animal que se llega en las explotaciones intensivas, en los sistemas ecológicos, las producciones oscilan entre 14 y 22 l por vaca, cuando en convencional podemos hablar de 28-38 l por vaca), las reses se mantienen mucho más tiempo en la explotación, por eso viven más que las de producción convencional; lógicamente cuando la vaca reduce sus niveles de producción deja de ser rentable para el ganadero y va directamente al sacrificio.
http://www.forovegetariano.org/foro/sho ... s-animales
Tiene sus añitos el hilo pero esto, que yo sepa, no ha cambiado.
Hay alguna compañía que busca obtener la leche de la forma más respetuosa y menos lesiva posible, por ejemplo (en EEUU):
https://www.ahimsamilk.org/ Pero a mí no me convence la alternativa, sobre todo teniendo en cuenta que los humanos adultos no necesitamos lácteos para nutrirnos adecuadamente.