Esa actividad no es feminista (bien está señalar el error de afirmar lo contrario) pero quien la realiza (y hablo en general partiendo del título del hilo, no hablo de este caso concreto) sí puede serlo, ¿no? Pregunto porque dudo a ratos, la verdad
Si excluimos por conseguir dinero de forma no-feminista, o por aficiones no-feministas, o por relaciones no-feministas o por ser esclava/aliada del patriarcado de cualquier otra forma, al feminismo le quedarán 4 "militantes legítimas". Es verdad que las feministas más "ruidosas", las culturalmente relevantes deberían ser las más coherentes y sólidas, pero hoy en día es incontrolable que cada cual opine a su bola y la labor de separar el grano de la paja es constante. La cuestión es cómo hacer esa separación y contra quién.
La analogía de esto conque no se puede ser animalista y torero a la vez no me convence porque una mujer que se prostituye es objeto de explotación y pone su propia sexualidad en la palestra de un sistema que instrumentaliza dicha sexualidad, por mucho que ella lo elija (hasta cierto punto, al menos) mientras que en un ruedo el explotado y abusado (de forma no voluntaria, por supuesto, porque un animal no-humano no tiene capacidad para elegir en esos casos), el instrumentalizado y cosificado, es el toro y no el torero. El torero es un explotador, torturador y asesino de animales no-humanos, privilegiado por un sistema que promociona la objetificación de todas las especies para uso de humanos como él; el torero no es un animal no-humano decidiendo que le compensa intentar sacar partido económico a su situación (no elegida por él) de objeto de consumo. El toro es prostituido, el torero prostituidor.
Un putero no puede ser feminista pero una prostituta que se proclama "voluntaria", ¿por qué no? Una feminista blandurria, inocua e imperfecta con lagunas lógicas, claro, como tantas y tantas personas (la inmensa mayoría de nosotros) con contradicciones filosóficas o personales, donde tiramos piedras contra nuestro propio tejado y nos cuesta verlo (podemos hasta autoconvencernos de que con determinadas prácticas nos estamos "empoderando") o, si lo vemos, decidimos no cambiar. Contra esto lo suyo es seguir analizando hasta llegar a las conclusiones correctas y ser consecuente de verdad con ellas, aunque sea difícil ir contracorriente, pero si te sientes excluida del activismo y de esas ideas lo más probable es que acabes renunciando a ello y hasta refugiándote en el otro lado.
Por abundar en el tema del animalismo desde la perspectiva del grupo privilegiado, algunos militantes que son veganos consideran que no puedes calificarte como animalista si comes y/o vistes animales, porque estás siendo partícipe de su explotación aunque no llegues al extremo del sadismo torero (tu participación es indirecta y se procura que no seas consciente de ella ocultándote todo el sufrimiento que va antes de que te comas el filete, y también se intenta que no haya una conexión emocional equivalente a la que en Occidente muchos tenemos con perros y gatos, pero ahí eres responsable de mirar a otro lado cuando tienes información de sobra disponible), mientras que otros veganos son más estratégicos y buscan la inclusividad para que el movimiento vaya ganando fuerza y penetrando en todos los sectores sociales porque, consideran ellos, es más sencillo generar conciencia así. Esto se aplica a cualquier otra estrategia política, claro, feminismo incluido.
El problema real hoy en día es que el feminismo imperante (fomentado por el sistema a través de portavoces ilustres con recorrido académico), el que genera tantos ejemplos de dispersión y desinformación entre chicas como la que comentáis, es un engendro posmoderno que no se centra realmente en las mujeres y tiene múltiples contradicciones en sí mismo.