Me cuelo un momento por aquí para tranquilizar a las que estáis esperando al segundo y os sentís como "culpables" por no estar tan pendientes de este embarazo como lo estabais del primero.
Es que es normal, al fin y al cabo, ahora tenéis otro hijo aún pequeño que os necesita, y eso ya quita mucho tiempo de estar contemplándose la barriga, etc.
Por otro lado, no es que no tengáis la misma ilusión, es simplemente que ya no es una experiencia nueva y desconocida, con lo que de alguna manera, los segundos embarazos se viven de una forma más relajada (salvo casos de problemas de salud, etc), eso es así, pero no los hace menos especiales ni menos deseados. Es solo que ya os habéis pasado esa pantalla y claro, lo vivís con la perspectiva de la experiencia.
Como mamá de dos, os puedo garantizar que vais a querer a vuestro pequeño tanto tanto como al mayor. No acordarse de la FPP, o de la de última regla, no hacerse fotos de la evolución de la barriga cada mes, etc, no significa que no vayáis a querer a ese bebé tanto como al primero, ni que vaya a ser menos especial. Tampoco os agobiéis pensando "uy, con el primero, a estas alturas ya lo tenía todo comprado y preparado y en este es como que me da más pereza, me pilla el toro, qué mal". Bueno, es que con los segundos no hay que preparar todo de cero (salvo que se lleven no sé, quince años de diferencia y la etapa recién nacido os quede muy lejana, que no es el caso), hay muchas cosas que ya tenéis, que el pequeño podrá heredar del mayor, etc.
Y bueno, os diré también que los segundos nacen ya de alguna manera programados sabiendo el lugar que ocupan en la familia, sabiendo que son los segundos (o los pequeños). Cuando llegan al mundo, su hermano mayor ya estaba ahí, y ellos crecen conscientes de esa circunstancia desde el primer día. No conocen otra realidad, no pueden comparar con nada.
Es el mayor el que tiene que aceptar y asimilar la nueva situación, que ya no es el hijo único, que ahora tiene que compartir atenciones con su hermano pequeño. Para ellos sí que hay un antes y un después. Y a algunos les cuesta.
Aunque quieran mucho a su hermano, incluso aunque hayan deseado y pedido tener un hermanito, ese tránsito no es fácil y puede haber momentos de tensión, de celos y de querer captar vuestra atención, por sentirse en cierto modo desplazados. Aunque le deis muchas atenciones y paséis tiempo con él o ella, sin el bebé. Aunque le expliquéis que le seguís queriendo como antes, les cuesta entenderlo.
Yo es lo que peor llevé de los primeros meses (y en general del primer año de mi hijo pequeño), porque intentas darles las mismas atenciones, pasar el mismo tiempo con una que con otro, pero es imposible. Al final, el bebé te absorbe.
Los dos te necesitan, pero el pequeño te necesita de una manera más física y urgente, quizá.
Con todo esto os quiero decir que no os rayéis con ese tema, que el pequeño va a tener su lugar destacado en la familia, aunque las primeras veces se las llevara el mayor, eso es así y ya está, no pasa nada, es ley de vida. Pero con el segundo está la oportunidad de revivir esas primeras veces, pero ahora desde la experiencia.
Los vais a querer igual a los dos, muchísimo, y cuando crezcan, ninguno os reprochará nada, de verdad.
Y otra cosa que yo descubrí con mi segunda maternidad y que desconocía (seguramente por haber sido hija única) es que, aunque los queráis igual, en cuanto a intensidad, no se les quiere de la misma manera, en el sentido de que es posible que tengáis más afinidad o conectéis más con uno que con otro, y esto no tiene por qué ser permanente, puede ir por épocas.
O por días. Siempre habrá uno que os saturará la paciencia antes, por su carácter y el vuestro. O a uno tenéis tendencia a consentirle o a "proteger" más porque sabéis que es más vulnerable. Y no pasa nada, es que las relaciones son así. También pasa con nuestros padres, que es normal tener más afinidad o más confianza, o reírse más con uno que con otro. Pero los quieres igual.
Así que de verdad, no os agobiéis y disfrutad del momento. Espero que esto os pueda ayudar o servir y enhorabuena a todas!
Cósima, creo que lo que te quiso decir la ginecóloga con lo de saber el sexo es que cuando ya lo sabes, de alguna manera, se hace más real. Ya podéis empezar a pensar en nombres y llamarlo por ese nombre que decidáis. Es como que adquiere otra dimensión, otra entidad, una identidad, no sé si me explico.
Cliath, lo de tu amiga es diferente. No es que no le haga ilusión el embarazo en sí mismo, es que se ha llevado desilusión con el sexo del bebé, porque tenía otras expectativas. O sea, no es que no le haga ilusión porque es el segundo y ya no se vive con la misma emoción, es que se ha desilusionado por el sexo del bebé. Si el bebé fuera del sexo que quería, estaría ilusionada. Sí, a mí también me dan mucha pena esos casos, la verdad. Y se dan bastante.
Es que no sé por qué la gente se crea expectativas ante un sexo u otro, es injusto para ese bebé si luego resulta que es del sexo no preferido.