Garp escribió: 28 Nov 2022, 12:02
Lo más que había era unos bizcochos de Martínez que venían bañados por la base con chocolate.
Es que siempre se habla de las pantera rosa y demás bizcochitos como algo muy de la infancia y yo no tengo ni un recuerdo de comer ninguno. Me suenan los Círculo rojo pero ya como de más mayor que le gustaban a mi hermana.
Ayyyyy, esos bizcochitos estaban muy ricos. Me zampaba prácticamente todo el paquete. Me encantaban. A día de hoy no he vuelto a comprar porque me da pena pensar que pueden haber cambiado el sabor y que me decepcionen. O peor aún, que sepan igual o mejor y me vuelva bizcocho-adicta
Ya tengo muchos vicios de dulces, quita, quita, aléjate de mí, MARTÍNEZ.
En mi casa tampoco entraban panteras rosas, ni bollycaos, ni otras cosas que siempre leo / oigo decir que eran muy clásicas y típicas cuando se era un niño. Y si entraban, era muy esporádicamente y se las comía mi madre, que es aún más gocha que yo.
Yo de niña sí que comía muchas mierdas y, de hecho, sé que tengo el paladar atrofiado porque me gusta cada empalagosidad que te jiñas. Aún así, he ido reeducándome y ahora hay cositas que si bien no me dan asco todavía, sí que me aturullan y soy incapaz de terminarlas de una sentada. Antes me lo zampaba todo sin discriminación y en el mismo acto. Raro era lo que no me gustaba (generalmente cosas que sabían mucho a leche, como las natillas, puaj).
Lo que se estilaba mucho en mi casa era comprar toneladas de kinder bueno, los brazos de gitano, bizcochos de esos marmolados marca la pava, sobaos, a lo mejor phoskitos o sus variantes de marca blanca, magdalenas de todo tipo (las rellenas de chocolate, madre mía), galletas a cascoporro, palmeritas de esas pequeñitas que van como recubiertas de un poco de azúcar... Madre mía, es que había de todo. Y sigue habiendo de todo, que tú vas a casa de mis padres y parece la casa de la bruja de Hansel y Gretel. Sales con diabetes sólo de mirar en los cajones de la cocina.
Siempre he pensado que la ansiedad y el no poder parar quieta me ayudaron muchísimo a seguir como un fideo porque comía muy mal. Mis cenas luego eran nuggets, salchichas (fritas) con medio bote de ketchup, palitos de merluza... Lo más sano y normal una tortilla y ni eso, que luego le pasaron a mi madre la receta de las tortillas con cosas y ella las rellenaba de jamón cocido marca la pava, 20% jamón, 80% cosas que había por ahí en la fábrica jajaja. Otra teoría es que a lo mejor mi cuerpo estaba tan lleno de azúcar que eso me provocaba la ansiedad y los nervios y por eso no paraba, a saber
Lo cierto es que parecía un chihuahua puesto de coca hasta las cejas. Me dais envidia las que comíais sano, jo, porque no habéis tenido que reeducarnos en nada jajaja.