Mañica escribió: 26 Sep 2022, 18:06
Pero es que yo creo que mucha gente no tiene una ideología marcada y medios de comunicación blanquean muchísimo a la nueva ultraderecha. En el imaginario colectivo que está aupando a estos partidos no los relacionan con Hitler o coetáneos.
Hay mucho populismo e insatisfacción, unido con un racismo latente en toda europa. Es el cóctel molotov que ha explotado en Suecia y demás lugares.
Creo que la izquierda/centroderecha si quiere combatirlo ya se puede arremangar y bajar a los problemas reales o esta gente acaba por destruir la UE.
No puedo estar más de acuerdo. Virgen santa, ha ganado una señora que admira a Mussolini.
Después se desdijo, pero en el fondo creo que lo sigue pensando.
Lo del auge del racismo en Europa… pues es que, seamos sinceros, no todos son adaptables, integrables, ni culturalmente son similares. No sé si os consta, pero Meloni publicó un vídeo de una mujer ucraniana siendo violada por un guineano.
Las políticas de acogida sin criterio, sin un plan, sin una visión de futuro las padece la gente local, véase recientemente lo que ha pasado en Barcelona y la inseguridad. Y la gente se ha cansado de eso y del tutelaje de la EU.
Para mi lo de Ucrania y la crisis derivada de sancionar sin medir las consecuencias son clave, solo por lamerle el culo a EEUU que es mil veces menos dependiente de Rusia que nosotros, el no tener una política independiente de estos, la pandemia, etc…
Y, siento si escuece, pero el corte es socialista y nacionalista. Mussolini defendía el salario mínimo, la jornada laboral de ocho horas, el voto femenino, la participación de los trabajadores en la gestión de la industria, el retiro a los 55 años, la nacionalización de las fábricas de armas, la confiscación de los bienes de las congregaciones religiosas y la abolición de las rentas episcopales. Esto no lo convierte en alguien bueno, bien muerto está, pero la gente ambiciona políticas que primen por encima de todo el bienestar de los nacionales. Eso es lo que ha vendido Meloni y se lo han comprado.
Junta todo eso y mételo en una coctelera junto a la baja participación de la izquierda italiana que no vota porque no cree en el sistema. Pues ya tenemos circo para rato.