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Burton Stephen Lancaster, más conocido como Burt Lancaster (Nueva York, 2 de noviembre de 1913-Los Ángeles, 20 de octubre de 1994) fue un actor estadounidense, perteneciente al cine clásico de ese país. De fuerte atracción y energía, su apuesta figura fue sinónimo del hombre galán y rudo. Ganador de un premio Óscar y nominado en otras tres ocasiones, su prestigio interpretativo se acrecentó a partir de su colaboración en el cine europeo, especialmente de sus trabajos junto a Luchino Visconti.
Familia
Fue uno de los cinco hijos de James Henry Lancaster, un cartero, y su esposa, Elizabeth Roberts, ama de casa. Creció en el Harlem oriental, el llamado Harlem Hispano.
Inicios como acróbata
En sus años en el Harlem, Lancaster pasaba muchas horas en la calle, donde desarrolló su interés y su habilidad por el ejercicio físico y la gimnasia. Más tarde, trabajó como acróbata de circo hasta que una lesión le obligó a abandonar la profesión. Durante la Segunda Guerra Mundial, actuó en espectáculos del ejército.
Debut junto a Ava Gardner
Aunque al principio la interpretación no le atraía, cuando volvió del servicio militar intentó ser actor y recibió una oferta para un papel en una obra teatral en Broadway. No tuvo éxito, pero un agente de Hollywood se fijó en él y le consiguió, en 1946, su primer papel cinematográfico, para la película Forajidos, junto a Ava Gardner. En esta ocasión, sí tuvo un éxito considerable, con el resultado de que al año siguiente protagonizaría otras dos películas.
Lancaster fue un actor autodidacta que se hizo a pulso, intentando superarse en cada una de sus interpretaciones, y que aprovechó su buena apariencia física para abrirse paso en el ambiente hollywoodiense. Al principio, los papeles que interpretó fueron predominantemente personajes de carácter rudo y directos que encajaban bien con su personalidad.
Apogeo
A partir de entonces, apareció en numerosas producciones, desde dramáticas y de intriga, hasta bélicas y de aventuras. En varias de sus películas de aventuras, que alcanzaron un gran éxito de taquilla, como El halcón y la flecha o El temible burlón, le acompañó en el reparto su amigo de la infancia y compañero del circo Nick Cravat, también un gran acróbata, y que solía representar personajes mudos, posiblemente debido a que su marcado acento de Brooklyn no entonaba demasiado con las épocas en las que se desarrollaban los argumentos de sus películas.
A mitad de la década de 1950, desafió su propia capacidad de interpretación, y comenzó a aceptar papeles cada vez más exigentes y variados.
En la mayoría de ellos, el actor autodidacta, obtuvo un gran reconocimiento del público y de los profesionales del medio. De esta forma se convirtió en estrella de cine y uno de los grandes actores clásicos de su tiempo, participando en películas que pasaron a ser clásicos del cine como De aquí a la eternidad (1953) del director Fred Zinnemann, Veracruz (1954) de Robert Aldrich, Duelo de titanes (1957) del director John Sturges, Elmer Gantry (1960) del director Richard Brooks, El gatopardo (1963) del director Luchino Visconti, entre otras.
Premios: Óscar y otros
Recibió en 1960 el Óscar al mejor actor principal, por su papel en Elmer Gantry, por el que también fue galardonado con un Globo de Oro y el premio del Círculo de Críticos de Cine de Nueva York.1
Fue nominado al Óscar al mejor actor por otras tres películas. La primera, De aquí a la eternidad, en 1953, del director Fred Zinnemann, en la que realiza con Deborah Kerr una escena de beso apasionado, tendidos en bañador en una playa, la cual se consideró muy erótica para los estándares de la época. La segunda fue El hombre de Alcatraz, en 1962, del director John Frankenheimer, y la tercera Atlantic City, en 1980, del director Louis Malle.
Últimos años
En una época más avanzada de su carrera, Lancaster abandonó las películas de acción al hacerse más madura su apariencia y se concentró en interpretar papeles de personajes distinguidos, lo cual aumentó aún más su prestigio. Fue un competidor actoral de Kirk Douglas y Marlon Brando.
En los años 60 y 70 trabajó en varias producciones europeas con directores como Luchino Visconti o Bernardo Bertolucci. Interesado en papeles exigentes, estuvo dispuesto en más de una ocasión a trabajar por una compensación económica muy por debajo de la habitual si el guion y el director le parecían interesantes. Incluso ayudó a financiar con su propio dinero películas que consideraba de un especial valor artístico.
También produjo algunas películas del incipiente cine independiente, ayudando a directores como Sydney Pollack o John Frankenheimer a consolidarse en el mundo del cine. Asimismo, apareció en varias películas producidas para la televisión.
En 1979, sufrió su primer ataque cardíaco mientras rodaba las primeras escenas de La leyenda de Bill Doolin. A pesar de esto, siguió trabajando durante toda la década de los 80 tanto en el cine como en la televisión.
En noviembre de 1990, poco después de acabar el rodaje de su última película, sufre un infarto masivo que le deja incapacitado. A partir de ese momento, se aísla socialmente incluso de sus amigos, a quienes no dejaba que lo visiten y solo les permitía el contacto telefónico. Una actriz y amiga suya que deseaba verlo fue rechazada por Lancaster al teléfono con el siguiente mensaje:2
«Deseo que me recuerdes como tú me conociste y no que veas en lo que me he convertido».
Romana llegó el día