Dolorosamente distantes en la Catedral San Pablo, las parejas siguen muy alejadas
Por REBECCA ENGLISH - Periodista de la Realeza

WILLIAM y Harry se reunieron por fin ayer en la Catedral de San Pablo - pero los hermanos distanciados seguían siendo mundos aparte.

El duque de Cambridge y su esposa Kate se sentaron en primera fila junto al príncipe Carlos y Camilla, que representaban a la reina ausente en el servicio de acción de gracias por sus 70 años de reinado.

Pero Harry y Meghan fueron colocados en el lado opuesto del pasillo, a la mitad de una segunda fila de asientos, junto a otros miembros de la realeza de menor rango, que no trabajan representando a La Casa Ral.

No hubo oportunidad de que los otrora hermanos cercanos hablaran. Guillermo, de 39 años, y Kate, de 40, formaban parte de la fiesta principal y llegaron bastante después de que Harry, de 37, y Meghan, de 40, se sentaran. Luego se fueron antes que ellos para asistir a una recepción posterior al servicio en el cercano Guildhall. Cabe destacar que los californianos de Sussex fueron los únicos miembros de la extensa comitiva real que se ausentaron del segundo evento.

Harry y Meghan llegaron a San Pablo a las 11.04 horas y tomaron asiento a las 11.08 horas. Guillermo y Kate llegaron a la catedral a las 11.15 y se sentaron a las 11.27.

Tras el servicio, los Cambride se levantaron a las 12.20 y se marcharon a las 12.25, mientras que los Sussex abandonaron sus asientos a las 12.21 y salieron de St Paul's a las 12.27.

El hecho de que los Sussex estuvieran en "segunda fila" puso de manifiesto la caída en desgracia de la pareja desde que abandonaron la Familia Real hace dos años, a pesar de que la Reina les tendió una rama de olivo invitándoles a asistir a algunas de sus festividades del Jubileo de Platino.

Se cree que Guillermo y Kate -que en un momento dado fue vista mirando por encima de su hombro como si quisiera echar un vistazo a su cuñado distanciado- aún no se han reunido con los Sussex como pareja durante su visita.

Una fuente bien situada dijo que detectó la "legendaria diplomacia blanda de la realeza en juego" en cuanto a los asientos de Harry y Meghan en el servicio para "minimizar" la distracción en un evento tan clave. En otros acontecimientos:

■ La Reina conoció a la hija de los Sussex, Lilibet, por primera vez, junto a su hijo Archie, al que no ha visto desde que era bebé, en una reunión privada en Windsor a principios de esta semana;

El Príncipe de Gales y la Duquesa de Cornualles se reunieron con Harry y Meghan en Clarence House antes del servicio religioso de ayer, aunque se cree que todavía no han visto a sus nietos;

Los Sussex no fueron invitados a un almuerzo privado en el Palacio de Buckingham con la Reina y los miembros de la realeza tras el desfile de la bandera el jueves;

■ No hay planes para que Harry y Meghan asistan a ningún otro evento este fin de semana y es poco probable que se les vuelva a ver en público antes de que abandonen Gran Bretaña;

■ La Reina ha cancelado sus planes de asistir al Derby de Epsom de hoy debido a su creciente fragilidad, pero todavía hay esperanzas de que pueda hacer una breve aparición en la final del desfile del Jubileo de Platino de mañana;

Tanto Carlos como Guillermo rendirán un emotivo homenaje a la monarca en el escenario del concierto Party at the Palace de esta noche.

En el Servicio de Acción de Gracias celebrado ayer en la Catedral de San Pablo se rindió homenaje a los "70 años de servicio fiel y dedicado" de la Reina, mientras más de 2.000 personas abarrotaban la catedral.

Entre los invitados se encontraban miembros de la realeza y dignatarios como Boris Johnson, pero el servicio público fue el centro del evento, con la congregación de 400 miembros del personal del NHS y otros trabajadores clave reconocidos por su trabajo durante la pandemia.

Harry parecía pensativo en algunos momentos mientras bajaba con Meghan de su Range Rover real -con acompañamiento policial- frente a la catedral. La pareja atrajo los aplausos, pero también algunos abucheos, de la multitud en el exterior. La ex actriz Meghan mostraba una sonrisa permanente y frotaba constantemente la espalda de su marido cuando no le llevaba de la mano.

Harry parecía animado al ver a las princesas Beatriz y Eugenia, a las que él y Meghan siguen siendo muy cercanos. El príncipe sonrió y charló afectuosamente con sus primas después de que se levantaran para permitir que él y su esposa tomaran asiento. Eugenie llevaba el pelo recogido, lo que dejaba ver un pequeño tatuaje circular detrás de la oreja.

A Meghan se la vio hablando con Lady Sarah Chatto, hija de la princesa Margarita y gran favorita de la Reina, a su izquierda. El asiento de la pareja, bien alejado de la fiesta real principal, fue intrigante.

Aunque los ayudantes reales señalaron que los nietos reales que no eran miembros del grupo de procesión estaban agrupados cerca de otros miembros de la familia inmediata, no se explicaba por qué, en ese caso, Harry y Meghan no estaban sentados detrás del príncipe Carlos.

Se pensó que sentar a Harry y Meghan detrás de la Reina -cuando estaba previsto que asistiera-, así como de Carlos, Camilla y los Cambridges, habría sido una "distracción" excesiva dada la solemnidad de la ocasión. La organización de los asientos fue firmada personalmente por la Reina.

Otra fuente dijo que "no tenía la impresión" de que hubiera habido hostilidad hacia el plan de asientos por parte de los Sussex, añadiendo: Aceptémoslo, no son reacios a presentarse si no están contentos con algo".

Las fuentes también descartaron rotundamente las sugerencias de que el plan de asientos era un intento de mantener a William y Harry alejados el uno del otro.

Kate habría visto a Harry y Meghan en el Trooping the Colour del jueves en privado, pero estaban rodeados de decenas de personas, mientras que Guillermo desfilaba a caballo. Los Cambridges tienen que viajar hoy a Gales para llevar a cabo un compromiso en nombre de la Reina, seguido de la fiesta de esta noche en el Palacio - lo que plantea preguntas sobre si William decidirá reunirse con su hermano en absoluto mientras está en el Reino Unido.

El futuro rey se ha sentido dolido por el comportamiento de Harry y sus repetidos ataques a la Familia Real, y un amigo cercano ha dicho que es una "especie de pena". El Príncipe Carlos, aunque también está profundamente afligido, ha hecho todo lo posible para tratar de mantener abiertas las líneas de comunicación con su hijo menor.

Clarence House dijo que no haría comentarios sobre las reuniones familiares privadas, pero el Daily Mail entiende que Carlos y Camilla se reunieron con Harry y Meghan antes del servicio de ayer y están seguros de tener la oportunidad de conocer a sus nietos antes de que se vayan.

Después del servicio, Harry y Meghan pasaron un tiempo hablando con su prima Zara Tindall y su marido, Mike, en lo alto de la escalinata de la catedral, antes de dirigirse a su propio coche, de nuevo de la mano, y conducir de vuelta a Windsor.

Los Tindall encabezaron el camino de vuelta al autobús real, que llevaba un emblema de la corona para la festividad extra del Jubileo.

Cabe destacar que casi toda la familia -incluyendo miembros menores de la realeza como Lord Frederick Windsor, 53º en la línea de sucesión al trono- estuvo en la recepción oficial posterior a la ceremonia en el cercano Guildhall. Se entiende que Harry y Meghan podrían haber decidido faltar a la misma de "mutuo acuerdo" con el Palacio.