Cuando hablamos de crímenes cometidos por menores, siempre me viene a la cabeza el crimen del puerto olímpico de Barcelona donde un grupo de energúmenos mataron a golpes a un chaval que no había hecho nada, solo por diversión. El cabecilla de la paliza, Valentín Moreno, estaba a HORAS de cumplir 18 años (de hecho, esa noche había salido con sus amigos a celebrar su cumpleaños y a buscar bronca). Los demás eran mayores de edad y fueron condenados a entre 22 y 32 años de cárcel. Siendo que Valentín era el principal responsable de la muerte a golpes (practicaba a nivel profesional un arte marcial), le condenaron a 8 años de internamiento. Salió antes porque “tenía un entorno familiar estable y estudiaba”, y fue condenado por una agresion racista durante un partido de fútbol (muy rehabilitado, pero era miembro de los Boixos Nois).
Hace unos meses lo mataron de un tiro en la cabeza, en una pelea.
Sentencia dura por el crimen de la Villa Olímpica.
La Audiencia de Barcelona condenó ayer a penas de entre 22 y 32 años de cárcel a cada uno de los cinco jóvenes acusados del asesinato de Carlos Javier Robledo, por el intento de asesinato de un amigo que le acompañaba y por robo. El tribunal considera que se produjo 'un ataque salvaje' y 'feroz' contra unas víctimas indefensas que no mostraron nunca una actitud agresiva. A un sexto acusado los jueces le imponen penas que suman 11 años de cárcel como cómplice de los hechos. La misma sentencia absuelve a otros tres acusados por falta de pruebas. El principal agresor, Valentín Moreno, cumple ya condena de ocho años de internamiento tras ser juzgado por la Ley del Menor.
Moreno, autor de la agresión más violenta, fue juzgado por la Ley del Menor porque en el momento de los hechos le faltaban unas horas para cumplir 18 años. Eso le ha valido ser juzgado por un procedimiento más benigno y ha sido condenado a ocho años de internamiento en un centro de menores.
Los hechos sucedieron sobre las siete de la mañana del 1 de abril de 2000, a la salida de la discoteca Black Fire, en el Puerto Olímpico de Barcelona. Robledo se dirigía con sus compañeros a la zona de aparcamiento cuando Miguel Carnero, uno de los dos amigos que le acompañaban, encontró una cazadora junto a las ruedas de un automóvil de uno de los 10 agresores. Uno de éstos, Juan María Fernández, la había dejado allí a propósito minutos antes como trampa, después de robarla en la discoteca.
Cuando Carnero la recogía del suelo, Fernández gritó: 'Nos están robando'. Al ver que los agresores se lanzaban contra ellos, Carnero tiró la cazadora hacia ellos e intentó que Robledo y su otro amigo entraran en el coche, pero no pudieron huir. Robledo se llevó la peor parte: Moreno y los seis condenados 'la emprendieron a puñetazos y patadas' contra él hasta causarle la muerte, explican los jueces. 'Una vez abatido y en el suelo', cuando estaba boca arriba, dice la sentencia, siguió siendo golpeado y pisoteado de manera deliberada en todo el cuerpo, hasta morir por un 'daño cerebral difuso' cuando llegó la ambulancia.
Ninguna defensa
La autopsia apreció entre 17 y 20 golpes de tal brutalidad que unas marcas se solaparon con otras. Una de las últimas patadas le alcanzó los testículos y otro golpe le causó el estallido del duodeno. Los forenses explicaron que ninguna de las lesiones se produjo por un acto de defensa. 'En ese mismo contexto y dinámica de ataque mortal', añade la sentencia, Juan Carlos Berlanga también fue rodeado por sus agresores, golpeado en la cabeza y pateado, pero pudo huir. A los pocos segundos, otros tres de los agresores le robaron el reloj y el anillo a Carnero, que se salvó porque uno de los agresores gritó que llegaba alguien.
Los seis atacantes dominaron por completo el hecho, se repartieron entre sí los papeles de muerte para mejor acorralar y abatir, primero, a Carlos Javier, e intentar seguidamente hacer lo mismo con Juan Carlos', concluye el tribunal. Los jueces no ahorran adjetivos para referirse a la agresión, que en la extensa sentencia, de 99 páginas, califican de brutal, salvaje y feroz.
El tribunal impone sendas penas de 18 años de cárcel por un delito consumado de asesinato y otros 11 por otro de asesinato en grado de tentativa a Juan María Fernández Gascón, Javier Montalvo, Rafael Antonio Reyes y David Montaño. A los tres primeros, además, se les condena también a tres años por robo con violencia. Por los mismos delitos de asesinato el tribunal condena a Jesús García Nieves a 15 y 17 años de cárcel, respectivamente, y a Jonathan de la Rosa a penas de siete años y medio y tres años y nueve meses como cómplice.
En el primer caso la pena es menor porque la Sala entiende que 'no consta un protagonismo tan intenso' como en el resto de acusados, mientras que De la Rosa no participó en las agresiones, pero 'no hizo el mínimo ademán de marcharse de allí'.
El tribunal explica que la agresión fue muy rápida y que no se puede determinar si duró tres o cuatro minutos, aunque afirma: 'Sólo cabe concluir rotundamente que no hubo ninguna pelea ni actitud agresiva por parte de las víctimas, sino exclusivamente una brutal agresión de aquellos seis individuos'. Los agresores actuaron con 'una superioridad numérica aplastante', no sólo por el número, sino también por el 'poderío físico incuestionable de Valentín Moreno', un joven que dominaba las artes marciales y que se entrenaba en un centro deportivo de alto rendimiento.
Valentín Moreno Gómez, condenado por el crimen de la Vila Olímpica de Barcelona y presunto implicado en la agresión racista en un partido de fútbol, logró hace cuatro meses el régimen abierto al considerarse que estaba en proceso de reinserción y había aprovechado su estancia en prisión para estudiar. Según han informado fuentes judiciales, el joven, que el próximo mes de septiembre obtendrá la libertad definitiva, fue condenado en diciembre de 2001 a ocho años de internamiento y tres de libertad vigilada por el asesinato del joven Carlos Javier Robledo, ocurrido en abril de 2000 en la Vila Olímpica de Barcelona. Moreno, principal implicado en el crimen, logró que la Secretaría de Servicios Penitenciarios le concediera el 22 de septiembre pasado el tercer grado en régimen abierto restringido, a propuesta del Centro Penitenciario Quatre Camins en el que cumplía condena.
El juez de vigilancia penitenciaria número 1 de Cataluña confirmó en noviembre pasado el régimen abierto a Valentín Moreno, en contra del criterio de la Fiscalía, teniendo en cuenta que le faltaban diez meses para obtener la libertad definitiva y que el joven se encontraba en proceso de reinserción. Según el auto del juez, que ha sido recurrido por la Fiscalía, Moreno merecía el tercer grado dado el "empuje a la reinserción y a la adaptación" que había demostrado en su experiencia penitenciaria y por la "normalización voluntariosa lograda" mediante un "buen aprovechamiento docente, formativo y laboral" en la cárcel. Además, en el auto, el juez valora que Moreno tiene una estructura familiar normalizada y su "encaje en los parámetros educativos" impartidos en el tratamiento que siguió durante su condena.
A diferencia del resto de condenados por el crimen de la Vila Olímpica, que están cumpliendo entre 11 y 32 años de prisión, Valentín Moreno pudo evitar penas mayores porque cuando ocurrió el asesinato estaba a escasas horas de cumplir los dieciocho años. Gracias a esas horas de diferencia, Valentín, que cometió el crimen precisamente mientras celebraba con sus amigos su cumpleaños, pudo beneficiarse de ser juzgado en la jurisdicción de menores, mucho menos severa. El crimen de la Vila Olímpica ocurrió el 1 de abril de 2000 cuando Valentín y sus amigos fueron a buscar pelea y, tras apoderarse de una chaqueta que ellos mismos colocaron en el aparcamiento como cebo, la emprendieron a golpes con el joven fallecido Carlos Javier Robledo y sus amigos. Durante el juicio, Valentín Moreno admitió que fue él quien inicio la pela mortal el 1 de abril de 2000, cuando se reunió con un grupo de amigos para ir a celebrar su 18 aniversario y decidieron ir a buscar "bronca". Lo cierto es que ayer, Los Mossos d'Esquadra detuvieron a cinco de los futbolistas del equipo de tercera "Bada Bing", entre ellos Valentín Moreno Gómez. Este jugador es uno de los futbolistas a los que la Federación Catalana de Fútbol ha suspendido de forma cautelar por la agresión racista que se desencadenó en el partido del pasado sábado, después de que el árbitro expulsase a un jugador del "Bada Bing", equipo en el que juegan integrantes del grupo radical barcelonistas de los "Boixos Nois".
Valentín Moreno, de 39 años, conocido como el 'asesino de la Villa Olímpica' por el asesinato de un joven en abril de 2000, ha fallecido esta noche tras recibir ayer un tiro en la cabeza en una calle de Sant Adrià de Besòs (Barcelona). Los Mossos d'Esquadra han señalado que el caso está bajo secreto de actuaciones y han confirmado que han abierto una investigación por homicidio.