La diferencia entre el tabaco, los coches y lo demás es que no son una pandemia. En una pandemia, los contagios están desatados, y el resultado de esto es por ejemplo que los enfermos de covid acaban en el hospital Zendal, con goteras, comida con moho y compartiendo baño, sin una puñetera gota de intimidad, y sin poder escoger en qué hospital pasar su enfermedad. Hospitales requisando teléfonos móviles a los pacientes de covid para que sus familiares no les aconsejen oponerse al traslado al Zendal porque sus familias pueden ver la tele y lo que pasa y ellos no pueden y no tienen la información. Ancianos muriendo a miles en las residencias sin derecho a atención médica. Y todas las enfermedades que se han diagnosticado tarde y que han sido fatales para muchas personas. Todo esto está pasando. Y poco se protesta por todos estos derechos pisoteados por los santos cojones del que manda y el maltrato al que se está sometiendo a la población, sobre todo a la más vulnerable.
Y ahora resulta que ponerse una vacuna que ahora mismo es la única herramienta que tenemos que va a frenar toda esta situación es un asalto a la libertad individual que crea precedente y nos da miedo.
Es que no computo. Asalto a la libertad COLECTIVA es no ponérsela y hacer que siga ocurriendo todo lo del párrafo anterior.
Y edito porque quiero matizar otra vez. En España no creo que sea necesario hacer la vacunación obligatoria porque estamos vacuandos casi todos y los que no quieren son una minoría despreciable (en el sentido matemático de la palabra, en el otro sentido no me pronuncio que luego la gente se ofende). Pero sí me parecería que debería ser obligatoria en ciertas profesiones, como he dicho mil veces.
Ahora, si yo fuera alemana, ya te digo que estaría muy a favor de que pongan a todos los subnormales antivacunas en fila y les pinchen a uno detrás de otro, hasta que se llegue a un porcentaje de vacunados en condiciones.