Cuando era estudiante sí que comía pronto, dependiendo de hasta qué hora tuviera clase, porque tampoco iba todos los días con el mismo horario, pero si podía sí que solía comer a las 13 o 13.30 y cenaba para las 20.30 o así.
Ahora pues imposible llevar unos horarios ya no te digo normales, si no rutinarios, sólo puedo comer dos días seguidos a la misma hora cuando estoy de vacaciones. Además en mi caso yo no como en el trabajo, porque o hago 9 horas al día pero en dos turnos de 4.5 horas uno por la mañana y otro por la noche (apertura y cierre) y entre turno y turno tengo un lapso de 3 ó 4 horas libres que ahí es donde como y antes de volver a entrar meriendo algo, y ya ceno a las 12 o 1 de la madrugada al salir del segundo turno. Y los días que no hago 9 horas, curro en turnos largos continuos de 7 u 8 horas entrando a las 4 de la tarde y saliendo a las 11 o 12 de la noche, ahí sí que tengo media hora de descanso sobre las 8 de la tarde, que pues eso, a veces meriendo algo rápido pero el 90% de las veces no como nada porque yo comiendo soy muy lenta y odio comer con prisas, me agobio y me termina sentando mal al estómago. Vaya, que a no ser que me esté muriendo de hambre, no meriendo nada en el descanso.
En los días de 9 horas en dos turnos se supone que no puedo comer, porque al ser turnos de 4,5 horas cada uno pues no tengo derecho a descanso. A ver, si me da mucho hambre mi jefe no me va a decir nada porque me coma una galleta o un plátano o algo así rápido, que al principio sí que lo hacía porque no estaba acostumbrada y me entraba mucha hambre, pero ahora ya la verdad es que no me dan ganas. De hecho hay días de los que salgo del turno de la mañana a las 4 de la tarde y aún tardo un ratillo en ponerme a comer. El otro día a las 5 y media empecé a calentarme la comida