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por Licorne
Rusa
No citéis porfa.
Vengo a contar mi desahogo personal, aunque me siento mala gente. A ver.
Desde hace tropecientos años estoy en un chat de whatsapp de mi colegio cuando era niña. Ninguna de las personas que hay ahí es amiga mía, pero a veces se piden consejos, referencias de sitios, etc. Vamos, el típico grupo de ex alumnos que tienes silenciado para siempre y donde nunca escribes.
Pues bien, hace unos meses una chica del grupo, que jamas fue mi amiga, solo compañera de clase, me escribió por privado pidiéndome que por favor le ayudara con unos papeles que tenía que hacer por un tema legal. Como tampoco me costaba nada, más que tiempo, le dijo que ok, que la ayudaba.
Para poneros en situación, esta chica no conoció a su padre, no tiene hermanos y vivía con su madre, con quien tenía una relación muy estrecha. Su madre falleció hace poco, y supongo que se ha visto muy sola (no tiene más familia).
Pues bien, yo le ayudé altruistamente con los papeles y trámites, digamos que bastante más de lo que pensaba al principio. Que no me importaba, porque yo, si puedo ayudar a alguien, lo hago encantada. Pero es verdad que empecé a agobiarme un poco porque me preguntaba CADA PASO, y no una, sino mil veces. Era desesperante.
Recuerdo un día estar yo en el despacho y me mandó como cincuenta audios porque no se aclaraba con una cosa. Además, muy ansiosa, e insistente (como no le podía contestar, tenía varias llamadas perdidas suyas)
Todo esto fue antes de navidad. Pero es que en navidad fue igual. Llamadas suyas en nochebuena, Nochevieja... y muchos audios dándome las gracias por ayudarla tanto. Mi marido flipaba y me sugería bloquearla. Yo le decía que había que tener paciencia, que en breve todo se acabaría, y que como ella estaba sola, pues quizás no cayera en que me estaba llamando en esos días tan señalados.
Pues bien, aquel trámite acabó y yo pensé que ya podía respirar tranquila.
ERROR.
Como le ayudé en aquel trámite, pues ahora ha decidido hacer otras cosas legales y vuelvo a recibir un montón de mensajes y correos con miles de preguntas. Más de una vez le he dicho que buscara un asesor quien, previo pago, se lo haría todo. Pero me dice que es que no se fía, que económicamente es un dinero (aunque siempre me recalca que “si quisiera, se lo podría permitir”) y que qué suerte tiene de tenerme a mi.
A todo esto yo estoy pasando una racha muy mala en el trabajo, que echo diez horas diarias, y algunos fines de semana, y estoy con el estrés y el agotamiento a tope. Vamos, que estoy KO.
Un día tenía un problema personal muy gordo encima de la mesa y venga el móvil a sonar y a recibir un audio tras otro de esta persona. Le escribí y le dije que, por favor, no era un buen momento y que en cuanto todo pasara la ayudaría, pero que en ese momento no podía. Pues fue al revés. “Uy, con lo que me has ayudado, ahora te voy a ayudar yo”, y me siguió bombardeando dándome consejos no pedidos de todo tipo. Ese día no sé ni cómo no lancé el móvil por la ventana.
Y así seguimos. Ahora me pide consejos que ya nada tienen que ver con mi trabajo, como qué ropa le aconsejo llevar en una entrevista, o en qué hotel considero que es mejor que se aloje cuando vaya a no sé qué conferencia. Dice que valora mucho mi opinión porque soy “una gran profesional” y le transmito mucha confianza.
No puedo más.
Ayer llegué de trabajar súper tarde y estuve una hora ayudándole con otra chorrada. Hoy lleva mandándome audios desde las 8 de la mañana. Preguntándome qué haría yo en una cosa de su trabajo. No me manda uno, no. Me manda cinco o seis seguidos, divagando. Si no le contesto, me llama, o sigue divagando.
A mí me da pena. Entiendo que estar sola y no tener a nadie, debe de ser terrible. A veces me escribe diciéndome lo mal que está o lo mucho que echa de menos a su madre, y a mí se me rompe el corazón.
No sé en qué momento ha pensado que somos amigas del alma. Es que no hemos sido amigas nunca. Hace más de treinta años que no la veo en persona. Y me pregunta sobre todos los temas que os podáis imaginar. Cosas que yo no sé, y así se lo digo. Y entonces me dice “¿y qué harías en mi lugar?”.
Y no puedo más. Me absorbe la poca energía que tengo. Mi marido sigue insistiendo en que la bloquee, pero me sabe mal. Así de tonta soy.
Solo quería desahogarme. Porque sé que soy tan tontorrona que voy a seguir sin bloquearla, porque me da pena. Me pregunto si este tipo de gente no se da cuenta de lo cansina que es. Es increíble.
Hace una hora me ha mandado el último audio, que no he leído.
Soy idiota por no saber ponerle fin a esto, joer.
"I would enter your sleep if I could, and guard you there, and slay the thing that hounds you, as I would if it had the courage to face me in fair daylight. But I cannot come in unless you dream of me.”