Memorias Kiko Rivera capítulo 6: «Despedirme de una madre a través de una reja, me destrozó»
En este nuevo capítulo, Kiko Rivera habla del paso de la artista por la cárcel: «Cuando volvía a casa después de verla, me metía en la cama y no salía en varios días. Ni quiera para comer».
Mi nueva vida
La lección que me ha dado perder a mi madre por un tiempo y, por supuesto, mi recuperación tras desintoxicarme de las drogas me ha hecho cambiar mi manera de entender la paternidad. Ahora trato de disfrutar de mis hijos al máximo, les dedico todo el tiempo que puedo y, además, trato de educarles para que no cometan los mismos errores que un día yo cometí. Les estoy enseñando a valorar el tiempo y, por qué no , el dinero. Yo he cambiado mucho al respecto porque he pasado de no saber cuántos alquileres pagaba a saber, por primera vez, cuánto cuesta realmente una casa, cuánto se paga de luz, de agua… Me paso el día echando números y, en parte, mis hijos son testigo de estas cosas, así que espero que, el día de mañana, crezcan valorando el dinero, que es algo que hay que saber valorar. Muchas veces pienso en la suerte que tiene de tener un padre, más o menos, normal. Los miro y pienso que ha sido muy injusto que hasta hace poco tuvieran que ver a su padre cómo lo veían, cansado, abatido y malhumorado, y que no pudieran disfrutar de su tiempo con él porque yo, sencillamente, no sabía disfrutar de la vida.
Un futuro alentador
Económicamente hemos saldado nuestras deudas y empezamos de cero. Por eso, ahora solo me interesa trabajar y pagar el alquiler de mi casa con sus respectivos gastos. Ya está. No necesitó más. He aprendido que no es más rico el que más tiene, sino el que menos necesita y yo soy feliz con mi vida de ahora, la que se parece más ala de cualquier ciudadano. Desayuno cada día en el mismo bar, llevo a mis hijas al colegio, las llevo algunos días al parque de bolas, ya en casa juego a la consola con mis amigos… Ese es mi día a día y estoy encantando con él. Solo hay una espinita que espero no tarde en sacarme, aunque no sé yo si mi mujer estará de acuerdo. Sueño con volver a vivir en Madrid. Mi vida en Sevilla me encanta, pero al final, por motivos de trabajo, sería mucho más cómodo para mí vivir en la capital. Irene no quiere porque está muy unida a su familia, que vive cerca de nuestra casa y nos ayuda mucho con las niñas. Les estoy muy agradecido, qué duda cabe, pero creo que el día de mañana nos iremos a Madrid. No pongo plazos. No me gusta. Si algo he aprendido a lo largo de todos estos años es que es mejor vivir el día a día y, sobre todo, valorar las pequeñas cosas. Si me mudo a Madrid, les aseguro que la maleta irá cargada de todo lo que por suerte no se puede comprar. Eso es realmente lo que vale la pena.
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