Cada gato es un mundo, cierto.
El gatoperro si por él fuera se nos comería hasta a nosotros. Se vuelve loco sobre todo con el olor de los encurtidos, pero nivel que se me tira encima, le encanta la salsilla aunque no le doy. La gata en cambio solo quiere su pienso de Última, antes muere que comer otra cosa o de otra marca. De peque le flipaban unas empanadas que hacían en mercadona de pollo con albahaca (y a mí, no sé por qué dejaron de hacerlas
) y el atún, pero ahora ya ni siquiera eso le gusta. Eso sí, los dos son unos agonías, si no tienes cuidado con la cantidad, comen hasta potar.
Por cierto, les flipa la valeriana no? A veces me tomo antes de ir a dormir y se me ponen a oler la boca como si fuera éxtasis.