Yo estoy de acuerdo con
haole.
En mi caso yo tengo más fuerza que mi novio, me resulta más fácil cargar peso y se me da mejor el tema de usar taladros, montar muebles y algunas otras actividades clásicamente masculinas. Así que lo hago yo. Me parece una estupidez que por ser un hombre detallista tenga que hacer cosas que a mí se me dan mejor que a él por tenerme "en palmitas". Sin embargo, ahora que estoy fatal de las cervicales, no me deja llevar peso, lo lleva él, aunque le cueste más que a mí. Y yo agradezco ese detalle, que no hace porque soy una mujer debilucha, que no lo soy, sino porque estoy mal y me quiere y quiere que me recupere.
Lo del vaso de agua en la mesilla me parece una chorrada. Sobre todo porque si lo quiero y lo pido, me lo va a traer sin poner ni una pega, pero es que no tengo necesidad de que nadie se adelante a mis deseos ni adivine lo que es mejor para mí.
Sin embargo, me he despertado de madrugada con una migraña de morirme, y ha saltado de la cama y se ha bajado al piso de abajo a buscarme la pastilla y agua sin tener ni que pedírselo. Por supuesto, es algo que yo también haría en caso contrario. Son cosas que tienen más que ver con cuidar y procurar bienestar a alguien a quien quieres, que con caballerosidad o ser un gentleman. De hecho mi ex era mucho más detallista en ese sentido que Mr. Daten, y es algo que en absoluto echo de menos. Estoy muy sastisfecha con mi independencia y mi capacidad de sacarme las castañas del fuego a mí misma. Y espero lo mismo de él. Eso no quita taparle con una manta (o él a mí) si hace frío, o preparar la comida de la forma que le gusta al otro cuando nos toca cocinar, cosa que hacemos los dos.
En definitiva, no creo que haya cosas que un hombre tenga que hacer para facilitarme la vida. También será porque he vivido sola con mi madre toda mi vida y el "hombre" de la casa era yo. Yo me encargaba de las reparaciones, de coger el peso y de facilitarle la vida a mi madre, así que mi educación, afortunadamente, me ha convertido en una mujer que no requiere de un hombre que "me ayude" a nada. Soy bajita y me cuesta subir las maletas en el tren o avión, pero puedo hacerlo sin ayuda, porque soy fuerte y puedo levantar peso con mayor o menor dificultad. Si un día voy con mayor dificultad y me ofrecen ayuda, probablemente la acepte agradecida, pero ni la voy a pedir, ni necesito un galán caballero en una brillante armadura que me salve o me proteja de dragones imaginarios.