Nive escribió: 16 May 2020, 17:44 Me cuesta mucho pero mucho creer que una mujer pase por un embarazo, un parto y una separación del bebé que has sentido dentro solo por tener un poco más de dinero.

Perracallejera escribió: 16 May 2020, 16:54 Bueno,más aluciné todavía con la propaganda y el blanqueamiento de los medios de comunicación.Vi los informativos t5 y me quedé muerta viva con la idealización que hacían del tema.

Castañuelas escribió: 16 May 2020, 17:36 A mí me parece igual de mal comprar un bebé que vender el bebé

Castañuelas escribió: 16 May 2020, 17:56

Nive escribió: 16 May 2020, 17:44 Me cuesta mucho pero mucho creer que una mujer pase por un embarazo, un parto y una separación del bebé que has sentido dentro solo por tener un poco más de dinero.

Puedes ver un documental que hizo Jon Sistiags creo, para Cuatro. La mujer en cuestión estaba casada, con hijos, el marido tenía un buen trabajo y no necesitaban dinero. Decía que le gustaba y ya está. El bebé se lo dio a unos gays españoles.

Perracallejera escribió: 16 May 2020, 18:07 Pero eso son casos aislados pienso,no se puede colectivizar y medirlas a todas bajo un patrón de condiciones imejorables.
Es como si a la hora de hablar de prostitución,el concepto en sí mismo aludiese a las situaciones de dos privilegiadas que se dedican a la prostitución de lujo y seleccionan a sus clientes.Pues no es lo mismo,no son casos representativos o transcendentes,sino al contrario.

Libuse escribió: 16 May 2020, 23:14 @Castañuelas , no negamos que esos casos existan. Lo que decimos es que, en comparación, no es una muestra representativa respecto al mayor porcentaje de gente en situación de vulnerabilidad que se somete a eso.

Libuse escribió: 16 May 2020, 21:08 @Astrid , no solo en Ucrania.
Las embajadas tienen constancia de este tipo de casos sospechosos donde padre español va a inscribir al bebé a la embajada pero la madre por circunstancias varias (ahora con el covid tienen la excusa perfecta), no está con el bebé de pocos días o semanas y no puede ir presencialmente a la embajada a inscribir al bebé y que le den el pasaporte para que el papi pueda viajar a España cuanto antes. Hablo de ucraniana que da a luz de un padre español en un tercer país. Al parecer es bastante frecuente pero entre la ley y las normas de la embajada, lo están poniendo cada vez más complicado para que este tipo de situaciones sigan pasando.

Nive escribió: 17 May 2020, 11:52 Es que yo de verdad que creo que es muy difícil pasar por un embarazo sin que se te mueva algo por dentro. Puede ser, claro que si, mi embarazo era deseado.

También me parece muy difícil someterte a un parto por dinero sin necesidad. No es algo agradable, para mi es una de las muchas cosas a las que se esta dispuesta a pasar por un hijo. Yo no lo haría por nadie más que por mis hijos. Así te lo digo

Pero después, cuando nace, el cuerpo no entiende de gestación subrogada. Tu vas a tener tu pico de oxitocina brutal para empezar la lactancia y van a coger al niño y se lo van a llevar. Y ahí te quedas medio loca y sola. Y el postparto lo mismo.

Por eso me cuesta creer que una mujer esté dispuesta a pasar por ello porque si, como si fuera una forma más de ganar dinero. Podría entender que lo hicieras para ayudar a alguien a quien quieres mucho (yo no lo haria) pero ya está. La inmensa mayoría de las mujeres lo hacen porque necesitan el dinero y estos casos aislados y que dudo que se repitan, las invisibiliza

Juan Andrés Teno (@jateno_), periodista y activista LGTBI especializado en Diversidad Familiar, nos (muestra en que consiste el periodismo de calidad) pone en la piel de Alonso, el hijo de dos hombres gais y una o dos mujeres nacido mediante la explotacion de las mujeres gestación por subrogación. Es un niño real, su papá se llama Javier y su papi se llama Pedro Fuentes (presidente de Son Nuestros Hijos).Y su mami Kara

En 1 de cada 10 creemos que este es un tema complejo en el que es importante escuchar distintas voces todas favorables. Lo hemos hecho en anteriores ocasiones y como lo seguiremos haciendo invitamos a usar este espacio para desplegar argumento y forzar el debate sobre la explotación de la mujer y compraventa de seres humanosconstruir un debate colectivo.

Mi papi es médico, ginecólogo y lleva décadas y décadas, entre otras muchas cosas, ayudando a mujeres a tener a sus hijos y a sus hijas. Ha sido testigo de miles de partos, incluso ha asistido a una señora a la que, muchos años antes, ayudó a nacer. Creo que mi papi os conoce muy bien a vosotras, por dentro y por fuera; yo sé que os admira, os valora y os respeta, y eso intenta trasmitirme a mi día a día.

Hola, soy Kara y tengo 30 años. Vivo en Estados Unidos, en California, y soy lo que aquí se llama PWT, poor white trash. Hace seis años, desesperada por no tener suficiente dinero para mantener a mis hijas, decidí alquilar mi vientre a una pareja homosexual extranjera. ¿Quieres jugar conmigo a ésto? ¿Te apetece?

Me quedé embarazada en el instituto, con 17 años. Dejé los estudios y me casé con mi novio. Vivíamos con sus padres. Nació mi hija, y un año después la segunda. A mi marido adolescente se le vino el mundo encima y se largó, dejándome sola con mis niñas. Volví a casa de mi madre; hacía poco que se había quedado viuda de mi padre, alcohólico y maltratador, y estaba empezando una nueva relación. Por suerte, a mi padrastro le pareció bien nuestra presencia en casa. Pero no tienen dinero para mantenernos a las tres.

No tengo estudios, no tengo preparación, trabajo en lo que puedo, sobre todo de camarera, y quiero un futuro distinto para mi hijas. Lo he probado todo, y todas las puertas se me cierran. Pensé incluso en la prostitución, pero no pude. Entonces conocí el mercado de los vientres de alquiler. Se paga bien. Puedo incluso ahorrar algo de dinero para que mis hijas vayan a la universidad, que no vivan como yo.

Me informé. Hay mercado para extranjeros que lo tienen prohibido en sus países de origen. Decidí que lo prefería: no quiero que el niño que nazca esté en el mismo país que yo. Será tonto, pero no quiero vivir pensando que me lo puedo cruzar por la calle. En la clínica me hablaron de esta pareja. Son hombres, con buena posición económica, y no quieren adoptar, quieren un "hijo biológico", qué absurdo. Tienen dinero y pagan bien. Acepto.

La pareja quiere conocer a mi madre y a mis hijas. Al principio me niego, mi familia no es ganado, pero termino cediendo. Admiran a mis preciosas hijas, son muy guapas, dicen. Sí, e idénticas a su padre las dos. No sé para qué este examen, si ya me han hecho un examen genético y saben que no transmitiré ninguna enfermedad al niño.

El proceso es frío, helado. Pero el embarazo no. No puedo verlo como un negocio. El niño que crece dentro de mi es mío, como lo fueron mis hijas, y no quiero pensar en el momento en que me lo quiten para siempre. El parto es... un parto. A partir de ahora serán sus "padres", pero nunca sabrán lo que es ser madre. Me pidieron cartas para mostrar al niño cuando creciera. ¿Para qué? Lo pinten como lo pinten, mi hijo sabrá que lo cedí por dinero.

Han pasado seis años. A veces no duermo, pienso en el niño, en qué será de él. Mis hijas están al borde de la adolescencia, la edad en que ninguna madre es perfecta. Ellas me vieron embarazada, y saben que no hay niño, saben porqué. Temo los reproches, qué opinarán de su madre, que vendió al niño que crecía en su vientre y las dejó sin hermanito, por ellas. Temo lo que pensará mi hijo, al otro lado del océano, cuando le cuenten la verdad, o la descubra. Porque yo, que fui capaz de alquilar una parte de mi cuerpo, sería incapaz de decirle a mi hijo que pagué por él.