Bisweet escribió: 26 Abr 2020, 14:38
Hay mucha disparidad de situaciones que hacen ver el estado de alarma y su confinamiento desde prismas muy distintos.
Creo que está claro que la mayoría ha cumplido y cumple, pero hay matices que traen estos lodos de es que tú, es que yo, pues ahora tomar por culo todo etc. Todo esto sin generalizar y a grandes rasgos resumiendo muchos y con el modo cuñado modo on.
Están a quienes el confinamiento no les ha afectado, en el sentido que siguen yendo a trabajar todos los días, y se quejan por ello porque están expuestos y en realidad les gustaría estar confinados, pero claro, si se confinan, no trabajan, y si no trabajan, no cobran.
Luego están los que siguen trabajando por teletrabajo, siguen cobrando y están en casa sin salir sin un agobio por el relajamiento de las normas, que en parte les daría igual un encierro de dos meses, que de cuatro, pues su trabajo no está afectado y el sueldo tampoco y oye, pues no pasa nada si se alarga más (si yo teletrabajase, creo que ese sería mi pensamiento y me pondría on fire con la gente que pasa de todo o que quiere salir o volver a trabajar y les tacharía seguramente de insolidarios, pero claro, desde justo esa posición)
Y están los que están encerrados, con negocios cerrados, o despedidos o sin cobrar nada o solo una prestación que no le da, y a estos les gustaría estar en el grupo del 1 o el 2. Y este tercer grupo es el que sueña con que se vaya abriendo todo poco a poco pese a que haya riesgo, y reciben los reproches de quienes salen a diario a trabajar porque los tachan en muchos casos de irresponsables por desear que se vayan abriendo cosas.
Yo estoy en el tercer grupo, y por ello, nada deseo más que todo se vaya relajando, y ahora mismo me cambiaba por los del teletrabajo, por los que salen a trabajar todos los días o por los funcionarios que no ven peligrar su puesto ni sueldo.
Cambia mucho la perspectiva de las cosas dependiendo de como sea la situación personal de cada persona. Y resulta complejo para todos ponerse en la situación del otro por mucho que se crea que se entiende o se comprende la situación ajena.