pobreee, qué apuro! Yo también me corto muchísimo en circunstancias no predecibles, soy como un robot japonés. Me sacas de lo convencional y cortocircuito 
Este es el nivel:Tenía tutoría con uno de mis tutores del TFM, que es un profesor bastante jovencillo y novato en el departamento, pero super competente oiga, y es majísimo y guapísimo, un crush en toda regla. Yo había llegado como dos horas antes a la facultad para estudiar, y cuando faltaban diez minutos para la hora, dejé mis cosas en la biblioteca porque hasta media hora guardando el sitio no pasa nada, y fui al departamento, que está en el otro extremo de la facultad y bajando por unas escaleras muy escondidas. Bueno, pues llego allí, y espero delante de su puerta hasta la hora justa. Entonces, toco, y no hay nadie. Me quedo esperando, y pasan los minutos y nada. Como veinte minutos más tarde de la hora prevista, me digo: pues se habrá olvidao de mí
No me gusta dejar las cosas solas tanto rato en la biblioteca, así que subo por las escaleras esas escondidas y estrechísimas para volver allí, coger mis cosas y volver al departamento en caso de que apareciera por allí a lo largo de la mañana.Pues iba empanada subiendo cuando me choco (literalmente) con el profesor que viene bajando mirando su móvil, seguido de este zigzagueo estúpido de cuando te cruzas a alguien y no sabes si izquierda, derecha, al centro o pa dentro o qué.
A lo que me empiezo a disculpar tartamudeando y él a disculparse a secas por llegar tarde
Y no había forma de hacernos entender; él nervioso, diciéndome que se estaba tomando un café con no sé qué catedrático, que se había puesto pesadísimo y no había sabido como escaquearse, y diciéndome que le siguiera, que dábamos la tutoría. Y yo con los nervios y roja como un tomate, entiéndase que este hombre es mi crush viviente, y como en cortocircuito, aferrándome a la última idea que mi única neurona había producido, que era recoger las cosas de la biblioteca (cuando perfectamente podría haberlo olvidado y haberle seguido), e intentando comunicárselo pero sin éxito, rayándome muchísimo y haciéndolo todo incomprensible. Total, que viendo que no me entiende le digo con excesiva sonoridad para estar en un departamento: ¡DISCULPE PERO AHORA VENGO! Y salí medio corriendo y roja como un tomate.Ya recuperada del susto, después de recoger mis cosas, volví al departamento en plan
Me recibió en su despacho tranquilamente, me dijo que si estaba mejor y empezamos a hablar de la investigación con normalidad.
Pero mira, qué mal rato. Me pasa esto con un pez gordo del departamento y me muero, ya puedo olvidarme de que me tutorice, de sacarme el máster y de tener vida intelectual becada el resto de mi vida
