Numerosas sociedades desde la era clásica hasta bien entrado el siglo XVII se preocuparon por el exceso de lujo en la vestimenta y mobiliario de sus ciudadanos y legislaron quién podía llevar qué tipo de telas, colores o piezas de ropa y quién no según sexo, profesión y rango social.

El primer ejemplo aparece en el Código Locrio, el primer compendio escrito de leyes de la antigua Grecia que fue promulgado por el mítico Zaleuco para la ciudad de Locros Epicefiros en la magna Grecia del siglo VII AC. Entre las pocas normas que se conservan está la que prohíbe a las mujeres llevar vestidos dorados y sedas refinadas, a no ser que se trate de su traje de novia, y la que fuerza a las mujeres casadas a llevar ropas blancas e ir acompañada por una esclava en público; sólo las núbiles podían llevar ropa de diferentes colores.

Para que las mujeres decentes no se pudieran confundir, Roma legisló también el uso obligatorio de una toga coloreada en tonos rojos (Toga muliebris) para las prostitutas y las divorciadas por causa de adulterio. Estas y otras limitaciones estaban codificadas en las llamadas Leyes Suntuarias proclamadas durante la República cuyo cumplimiento era más bien relajado; a lo largo del Imperio fueron cayendo en desuso.

Otra prenda que provocaba furor en la Europa medieval eran los zapatos de tacón en sus diferentes encarnaciones y estilos. En un primer momento fueron puestos de moda por las damas de las cortes como método para realzar su belleza y disimular la escasa estatura, pero pronto se convirtieron en una verdadera carrera hacia el absurdo.

Por ejemplo los chapines, una especie de zapatos de plataforma de origen español que se extendieron por el continente en el siglo XV, llegaron a alcanzar alturas ridículas de más de 70 centímetros. Para evitar la competencia en esta moda, Venecia legisló en 1430 que no podrían superar las tres pulgadas, unos siete centímetros.

Chapín o chapines es un calzado femenino de origen español usado a partir del siglo XV, y por lo general junto con otro tipo de zapato más resistente.1​ Su nombre, de origen onomatopéyico,​ designa un tipo de chancla con suela de corcho y fino forro de cordobán.https://es.wikipedia.org/wiki/Chap%C3%ADn

Un niño al lado de una tienda de campaña

El pantalón era considerado en la era clásica una prenda bárbara que las personas civilizadas no utilizaban jamás. A lo largo del Imperio Romano, sin embargo, la progresiva mezcla de pueblos y costumbres acabó extendiendo su uso, que se hizo prácticamente universal en Occidente, eso sí, única y exclusivamente entre los hombres. Hasta tal punto de que a partir del siglo XIX, y bien entrado ya el XXI, ha habido mujeres que han sido encarceladas por atreverse a usar pantalones en público. Una curiosa mezcla de religión e indignación moral ante la confusión de sexos hizo de esta prenda un símbolo feminista, y también de opresión legal.

La base original para la rotunda prohibición del uso de pantalones por las mujeres que se extendió en uso y ley hasta bien entrado el siglo XX (y que aún perdura en ciertos lugares) está en el Deuteronomio 22:5: "No vestirá la mujer traje de hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer; porque abominación es a Jehová tu Dios cualquiera que esto hace".

Por esta cita y por considerarse el pantalón como prenda quintaesencialmente masculina era en el siglo XIX de enorme escándalo la idea de una mujer vestida con ella (a pesar de la opinión tolerante de al menos un papa medieval). Sin embargo, la extensión de las ideas feministas y otras, como el uso de la bicicleta que hacía poco práctico llevar faldas, convirtieron el uso público de pantalones en reivindicaciones políticas en sí mismas, en algunos casos con resultado de detenciones.

Un ejemplo fue el de la activista puertorriqueña Luisa Capetillo, que aún en 1919 fue detenida y pasó una noche en comisaría por osar vestir un pantalón en publico. Y si esto suena a cuento de terror, conviene recordar que la primera mujer en llevar unos pantalones en el Congreso de Estados Unidos fue la republicana Charlotte Reid en 1969, pero hasta 1993 el Senado de EEUU prohibía el uso de esta prenda a las mujeres.

Dos senadoras, Barbara Mikulski y Carol Moseley Braun, desafiaron la norma y consiguieron que se anulara, tras un plante del personal femenino de la institución. Hay que considerar que las escuelas estadounidenses consideraban obligatorio el uso de vestidos para las niñas hasta la aprobación de las Enmiendas Educativas de 1972, que provocó que los pantalones se pusieran de moda.

De hecho los pantalones se consideraron símbolo de libertad femenina mucho antes: estrellas de Hollywood como Katharine Hepburn o Marlene Dietrich aparecían con frecuencia con ellos durante la década de los 30, y su uso se había extendido a la práctica deportiva o de actividades físicas (como la jardinería).

Durante la Segunda Guerra Mundial las mujeres movilizadas para trabajar en las factorías que habían dejado los hombres por el frente usaban con frecuencia ropa de trabajo que incluía monos o pantalones reforzados, normalizando así su uso. Aun así no fue hasta 2013 que la ciudad de París derogó una norma municipal que prohibía el uso de pantalones a las mujeres "excepto aquellas que tengan las manos en un manillar de bicicleta o en las riendas de un caballo". Había sido diseñada para evitar las connotaciones revolucionarias de la prenda en aquella ciudad.

Quiero que los hombres traten de imaginar tu día, trabajando, corriendo, haciendo senderismo, lo que sea, y que no se les permita usar pantalones bajo amenazas de violencia o exclusión social y económica total.

Ese es el tipo de comportamiento irracionalmente violento y controlador al que las mujeres se han enfrentado.

También para cualquiera que piense que es fácil para las mujeres no ser conformes con el género porque podemos usar pantalones.

¡La única razón por la que podemos es porque luchamos con uñas y dientes por el derecho a hacerlo! Todos los derechos que damos por sentados hoy son el resultado de una batalla prolongada y amarga librada por nuestras predecesoras por cada centímetro de territorio ganado. Nunca olvides eso.

El Título IX (1972) declaró que no se podía exigir a las niñas que usaran faldas para ir a la escuela.

Las mujeres que eran senadoras de los Estados Unidos no podían usar pantalones en el Senado hasta 1993, después de que las senadoras Barbara Mikulski y Carol Moseley Braun los usaran en protesta, lo que alentaba a los miembros del personal femenino a hacer lo mismo.

Esto nunca nos fue dado. Las mujeres han tenido que luchar solo para poder usar pantalones. Las mujeres que aún están vivas recuerdan haber tenido que usar faldas para ir a la escuela, incluso en pleno invierno, cuando hacía tanto frío que tener una capa de medias entre ellas y los elementos era absolutamente peligroso. Mujeres que recuerdan que ni siquiera se les permitió usar pantalones debajo de sus faldas, por ninguna otra razón que eran mujeres.

Así que no hablemos de que las mujeres que usan pantalones no son conformes con el género como si fuera fácil. Ahora es menos difícil porque sus antepasados ​​se negaron a cumplir.

Mi madre pasó toda su carrera escolar hasta la secundaria teniendo que usar faldas, sin importar cuán horribles fueran los inviernos de Nueva Inglaterra, porque tenía prohibido hacer lo contrario. Hubo momentos en que el clima era malo donde mi abuela la mantenía en casa en lugar de hacerla caminar hacia y desde el autobús con una falda.

Retransmitieron algunas viejas entrevistas con Mary Tyler Moore, y en ellas abordó el tema de los pantalones. Había un límite estricto sobre qué tipo de pantalones podía usar (por lo tanto, siempre pantalones Capri, nada masculino), y para usar sus palabras, cuánto ventosos podían mostrar los pantalones. Un censor miraría cada atuendo cuando saliera al escenario, y si los pantalones acunaban demasiado sus nalgas, definiéndolas en lugar de ocultarlas, entonces tenía que comprar otro par.

Mi madre tuvo que obtener un permiso especial para usar pantalones para ir a la escuela porque, cuando era una niña que corría con sólo una falda, se raspaba las piernas y las rodillas muy mal.

Literalmente, la ropa que llevaba puesta la lastimaba.

Las dos escuelas cristianas a las que asistí tenían un código de vestimenta semi uniforme que incluía “vestimenta de capilla” una vez por semana. Para las niñas, eso significaba usar una falda, hasta la rodilla o más, comenzando aproximadamente en tercer grado.

En la escuela primaria, tenía que usar pantalones cortos debajo de la falda en los días de gimnasia, o no se le permitiría participar, incluso si no fuera una actividad difícil. Estoy bastante segura de que recuerdo a niñas pequeñas, niñas literales, que fueron sacadas del patio de recreo en el recreo por la misma razón.

En la escuela secundaria, solicitamos a la administración que modificara el código de vestimenta para poder usar pantalones en los días de capilla en el invierno. Las aulas siempre estaban heladas, y muchas estudiantes tenían que viajar en el autobús, pero se esperaba que usáramos faldas a menos que la temperatura cayera por debajo de los 25 grados Fahrenheit (el viento no está incluido).

La administración se negó.

Solicitamos que al menos lo modificaran para dejarnos usar pantalones cuando las temperaturas cayeron por debajo del punto de congelación. Todavía se negaron.

Recuerdo que tuve problemas para concentrarme en mis exámenes en diciembre porque no podía dejar de temblar. Usar abrazos debajo de medias gruesas y aún no estar lo suficientemente caliente. Ser escrito por usar pantalones en un día en que la sensación térmica estaba alrededor o por debajo de cero, pero el termómetro aún leía más de 25.

Finalmente eliminaron completamente el vestido de capilla en mi último año de secundaria. No por la forma en que les pedimos que ajustaran las reglas solo para el invierno, para nuestra propia comodidad, sino porque los poderes que se determinaron había demasiados casos de niños que buscaban las faldas de las niñas en las escaleras.

Esto fue en 2009. Hace menos de una década.

Todavía tenemos que luchar para usar pantalones.

Me gradué de la escuela secundaria en 2008 y nuestro código de vestimenta requería que usáramos faldas que cubrieran nuestras rodillas, no se permiten pantalones. Luchamos como el infierno para que se nos permitiera usar pantalones de chándal debajo de las faldas cuando hacía frío, pero no se nos permitía (técnicamente, la mayoría de nosotras éramos faldas hasta el suelo con pantalones de chándal debajo de ellas para que nadie pudiera decirlo)

La administración usó infracciones del código de vestimenta para castigar a las niñas que se salieron de la línea (a saber, yo, por denunciar el acoso s*xual y esperar que hicieran algo al respecto). Una falda que fuera lo suficientemente larga un día de repente sería demasiado corta cuando salgas de la línea.

Mi padre fue a un internado cristiano y se graduó en ‘91. Dijo que para la iglesia, el director (que era un hombre) iría al dormitorio de las niñas y las haría arrodillarse en el suelo para poder medir la longitud de la falda (lo que literalmente no tiene sentido). También había una regla en la que si la falda no tocaba el piso mientras estaban arrodilladas, tendrían que cambiarse y se meterían en problemas por "tratar de salirse con la suya".

Dijo que la primera vez que una de sus amigas (que más tarde se convirtió en su hermana adoptiva) le dijo que estaba súper extraño. Porque quiero decir, hay una decana que podría verificar. ¿Pero el director insistió en ello?

En la próxima clase analizaremos la imagen de la mujer que se proyecta en la literatura de la Edad Media y nos preguntaremos si esa imagen cambia en el Renacimiento. Leeremos algunos textos en clase pero os avanzo dos de uno de los libros que más influencia tuvo en la época a la hora de transmitir toda una serie de tópicos misóginos sobre las mujeres: El Corbacho obra del Arcipreste de Talavera Alfonso Martínez de Toledo, publicado en 1438. En esta obra se recogen todos los prejuicios que desde la Antigüedad habían señalado a las mujeres como inconstantes, livianas, hipócritas, desobedientes, infieles, intrigantes, etc.

El primer texto intenta demostrar que todos estos defectos son ciertos, analizado los “cofres de las mujeres”. En ellos halla el autor la prueba de la poca piedad y la liviandad de las mujeres:

“Todas estas cosas fallaréis en los cofres de las mujeres: horas de Santa María, Siete salmos, Estorias de Santos, Salterio de Romance, ¡nin verle del ojo! Pero canciones, decires, coplas, cartas de enamorados, y muchas otras locuras, esto sí; cuentas, corales, alfójar enfilado, collares de oro y de medio partido, de finas piedras aconpañado, cabelleras, acerufes, rollos de cabellos para la cabeza; y, demás aún, aceites de pepitas o de alfolvas mezclado, simiente de niesplas para ablandar las manos; almisque, algalia para cejas e sobacos; alanbar confacionado para los baños que suso dije, para ablandar las carnes, cinamomo, clavos de girofre para en la boca...”

Sys escribió: 04 Dic 2019, 19:52 Ayer lei en twitter una cosa super interesante

adoctrinar a las niñas en el papel del género femenino es el abuso infantil

Malas noticias para todos. Si usted es biológicamente mujer y ha sido criada como tal, entonces ha sufrido abuso infantil, a pesar de que no hay absolutamente nada de malo en criar a su hija para que sea femenina.

Para ser justos, si tienes una chica y haces cumplir los roles de género femenino cuando no les gustan, entonces eres un imbécil. Pero la mayoría de las mujeres son femeninas y se ajustan naturalmente a los roles de género, y creo que esta es una persona que no cree que las mujeres biológicamente tienden a ser femeninas.

Las mujeres no se ajustan a esos roles de forma natural, los ajustamos a ellos porque si no lo hacemos, entonces somos discriminados.

Aunque ese es el caso de algunas mujeres. Se sabe que las hormonas s***ales tienen efectos sobre la emoción. Las personas trans, por ejemplo, experimentan esto de primera mano cuando toman hrt. Pero también puede mirar a otros animales para ver cómo los roles de género son realmente naturales. Como las pingüinas hembras, por ejemplo, el macho se queda con el huevo mientras la hembra busca comida http://animals.mom.me/tell-girl-boy-emp ... -9620.html
Entonces, aunque hay excepciones a las reglas y muchas mujeres y hombres de GNC. Las mujeres y los hombres tienden a actuar de manera diferente por razones biológicas.

La estructura de las sociedades animales también puede cambiar con el tiempo.

Tienen su propia "cultura" básica que se enseñan unos a otros.

Y la cultura animal no es más innata que la nuestra, por ejemplo, cuando todos los machos alfa de esta tropa de babuinos murieron, y luego la cultura de la tropa se volvió más igualitaria sin los machos alfa.

Los roles de género en las sociedades animales son tan construidos como los nuestros.

Las diferencias hormonales en los cerebros de hombres y mujeres son mínimas, hacen tanta diferencia como las hormonas que diferencian nuestros hígados.

Las mujeres no están obligadas a usar maquillaje debido al estrógeno, sino a la cultura y a cómo nosotros, como especie civilizada superior, elegimos imponer este comportamiento a las mujeres.

Hay muchas personas de GNC porque las personas no están programadas naturalmente por los roles culturales de género, por lo que, por supuesto, muchos humanos los desobedecerán. Pero el sistema existe y recompensa a quienes participan.

Por eso los hombres más ricos y poderosos son los que quieren que las mujeres realicen el más alto grado de feminidad, ya que la feminidad es una cultura de subordinación.

¡Aquí hay otro ejemplo interesante de cómo se aprende el comportamiento, aquí hay un gato que creció en un establo de caballos de exhibición y ahora imita este estilo de caminar extremadamente artificial que fue originalmente fabricado por humanos para caballos!

Entonces, incluso algo que pensarías que es innato, como aprender a caminar, ¡en realidad es absorbido por nuestro entorno!

Las hormonas juegan un papel pequeño pero estás exagerando su importancia.

Las hormonas pueden significar que debido a que un hombre tiene más testosterona, podría ser más irracional cuando está enojado que una mujer. Sin embargo, no cambiará toda su personalidad.

Además, nuestras hormonas se ven afectadas por el medio ambiente.

Esto se ha demostrado una y otra vez en varios estudios; quizás uno de los más convincentes que midió los niveles de testosterona cuando se expuso a las armas.

¿Ya sabemos que la testosterona puede causar agresión? Pero ahora también sabemos que la agresión causa testosterona.

En otras palabras, no solo los roles de género son falsos, sino que en realidad podrían estar CAUSANDO diferencias biológicas.

Permítanme repetir: LA AGRESIÓN MASCULINA AUMENTA LOS NIVELES DE TESTOSTERONA QUE A SU VEZ HACE A LOS HOMBRES MÁS AGRESIVOS, CAUSANDO A OTROS HOMBRES A INCREMENTAR SU TESTOSTERONA Y SU AGRESIÓN.

LA VIOLENCIA MASCULINA SE CREA, no es natural

Aquí hay una fuente https://www.scientificamerican.com/arti ... -violence/ sobre la agresión que causa testosterona si alguien está interesado.

La comprensión simplista de la biología y la opresión por parte del grupo que borra la biología y refuerza la opresión a cada paso es la razón por la cual la ideología trans es uno de los sistemas de creencias más peligrosos que existen en la actualidad.

Una madre ha denunciado a una profesora de un colegio de Pamplona por poner a su hijo una bata de color rosa en el comedor del centro escolar, según han informado fuentes jurídicas.

Los hechos, según consta en la denuncia, tuvieron lugar el pasado 20 de diciembre y, para la madre del menor, que cursa Primaria, un escolar de la etapa de Primaria, son constitutivos de un presunto delito de "trato degradante" hacia su hijo. La profesora le puso una bata rosa al niño, un hecho que la madre del menor consideró que degradaba a su hijo y así lo transmitió al centro educativo antes de decidirse a poner la citada denuncia.

La denuncia, que ha sido compartida en redes sociales, especifica que se trata de un "presunto delito de trato degradante, dado que le puso a su hijo una bata de color rosa en el comedor pero no refleja que para el niño ser vestido con una bata rosa le hubiera supuesto algún problema.

"Según el niño era rosa, según la explicación de la profesora era verde. Aunque el color da igual", continúa. obviamente

Además, según ha explicado el abogado, en el centro "no hay asignación de color de bata". Los niños pueden llevar, según la normativa del centro, batas de color "rosa, azul, verde o violeta". "La mayoría de los niños y de las niñas llevan bata de color verde", ha añadido.

El agente que tomó la denuncia considera que hay "indicios de los que se deduce la participación del investigado en el hecho delictivo", que en este caso es que "la madre del menor la acusa de trato degradante".