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por Marv
Condemora
Hola chicas, yo nunca he tenido miedo a conducir, pero sí auténtico pánico a aparcar. Lo típico de ver un sitio en la puerta pero como era en línea y no en batería y entrando de morro ya no lo cogía, de ver antes de salir dónde iba a poder aparcar, de aparcar a un rato andando del destino, bueno un cristo. En mi caso influyó que mi padre me compró un coche nuevo al sacarme el carné y lo abollé la segunda semana, desaparcando el coche, había una apuesta sobre cuánto tardaría, y ya desde ahí fui en picado, nunca dejé de conducir pero lo de aparcar me agobió muchos años, y aún le di un golpe bastante gordo dentro del garaje.
El último año que viví en casa de mis padres iba andando al trabajo y prácticamente no usaba el coche, así que mi padre empezó a usarlo él, y cuando me fui de su casa no quise llevármelo porque era mi padre el que lo usaba y a fin de cuentas lo había pagado él. Entonces mi cuñado, que se iba a comprar un coche nuevo, me regaló el suyo usado porque no le daban nada por él. El coche teníais que verlo, un despropósito, con la chapa toda quemada de la salitre del mar, con el techo interior desprendido, con solo un altavoz, yo creo que frenaba regular... aún así la itv la pasaba. La cuestión es que a la semana de tener ese coche lo aparcaba en cualquier sitio, mis amigos flipaban, no fue una cuestión de aprender, fue perder el miedo, la idea de que si le hago algo al coche ya nadie me puede decir nada porque es mío, y además que el coche ya estaba hecho polvo, curiosamente a este nunca le di un golpe. Finalmente me terminé comprando un coche nuevo para mí, que aparco divinamente donde quiera, pero casi le guardo más cariño al coche desastre, que fue con el que perdí mis miedos, que al primero que tuve.