Qué vergüenza. Llevo un mes sola en casa porque Mr. Daten viaja toda la semana por curro. Vuelve los viernes y se va el domingo. Como acabamos de empezar a vivir en la casa, todavía estamos recibiendo un número ingente de pedidos de cosas de casa. Que si el nórdico, que si la mesa de centro, que si los cojines, que si tal y que si cual. Afortunadamente, en donde vivimos hay conserjería, y los conserjes (hay varios turnos) recogen los paquetes y luego vas tu a conserjería a por ellos. Hasta aquí todo normal.
Llevo ya dos semanas que me da hasta vergüenza ir a conserjería por la cantidad de paquetes que tenemos, porque tengo que ir sola, a veces hacer varios viajes, y el conserje de las tardes, que es muy majo, no hace más que decirme que baje mi "marido" a ayudarme, porque todo pesa mucho. Y yo claro, que no está, que está de viaje de trabajo. Hay días que entro a hurtadillas por el garaje, para que no me vea (que tiene un circuito de vigilancia que me verá igual, porque hay una cámara precisamente enfrente de la puerta del garaje...
). Y bajo en otro turno, por repartir la molestia y no molestar siempre al mismo. Que sí, es parte de su trabajo, pero joder, una cosa es que te recojan un paquete de vez en cuando, y otra cosa es que te entreguen 4 o 5 paquetes diarios, algunos tan grandes que les ocupan media garita. Y encima te los lleven hasta el ascensor, que la conserjería está a la entrada de la urbanización y hay varios metros desde allí hasta mi portal.
Total, que ayer pensé que tenía un par de cosas nada más, y voy toda confiada. Entro en la urbanización, me acerco a la puerta de la garita y le toco en el cristal, sonrío y saludo. Me abre la puerta de la garita, y toda cortada me quedo fuera esperando que me de mis paquetes. Aclarar que de tímida soy g*lipo**as y hasta maleducada a veces.
El chaval, muy sonriente me salta "hola, preciosa! Pasa pasa!".
Pienso "¿para qué?".
Y me lo debió de ver en la cara, porque añade "mujer, que no pasa nada, entra anda..."
Yo entro en la garita, el tío se levanta a cerrar la puerta, (a ver, frío hacía y en la garita tiene microclima de manga corta, no creo que lo hiciera por meterme ficha), pero al apartarme para dejarle cerrar, le meto un golpe al interruptor con el bolso y apago la luz.
Quise morir. Creo que iluminé yo el espacio con el rubor de mis mejillas.
Al tío le dio la risa y me dice "bueno, si ya vas apagando luces..."
y no sé qué cortocircuitó dentro de mí que salto "pues nos ponemos íntimos."
Y, panicando, me doy la vuelta y empiezo a tocar interruptores para encender sin conseguirlo. Creo que abrí varias puertas en el intento.
Al final, encendió él, me dio mis paquetes (5!!!!) me hizo firmar la entrega, y hasta me llevo el más pesado hasta la puerta del ascensor. Durante este proceso, me dijo varias veces que mi marido me tiene abandonada y que cambie la cerradura de casa para que no pueda entrar cuando vuelva.
Y yo con unos calores del corte que pa qué.
Encima, cuando voy a entrar en el ascensor, había un tío dentro (saliendo) y yo tenía todos mis paquetes delante de la puerta, bloqueando el paso. Conseguí moverlos, tirar varios al suelo, el tío se fue medio ofendido y al final entré de cabeza en el ascensor, que menos mal que me frenó la pared, si no acabo en el suelo.
Una tarde completita.