Os cuento el final de la primera parte, como el disco de Los Piratas, de mi diabetes gestacional, para cerrar el círculo de la tabarra que os he estado dando toda esta semana:
Que diabética perdida, ni repite curva, ni lo de ir en ayunas ni nada, que ha salido a más de 200 y eso es fatal. Estuve revisando con la endocrina mis antecedentes, la dieta de las galletas y el nesquick y, bueno, alguna vuelta le dio, pero tampoco tanto. Le dije lo de que era vegana y no debe estar muy acostumbrada a vernos porque tuvo frases memorables como:
- ¿Pero embutidos tampoco comes? (es como si ni ella misma lo considerara carne, jajajaja)
- Puedes comer huevos, cómpralos ecológicos (como si, éticamente, el ser ecológico fuese "aceptable" para los veganos)
- ¿Pescado tampoco? (por lo visto, para ella los peces no son animales tampoco)
Me dijo que podía tomar tofu y otros derivados de la soja:
- Pero la soja es una legumbre...
- Ya, pero no cuenta.
-
En fin, que la pobre era muy maja ella, pero no supo darme una alternativa, así que, muy a mi pesar, me tocan seis meses de volver a ser omnívora. Tengo controles semanales con ella y según los resultados me citará para la insulina o seguimos controlando sólo con la dieta.
No voy a negar que estoy un poco jodida, que cada vez que veo el azúcar en sangre alto hago un drama pensando "por qué a míííííííí", me siento impotente porque, haciendo la dieta al milímetro me salen unos picos que flipo; pero, mira, que esto sea todo lo malo que le pase a Feto.
Y gracias por venir a mi charla TED